Los seis signos de la luz

Los seis signos de la luz presenta la historia de un muchacho de 14 años. Le llevan esperando unos mil años porque es el buscador de signos. Y a partir de aquí empiezan a pasar una serie de cosas inconclusas que no atan y que piensan que pueden engañar al espectador. Con un reparto desconocido y un chavalín que se le ve ilusionado por tener el papel del prota, la pelicula transcurre con algunos abrideros de boca. Lo único que me ha gustado es que tiene una bonita fotografía. Pero la historia es presentada con una rápidez pasmosa, todo se resuelve en cuestión de dos segundos, como si hubiera prisa por terminar. Así que la verdad...Asimilas pero te quedas pensando...¿he pagado para ver esto que ni los niños se tragan?

Calificar a este film como lamentable es quedarse corto. Viendo el desastre realizado cabe pensar que los productores se fundieron el presupuesto yéndose de putas porque sino resulta de todo punto incomprensible como se puede realizar semejante engendro.

No he leido la novela para saber si la adaptación es correcta y la verdad es que ni ganas, pero lo que vemos en pantalla resulta asombroso por cutre y a su vez hilarante. Ya de entrada tenemos una historia donde un chaval pavisoso y con cara de pasmo es maltratado por todo el mundo, incluidos por supuesto sus hermanos, y todo ello ante la mirada impasible y complaciente de unos padres que hacen como que la cosa no va con ellos. No tiene esto un cierto tufillo a Harry Potter? Noooooooooo que va! Originalidad en estado puro amigos.

Pero bueno como no hay mal que cien años dure el chaval es reclutado por un aristócrata pedante, la reencarnación de la señorita Rottenmeyer y dos payeses cerveceros que dicen ser un comando atemporal o similar y que se dedican a montar fiestas navideñas a lo Ferrero Roché. Una vez en el ajo le comunican que google ha muerto y que ahora él es el buscador y que tiene que salvar el mundo y esas cosas.

Y como no, hay un malo malísmo que es el responsable del cambio climático porque no hace más que emitir nubes tóxicas y que se pasa la película diciendo que cada vez tiene más poder pero que el chaval también y que quiere los signos y brasa, brasa, brasa.

Total que a todo esto ya ha pasado casi toda la peli y no ha sucedido absolutamente nada. Así que se aceleran los sucesos, hay sorpresas de guión que no pillarían desprevenido ni a un niño de 3 años y la típica escena de lucha entre el bien y el mal que uno ve con agrado porque ya sabe que después por fin se acaba la película.

Lo que hay que agradecer es que no se estrenara por Navidad, ya que tanta sobredosis de infecteces de este tipo podría originar trastornos psicóticos en los espectadores y provocar la quema simultanea de varios cines.

Lo mejor: Que es corta.
Lo peor: Todo lo demás.

Se están empeñando en repetir viejos éxitos de anillos y Narnias y no se dan cuenta de la baja calidad que están transladando. Si "Eragon", era muy mala, "Los seis signos de la luz" es todavía peor. Infantil manejo de fantasía en diferentes tiempos y épocas sin gusto alguno por lo que se cuenta. Reparto desconocido, malos intérpretes, efectos normalitos. Nos la venden como una película épica y no llega a ser más que un producto de video club para niños. Lo peor lo poco real que es tanto los personajes, como el tono el dulzón que impregna cada minuto de esta lamentable producción.

- Usted dirá, caballero.
- Buenas, quería una mierda del tamaño de un elefante.
- Las tenemos con efectos especiales y un niño con pinta de atontado.
- ¿Sí?
- Por supuesto. Somos una productora seria. Se llama Los seis signos de la luz.
- Ah, ya. Es la adaptación esa sobre la novela infantil, ¿no?
- Exacto, veo que entiende usted del tema.
- Pero es que me han dicho que es entretenida, que tiene puntos parecidos a Harry Potter.
- ¡Oh, Dios, no! ¡Nada más lejos! Esta es un truño auténtico.
- ¿Seguro? Es que Harry Potter tiene un guión bastante bueno y se desarrolla bien. Además la adaptación al cine es bastante correcta y tiene un estilo interesante y...
- No se preocupe, caballero. Le prometo que esta es una mierda digna del gourmet coprófago más reputado.
- Hábleme de la dirección.
- Oh, lo peor, sin duda. Más infantil que Pocoyo jugando a Pokemon en una Game Boy mientras ve Gormiti en la tele.
- Vaya... pinta bien. ¿Guión?
- Por eso no tiene que preocuparse. El guión lo ha visto mil veces en otras películas. Es un refrito, tanto que tiene más pinta de película ochentera que de producto actual.
- Entiendo... me está convenciendo. Solo una cosa más: ¿qué tal el reparto?
- Apestoso. Christopher Eccleston nada en la mierda líquida para salir de ella, pero no lo consigue. Sin embargo, como el peso recae en Alexander Ludwig que está flojo de tripa y su culo dispara a discreción, el olor a granja de cerdos está asegurado.
- Vaya. Parece que realmente apesta. Me la llevo

Al día siguiente...
- Hola, ¿me recuerda?
- Claro. Se llevó usted Los seis signos de la luz. ¿Qué le ha parecido?
- Venía a darle las gracias. Mi esposa falleció de asco viéndola, mi suegra está en coma y mi gato lleva desde que terminó la película encerrado en el servicio. Creo que está vomitando.
- Entonces, ¿satisfecho?
- Muchísimo. ¿Tiene algún petardo más por aquí? Es que mis tías del pueblo quieren venir a cenar mañana.
- Claro, caballero. Tengo por aquí una película española llamada Mentiras y gordas. ¿La conoce?
- Algo he oído, sí. No voy a hacer preguntas, señor que vende excrementos, ya que se ha ganado usted mi confianza. Me la llevo.

La historia está bien pensada, aunque eso es mérito de la escritora, pero la forma de transmitirla al espectador es muy torpe. Todo ocurre en un visto y no visto. Una hora y media de película en la que han querido contarlo todo, cortando trozos para que diese tiempo, por lo que yo, que no he leido el libro, no sé por qué ocurren ciertas cosas.