Haz click aquí para copiar la URL

Titanes de la montaña

Musical. Western Llamado por un telegrama, un ingeniero regresa al coto maderero de su padre y encuentra que éste ha muerto, probablemente asesinado. Se queda en el lugar para averiguar la verdad y seguir explotando el negocio del padre. El hombre que posee la mitad del negocio y que quiere eliminarlo, le propone comprarle su parte. (FILMAFFINITY)
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
5 de noviembre de 2019
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tim Chipman vuelve a casa, descubre que su padre ha sido asesinado, y su compañía maderera sufre incontables deudas. Eso le enfrentará a su principal competidor, un hombre sin escrúpulos, que además quiere casarse con la cantante del saloon de turno. Titanes de la montaña es un cóctel agitado, incluso revuelto, de diversos géneros: western, drama, romance, musical y, si me apuráis, hasta thriller, sin decidirse nunca por uno o por otro, lo cual provoca momentos de bostezo y/o perplejidad. Dirige el siempre práctico Joseph Kane, hombre para todo en la Republic, pero con preferencia por el western, el cine de aventuras o las hazañas bélicas. Dejando aparte los enojosos interludios musicales, para lucimiento de Vera Ralston, señora de abundante busto, mejillas sonrosadas y centelleantes ojos azules, para más datos esposa de Herbert J. Yates, presidente de la Republic Pictures, los momentos de acción son los que más interesan a Kane y no escatima escenas de puñetazos, persecuciones, atentados y crímenes. El apartado musical permite la presencia del legendario compositor y cantante Hoagy Carmichael, mítico autor de maravillas tales como Stardust, Georgia On My Mind o Everything Happens to Me, quien despacha tres o cuatro cancioncitas que bien podría haberse ahorrado. El papel protagonista recae en el granítico Sterling Hayden, que el año anterior había rodado, también para Republic, la legendaria Johnny Guitar. Aquí, reparte sopapos como quien reparte ensaimadas. El malo de la función es David Brian, una especie de George Macready con más pelo, convenientemente amenazador y carente de todo escrúpulo. Como ya hemos comentado, Vera Ralston aporta sus pectorales y canta con un espantoso acento húngaro del que jamás pudo desprenderse. Nunca consiguió ser una estrella. Adolphe Menjou, fascista de pro en el Hollywood de la época, pasea su cinismo por la pantalla, y entre los secundarios reconocemos a Chill Wills y al untuoso y huidizo Elisha Cook Jr. En definitiva, para paladares poco exigentes, hora y media de (relativa) distracción.
Eduardo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow