Algo debe romperse

'Something must break' es una película especial, inspiradora y emotiva. Basada en la novela 'You are the roots that sleep beneath my feet and hold the earth in place' de Eli Levén, nos sumerge en la psicología del personaje de Sebastian. Este personaje no solo representa la androginia sino que va más allá y se identifica, además, con el colectivo transgénero. Bajo esta premisa, Sebastian, biológicamente del sexo masculino, construye su verdadero yo: Ellie. Ellie es una mujer, quien Sebastian siempre ha deseado ser y a quien convierte en su meta personal. La película muestra el desarrollo de Ellie, que va ganando cada vez más terreno en la vida de Sebastian hasta que logra liberarle, siendo quien de verdad es. El efecto que Ellie tiene sobre Sebastian se convierte en afán de superación, de ser uno mismo. Dicho impacto está perfectamente descrito por Levén durante la escena en la que Sebastian escala por una torre de luz ante la mirada atónita de Andreas: "Sebastian pretends not to hear, keeps climbing, and he slips but hangs on. Chills run inside him, but he keeps going; Ellie always climbs highest, he thinks. She is never scared." En definitiva, Ellie es, en otras palabras, la salvación de Sebastian, es quien le empuja a seguir adelante y mostrarse tal cual es. Ellie supone vencer todos los miedos.

Por otro lado, está el personaje de Andreas, quien se considera heterosexual pero cuyos esquemas son rotos por Sebastian. La apariencia frágil y femenina de Sebastian le resulta atractiva pero el hecho de que sea un hombre hace que dicha atracción se disipe. No obstante, inician una relación que Andreas trata de ocultar puesto que afirma que no es homosexual. Y así se lo hace saber a Sebastian en uno de los momentos más significativos de la película cuando este le responde que él tampoco es gay. En ese instante, Ellie se manifiesta de manera clara: el maquillaje, los peinados o el vestuario no hacen de Sebastian una mujer, sino su mente, que cobra vida a través de Ellie.

Por último, cabe destacar la brillante interpretación del personaje de Sebastian/Ellie por parte de Saga Becker, que sin experiencia como actriz ha sabido transmitir todo lo que siente el protagonista, sus miedos e inquietudes, sus deseos y pensamientos. Además de una magnífica elección de la banda sonora.

Por todo esto, 'Something must break' es una de mis películas favoritas de la última edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla, un filme que no te deja indiferente y te invitar a reflexionar.

Se trata de un complicado problema de definición sexual; en el caso de Sebastián para optar entre el sexo masculino o el sexo femenino, y para Andreas en tomar una opción entre la homosexualidad o la heterosexualidad. Todo ello en un ambiente marginal de delincuencia y prostitución. Si este argumento ya representa una complicación en si mismo, Ester Martin Bergsmark lo lleva a unos derroteros psicológicos que lo hacen más difícil de entender, con una planificación sincopada y muy próxima al cine “dogma”, que para los espectadores normales resulta difícil. Los nórdicos siempre han sido especialistas en hacer un cine muy íntimo y de análisis psicológico, y en ello ha habido maestros como Bergman, pero aquí no se alcanza esa visión de los problemas a través de las imágenes como consigue también Dreyer, otro clásico nórdico. Y eso que las interpretaciones están muy bien, concrétamente Saga Becker en el papel andrógino de Sebastián está magnífico. Hay una gran cantidad de elementos cinematográficos que hacen muy interesante esta película y uno muy importante es una realización que se aparta de lo frecuente en las pantallas, pero cuando uno termina de verla se queda con la sensación de que algo se le ha escapado en la historia.

Si bien existen cada vez más películas que abordan el tema de las personas transgénero, «Something Must Break» (título que hace referencia a una canción de Joy Division) hace gala de unos argumentos y de una estética que van más allá de lo que solemos encontrar. Saga Becker brilla en su primer papel (no es de extrañar que el director tardara dos años en encontrar a una actriz para la película) que interpreta con delicadeza y melancolía. A pesar del ambiente frío y de un Estocolmo del que no vemos su mejor cara, la calidez de los personajes y la intimidad que se crea entre ellos transmite un cierto encanto, una cierta magia. La cámara se centra en la burbuja en la que se encuentran los personajes y sigue la evolución, natural y brusca por momentos, de ese ideal que anhelan alcanzar. La pureza que emana de ciertas escenas es cautivadora y «Something Must Break» evita con maestría los aspectos típicos en los que caen otras películas de temática LGBT. Lejos del colorido y la extravagancia del cine de Araki, la película es realista, aunque con ciertas escenas de locura, la locura que surge de la pasión entre Andreas y Ellie. Porque nunca llegamos a entender si esta pasión es amor o no, pero como nos hace comprender el director, el objetivo no es saberlo, sino sentirlo.
Para esta y otras críticas, podéis visitar nuestro blog: https://losindiscretos.org/espanol/something-must-break-2014-ester-martin-bergsmark-es/

Luego de adentrarse en el cine documental, Ester Martin Bergsmark debuta satisfactoriamente en la ficción adaptando una popular novela sueca junto a su autora, en una juvenil historia de amor entre chicos que deben encontrar su identidad.

Sebastian, un chico andrógino y con trabajo rutinario, en realidad quiere ser Ellie, conoce a Andreas, un chico heterosexual pero que se siente atraído por el lado femenino de Sebastian, y con quien disfruta pasar el rato siempre en situaciones desbordantes, excitantes y hasta tóxicas.

La película muestra el recorrido que habrá de hacer Sebastian en busca del amor pero sobre todo de la propia aceptación tal como él se visualiza, en Ellie, quien conforme avanza el relato se apodera de la personalidad y cuerpo de Sebastian, mientras el conflicto interno de Andreas es aún más difuso, pues no tiene muy claro, y el filme no se apura en aclarar, que es exactamente lo que él quiere.

El entorno de Sebastian irá desapareciendo mientras la figura de Andreas se convierte en su todo, sin dramatismos ni tremendismos, Sebastian/Ellie vivirá su conflicto interno con un desatinado subrayado a cargo de una voz en off demasiado aclaratoria, con temas que deberían sugerirse a través de imágenes, si acaso el gran pero de las decisiones a cargo del director.

De ahí en más el relato no tiene pudor en mostrar imágenes lo mismo sugerentes que explícitas de una relación que se vuelve tortuosa y dañina para Sebastian, y que le condiciona no priorizar sobre la decisión de su identidad, en una acertada interpretación a cargo del debutante Saga Becker, quien dota de esa precisa indefinición a su personaje.

Con una sobresaliente banda sonora, que se insertan de manera tal que se torna el complemento perfecto al relato, Ester Martin Bergsmark acierta al mantener su cercanía con su personaje todo el tiempo, sobre todo en ese momento cumbre en que Sebastian siente la luz en su rostro por esos rayos de sol naciente y consigue, por fin, esbozar una sonrisa que denota certeza.

http://tantocine.com/algo-debe-romperse-de-ester-martin-bergsmark/

Conozco algunas tías que son enteramente tíos; incluso cuando las he conocido yo misma he creído que eran tíos. Y siempre me he planteado una cuestión: las novias de esas tías-tíos son lesbianas?

Tras mucho meditar sobre el asunto, la conclusión a la que he llegado es que no; creo que realmente están enamoradas de un tío. Un tío con vagina, pero tío a fin de cuentas. La verdad es que encuentro muy difícil que pudieran enamorarse de una tía con apariencia de tía.

Bergsmark plantea aquí el caso contrario. Un chico heterosexual que se enamora de otro chico que realmente es una chica, y que en todo momento el espectador percibe como chica, aunque se llame Sebastian y tenga un hermoso pene.

Enamorarse de Sebastian-Ellie es fácil; es tan tierna, tan cercana, que no puedes evitar quererla, compadecerla, identificarte con sus dudas, con sus miedos... Andreas se enamora de esa chica-chico sabiendo que es un chico pero viendo en todo momento en él a una chica.

El planteamiento de la película es muy interesante. Por un lado la identidad sexual de Sebastian-Ellie. Es en apariencia una mujer y así es como ella se siente, pero es una mujer con pene. La convierte eso en un hombre? Para mí no; todo el tiempo vi a una chica, en ningún momento percibí nada masculino en ella.

Lo de Andreas es más dudoso. Es gay Andreas porque se siente atraído por Ellie? Yo no lo tengo nada claro, aunque para él el tema del pen ses un gran problema.

Sería interesante hacer una encuesta. A todo el mundo que esté enamorado de alguien... qué pasaría si de repente descubrieras que esa persona de la que estás enamorado es de tu mismo sexo? Aparte de la sorpresa inicial, que es lógica, crees que dejarías de estar enamorado en ese momento? Pensarías que eres homosexual? Te alejarías de esa persona o te daría igual?

Bergsmark aborda todos estos complejos asuntos con una delicadeza y una lucidez encomiables. Plantea las cuestiones pero no decide. También es verdad que con una actriz como Saga Becker al espectador se lo pone muy fácil. Saga no es un tío, por mucho pene que le cuelgue y por mucho escroto que contenga sus testículos.

Saga es un pedazo de tía; más tía si cabe porque no es una transexual al estilo tradicional. No va hipermaquillada ni parece un putoncillo. Aunque Sebastian-Ellie se vista de chico sus gestos, sus andares, sus movimientos, toda su persona son puramente femeninos. Ellie solo puede atraer a un heterosexual o a una lesbiana, difícilmente a un homosexual.

Todo esto de los géneros, las identidades, las atracciones y las posibles combinaciones amorosas que se pueden dar es tan complicado que al final creo que Bergsmark deja al espectador que saque sus propias conclusiones. La mía es que Ellie siempre ha sido una mujer y que Andreas no tiene nada de gay pero sí de gilipollas. Y hasta aquí puedo contar.