El novio de mi mujer

Interesante relativamente porque El novio de mi mujer no es interesante en ninguno de los aspectos, a no ser por ver a DVD fuera de su personaje patilargo y bailarín, que es entrañable, por cierto, o a Jean Simmons, por ejemplo, que está muy bien aquí, muy sugestiva según mi criterio, porque respecto a lo demás el tema ha evolucionado, harto evolucionado, y como todo el mundo sabe, un divorcio sale hacia un lado u otro, por las buenas o por las muy malas, pero aquí nos presentan divorcios amigables al máximo, resignados y respetuosos, en el que todos se siguen viendo e incluso se turnan, presentándose primeramente: Ese es el marido de mi ex, aquellos dos hijos son de mi primer matrimonio, éstos son del segundo, los otros dos muchachos son del ex de la nueva mujer del vecino y así hasta contar veintitantos niños en un momento, lo que no se da es decir: Ese niño es de la ex del vecino con el cura, pero no se lo digas ¿eh?, porque como decimos, hablamos de una sociedad correcta al máximo.

Ese es otro punto, el que para iniciar las relaciones de pareja se cuenta con la condición indispensable del matrimonio, cuando ya hoy ese tema está obsoleto debido a mil razones incluyendo las argucias legales para no perder las pensiones, o, asignaciones mensuales, aquí supone que un nuevo matrimonio implica dejar libre de cargas al ex, luego hay un juego de intereses aunque el amor debe vencer, supuestamente.

Es envidiable el panorama por la absoluta ausencia de violencia de género, la única sombra de agresividad se reprime dando un puñetazo a una foto y ya es como para poner el grito en el cielo y, como sucede en estas películas, los hijos son más sabios, comprensibles y educados que los mayores. Sí, efectivamente, uno se pregunta… ¿El mundo degenera? Sí, No, Según. Vemos que esta película es una comedia y que está por encima del drama real que sería.

Esta película merece ser juzgada con relativismo. Con relación al momento en que se hizo, con relación al país en que se hizo, con relación a la tradición en la que se hizo. Es decir, verla con los ojos de hoy resultaría absurdo. Por eso es una película tan interesante. Desde el inicio, donde un "falso" director de orquesta se adentra en la loma más inmediata para darnos a entender que todo es una simple sinfonía, la sinfonía de la vida, hasta esos montajes paralelos, zooms, cortes in-out que hoy resultarían vergonzantes. Pero era la narrativa moderna del momento. Y Bud Yorkin la domina. El futuro director de "Arthur 2" saca lo mejor de un guión que le permite lucirse, y además cuenta con Dick Van Dyke, estupendo en un papel alejado de lo infantil de Mary Poppins, Chitty Chitty Bang Bang, Noches en el museo o similares. Aquí es un personaje real, de carne y hueso.
Claro que todo es artificial y que todos parecen civilizados: en eso consiste la comedia, en exagerar la aceptación del divorcio que a finales de los 60 se hacía casi obligatoria en los USA.

La película está disponible en Filmin, por si alguien desea verla pero no la localiza...

Probablemente no le he debido de prestar la atención debida, o quizás la he visto con muy malos ojos, pero la realidad es que, al contrario de lo que en las pocas críticas que trae esta peli, que la califican de divertida, y de una buena actuación de la pareja protagonista, a mí no me lo ha parecido.

De hecho en muchos momentos, y lo he mirado un par de veces, me parecía más un drama que una comedia, porque a mí no me ha sacado ni una leve sonrisa. Tan solo en un momento he debido de hacer una mueca de aprobación. Aburrida, muy aburrida pro momentos, y no he visto por ningún lado el mérito de haber optado a un estatuilla en la Academia de Hollywood, nada menos que por mejor guion.

Al final un matrimonio cansado de estar casado, que se divorcian, y después no encuentran la felicidad ninguno porque esa chispa del amor aún la llevan por dentro, no es un tema, apra mí, demasiado original. Un 4.