Everybody Loves Jeanne
103
1 de agosto de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sumario
Inteligencia, fluidez, melancolía y humor negro caracterizan a esta notable comedia romántica sobre la crisis múltiple de una mujer que simultáneamente debe enfrentar el fracaso, la bancarrota y el duelo y procurar reencontrarse con sus sentimientos.
Reseña
Cuando el éxito logrado por Jeanne se desmorona, debe ir a Lisboa para vender una propiedad familiar y eludir la bancarrota.
La protagonista de esta notable opera prima de Celine Devaux (también guionista) enfrenta una crisis múltiple: la caída súbita de la fama y el éxito a la quiebra económica por el fracaso de un experimento ambiental y la elaboración del duelo por la muerte de su madre cuando va a Lisboa a vaciar la casa familiar para venderla y luchar contra sus demonios depresivos.
Pero contra lo que podría pensarse luego de este planteo terrible, el enfoque de Devaux apunta a la comedia romántica y melancólica a raíz de ciertos reencuentros que se producen en Lisboa y al humor negro resultante de la aparición de las voces interiores de la protagonista en la forma de un recurso especial a cargo de la misma directora (no por nada los títulos aclaran que la película está escrita, dirigida y dibujada por Devaux).
El relato siempre trasluce un enorme respeto por los sentimientos de Jeanne, un personaje reservado, a la defensiva y que va piloteando su crisis y su parálisis, un paréntesis en el que procurará comunicarse con sus sentimientos y con quienes la rodean.
Hay algo rohmeriano en la deliciosa fluidez del relato, sus diálogos, silencios y locaciones (una Lisboa bella y luminosa pero sometida a la gentrificación y la especulación inmobiliaria), pero matizado por ramalazos de un humor áspero que terminan de darle un sello personal a la película.
Para transitar todos esos climas resultan fundamentales las actuaciones de la tan notable como sobria Blanche Gardin con su taciturna Jeanne y de Laurent Lafitte como el excéntrico y sorprendente Jean, un ex compañero del colegio. Es por ello que el título de la película, que alude al pasado de la protagonista, puede perfectamente hacerse extensivo a los hombres que la rodean en el presente y a los espectadores que nos asomamos a su historia.
Inteligencia, fluidez, melancolía y humor negro caracterizan a esta notable comedia romántica sobre la crisis múltiple de una mujer que simultáneamente debe enfrentar el fracaso, la bancarrota y el duelo y procurar reencontrarse con sus sentimientos.
Reseña
Cuando el éxito logrado por Jeanne se desmorona, debe ir a Lisboa para vender una propiedad familiar y eludir la bancarrota.
La protagonista de esta notable opera prima de Celine Devaux (también guionista) enfrenta una crisis múltiple: la caída súbita de la fama y el éxito a la quiebra económica por el fracaso de un experimento ambiental y la elaboración del duelo por la muerte de su madre cuando va a Lisboa a vaciar la casa familiar para venderla y luchar contra sus demonios depresivos.
Pero contra lo que podría pensarse luego de este planteo terrible, el enfoque de Devaux apunta a la comedia romántica y melancólica a raíz de ciertos reencuentros que se producen en Lisboa y al humor negro resultante de la aparición de las voces interiores de la protagonista en la forma de un recurso especial a cargo de la misma directora (no por nada los títulos aclaran que la película está escrita, dirigida y dibujada por Devaux).
El relato siempre trasluce un enorme respeto por los sentimientos de Jeanne, un personaje reservado, a la defensiva y que va piloteando su crisis y su parálisis, un paréntesis en el que procurará comunicarse con sus sentimientos y con quienes la rodean.
Hay algo rohmeriano en la deliciosa fluidez del relato, sus diálogos, silencios y locaciones (una Lisboa bella y luminosa pero sometida a la gentrificación y la especulación inmobiliaria), pero matizado por ramalazos de un humor áspero que terminan de darle un sello personal a la película.
Para transitar todos esos climas resultan fundamentales las actuaciones de la tan notable como sobria Blanche Gardin con su taciturna Jeanne y de Laurent Lafitte como el excéntrico y sorprendente Jean, un ex compañero del colegio. Es por ello que el título de la película, que alude al pasado de la protagonista, puede perfectamente hacerse extensivo a los hombres que la rodean en el presente y a los espectadores que nos asomamos a su historia.
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