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Nebeska udica (Sky Hook)

Drama Belgrado, 1999. Son malos tiempos para los serbios, que viven con la amenaza de los bombardeos a diario. Por esto, y por la situación de su vida familiar, con su ex-mujer queriendo irse a Italia con el hijo de ambos, Kaja quiere reconstruir la cancha de baloncesto del barrio, para animar a su pandilla de amigos y sobre todo, a su hijo, al que promete entrenar a diario y enseñarle el "sky hook", el gancho del cielo, pero de momento, lo ... [+]
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
13 de mayo de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra hermosa joyita balcánica, difícilmente no emocionará esta película a las personas con un mínimo de sensibilidad. Nos encontramos en plena campaña de los bombardeos de la OTAN sobre Belgrado, a las puertas del verano del 99. Varios elementos llaman la atención desde el primer momento: la rotura de la cotidianeidad y la guerra convertida en molesta rutina. Zuba, un tatuador veterano de guerra, lo refleja a la perfección: "No hay más basket, ni camping, sólo sirenas y las mierdas que caigan del cielo. -dice despertando a sus amigos de la nostalgia por lo aquella Yugoslavia que se perdió desde 1989- ¡Esta guerra es un coñazo!", suenan las sirenas... Así noche tras noche. Parece necesario un golpe de efecto para tratar de superar la situación, el tedio, la tensa espera de lo inevitable. Entonces a Kaya se le ocurre renovar la cancha de baloncesto de un pabellón devastado por un impacto directo. El basket siempre fue un deporte en el que Yugoslavia se consagró como superpotencia dominante durante muchas décadas, un fenómeno de masas; de ahí su poder simbólico (la película constituye una constante regresión de los personajes a los buenos viejos tiempos de antes de los 90). No obstante la guerra ha introducido el escepticismo en la mente de todos, lo cual se traduce en la inacción, la parálisis de las vidas humanas: "Si la renovamos y cae otra bomba todo se iría a la mierda.

Kaya tiene profundos motivos personales para levantar esa cancha: su hijo, Yovan, había quedado traumatizado por los bombardeos, de modo que había perdido el habla. De un modo tan inusual va a tratar de levantar el ánimo del muchacho y, si es posible, recuperar el amor de Tiyana (la madre). Pronto la reconstrucción de la cancha se convierte en un acontecimiento que congrega a la comunidad produciendo entusiasmo y expectación, tanto es así que Toza, traficante (cómo podía faltar en una película sobre los conflictos balcánicos, sería faltar a la verdad), se apuesta con Turco 500 marcos a que no acababan antes de tres días. Y efectivamente, no acabarán a tiempo debido a un nuevo impacto directo sobre el pabellón, lo cual generará una gran frustración entre los protagonistas. Sin embargo la guerra fortalece los lazos entre los miembros de la comunidad promoviendo la solidaridad. Como hicieran antaño con la selección yugoslava vuelven a unirse en torno al baloncesto, de modo que Tuza irá a ver a Turco, que cree que venía a por el dinero de la apuesta. Sin embargo éste le dirá: "Podemos anular la apuesta. A mi me gusta ganar, pero sin ayuda de los cabrones. Sin ellos hubieras terminado a tiempo". No contento con eso, emocionado por la entrega de los muchachos hace uso de sus contactos para traerles una canasta completamente nueva. Este será su particular acto de patriotismo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
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