El secreto del hielo

Reconozco que es culpa mía, por guiarme solamente por la participación de Guillaume Canet para sentarme a ver esta "El secreto del hielo". Supongo que existía en la mente de la directora Madinier la intención de cuento, fábula o incluso parábola alrededor del amor en esta historia sin sentido alguno, a costa de unos pobres pingüinos y sus proteínas. En muchos momentos era casi de apartar la mirada ante el ataque de vergüenza ajena que invade al sufrido espectador ante las mamarrachadas afrancesadas que se muestran durante la película.
No está mal realizada, y dura poco; simplemente es que nunca debería haberse hecho.
No soy médico ni científico, pero lo que aquí se muestra de ambas profesiones es como para correr velozmente hasta el juzgado de guardia más cercano. No denunciarlo es sinónimo de aceptación...
La reminiscencia de Amélie en el personaje de Le Bon es más que evidente...pero Poulain solamente hay y habrá una.
Nota: 3,25.

Bastante malilla ,pasas un rato en familia, y luego te invade un sentimiento de culpa por perder el tiempo de esa manera, pero bueno eso es entretenimiento, y el tiempo compartido no es perdido, por eso, no la vean solos...

Que una persona pueda perder todo resquicio de dignidad por otra no es nuevo.
Que una mujer o un hombre se humillen por conseguir siquiera una sonrisa del ser amado pasa todos los días, tristemente. Pero que llegue al estado de desear ser un conejillo de indias de laboratorio arriesgando su propia vida es harina de otro costal.

Película prescindiblemente humillante para el género femenino sobretodo muestra como una ayudante de laboratorio se ha enamorado del doctor jefe. En nombre de la ciencia se enmascara esta especie de película que es una mezcla entre comedia romántica cutre, película de amor en formato de conserva y pseudo-ciencia ficción la cual al final no cumple su cometido en ninguno de los dos géneros y acaba reduciéndose a una serie de degradaciones tanto físicas como morales que Charlotte Le Bon sufre por propia elección para conquistar a su doctor.

Hasta aquí nada nuevo, lo malo comienza en la mitad de la película, cuando el hastío se apoderó de mi. Cansada de tantos ratones, pruebas médicas imposibles, viendo como Canet degrada aún más a Le Bon, tan solo veía el hombre de hielo cubierto de gloria contra la víctima.
Esta película parece la obra de alguien que tiene mucho que contar pero poco que decir, que no sabe como transmitirlo. El final es indescriptible, pero el resto del reparto es horroroso por lo menos en esta película.
La desesperación es inherente al ser humano, pero hay en la escala muchos grados de como mostrarla, aunque esta película rompe todos los parámetros. La película no es capaz de mostrar el odio, ni la vena cómica, ni el amor, ni el dolor, todo es robótico, frío y patético. Es una pérdida de tiempo. Son dos horas de tu vida que no las recuperarás viendo la humillación de una mujer. Piénsalo.

El mayor despropósito que he visto en mucho tiempo. Menos mal que la película solo dura dos horas, porque da muchas ganas de arrojarse al agua helada y morir.
Lo mejor es sin duda el pingüinito bebé. Adorable. Lo demás es absolutamente prescindible y rozando el surrealismo más desagradable.

No creo que sea una degradación de la mujer como he leído en otras críticas. Es una película con una historia de amor. Fácil de seguir. Si acaso en las escenas de amor no tendría que haber ido tan lejos y explícitamente. Así habríamos logrado una película más tierna desde el principio. Es más, tendría que haber hecho el amor con el profesor amado y no con el otro, que tan fácilmente consigue sus propósitos sexuales.
La he visto en versión original que siempre le da un plus.