Viaje en el tiempo: La maldición de la bruja vikinga

Viaje en el tiempo hacia el pasado. Lo realizan un adolescente y su hermana menor, gracias a la máquina de un físico universitario. Éste le propone al muchacho viajar al 13 de septiembre del año 963 de nuestra era y rescatar allí, en el mismo lugar donde caerá a través de un agujero gusano, que es el mismo lugar presente de donde parte, coger allí un crucifijo concreto y traérlo al presente, todo a cambio de 100.000 coronas danesas.

La película se ve con interés, pero se pasa de fantástica cuando empieza con que el físico es un tipo inmortal y nos presenta a una bruja del siglo X, que hace una brujería capaz de convertirla a ella y al tal físico, en inmortales: es decir, todo un despropósito que se pasa de rosca.

En fin, una película con la que seguro disfrutarán los preadolescentes; pero que a jóvenes o gente madura, lo más probable, les resultará un hueso duro de roer.

Aventura danesa sobre viajes en el tiempo que se deja ver siempre y cuando tengas claro que se trata de una película infantil-juvenil que podría haber sido producida por Disney perfectamente.

Lo peor: El actor principal, Jonas Wandschneider, es totalmente inexpresivo y carente de talento. Es difícil encontrar una actuación tan mala en una película profesional.

Película que se esfuerza por no caer en la banalidad de películas cutres que se hacen por hacer. Cuenta la historia de los dos hermanos, Valdemar y Sille que tras un pequeño accidente intentan ayudar a Benedict, un científico del que se hacen amigos.
La historia es novedosa en cuanto a la brecha-tiempo que plantea, en un viaje a la era vikinga, en el 963. A partir de ahí comenzará toda la trama con multitud de periplos para los dos niños, unos vistos y otros no, que hacen de ella una película que a mí personalmente me ha gustado. Los efectos visuales no están mal, no me parecen desfasados. El resto de personajes están muy bien, dirigida por Mogens Hagedorn, la elección de los actores principales como Jonas W. y Clara Maria B. está acertada. También sale de rey Cyron Melville, el karateka enamorado hasta las trancas de Semra Turan en Fighter de 2007. En fin, una película infantil que tiene escenas de acción y buenos diálogos que no están nada mal, sobretodo por el mensaje que encierra: la verdadera amistad, pero eso al gusto. Saludos.