Estómago

No estoy seguro que esta sea la primera vez que se utiliza este sistema contrario del flashback, pero es interesantísimo. Es una forma que altera la secuencia cronológica de la historia. Su utilización es muy original.
El argumento es perfecto así como la fotografía y las interpretaciones.
Hay que tener muy en cuenta a este nuevo director. Habrá que seguirle porque es un genio.
Esta película tiene un sabor delicado y entrañable. Uno de los mejores platos de la historia del cine. Está a la altura de "El festín de Babette", que ya es decir.
Con toda justicia se ganó la Espiga de Oro en el festival de Valladolid.
Un festín visual y un puro placer.
Que aprenda Hollywood o chorrilandia como le llamo yo.

Voy a aportar mi grano de arena para compensar un poco a esas críticas que ha recibido y resaltar las virtudes que tiene, porque es evidente que es más fácil machacar los defectos.

Ante todo, "Estómago" no es cine para todos los públicos. Para mi es un cine alternativo, de andar por casa incluso, desprovisto de esos golpes de efectismo que estamos acostumbrados a ver en otras películas. "Estómago" hay que disfrutarla desde dentro del film, no desde la butaca. Así que olvídate de efectos especiales, temáticas espinosas, acción, etc. El desarrollo no carece, por cierto, de vistosidad, porque el formato utilizado es el de constantes "flashbacks" para retrotraerse a la anterior vida del personaje y constrastarla con su presente.

Los personajes me parecen bastante divertidos. Ese primitivismo animal de la condición humana es usado incluso como humor negro, y quizá esa es la mejor de sus intenciones: hacerte reír de lo que se supone que no tiene ninguna gracia.

El personaje de Nonato, por otra parte, me parece entrañable. Simplón, pero sincero, que no repara en "gastos" para cumplir con sus propósitos. El resto del elenco protagonista, que por supuesto gira en torno de nuestro cocinero, da sentido a todo lo que acontece y piensa Nonato, con todas las consecuencias que ello implica.

En definitiva, y como siempre, olvidaros de los comentarios destructivos que suelen recibir films como este. Nada aprende un espectador que lo que aprende por su propia cuenta.

Saludos.

El brasileño Marcos Jorge presenta en 'Estómago' una entretenida historia acerca de un hombre que sobrevive y "asciende" en prisión gracias a sus buenas artes culinarias, que harán las delicias de unos presos no precisamente acostumbrados a comer decentemente.

La película es algo irregular y no mantiene el mismo interés en todos sus pasajes, pero sus gotas de buen humor y el tono fresco de la narración contribuyen a dejar un buen sabor de boca. Claro.

Estómago narra la ascensión al poder de un hombre a través de sus dotes culinarias. La película está dividida en dos acciones paralelas, una en la celda de una cárcel donde el poder se manifiesta en ir ascendiendo a la mejor litera y la otra fuera, donde nos cuenta la ascensión de nuestro protagonista desde que llegó a la ciudad con la mirada baja y sin nada en los bolsillos.

La película tiene una curiosa visión de cómo la gastronomía es capaz de sobornar al poder establecido, conquistar los corazones más rebeldes o seducir a bellas mujeres que pasan con creces la talla mínima para desfilar. Un beso con lengua muy gastronómico también puede ser motivo de traición.

Con unos personajes muy pintorescos, Marcos Jorge consigue hacer una comedia redonda y dar su visión particular de la condición humana valiéndose de un gran sentido del humor negro.

Como si de una receta casera se tratara, “Estómago” es una de esas pelis que, aún siendo modesta, cuenta con una amalgama de olores, sabores y texturas extraordinaria. Podrá gustar más o menos, pero esta peli brasileña es tan particular e interesante que, de buen seguro, no dejará indiferente a nadie.

Y aunque fallos tiene, “Estómago” me ha gustado porque no resulta fácil aglutinar drama, comedia, denuncia y crítica social de forma tan natural y espontánea. Sin parecer pretencioso ni artificial en ningún momento. Administrando con gracia y acierto un poquito de gastronomía por aquí y un poquito de sexo por allá. E interponiendo, como no, los pertinentes y agridulces recaditos que Jorge manda a ese singular organigrama social brasileño intensamente marcado por el hedonismo, la corrupción, las jerarquías y la ley del más fuerte.

Pero no sólo por todo ello me ha hecho tilín la peli de Marcos Jorge. Su particular narrativa a base de continuas elipsis, por ejemplo, no es para nada común porque en lugar de retroceder en el tiempo, la acción de la peli se sitúa en el pasado y son precisamente los continuos flashes hacia el futuro los que nos anticipan como, tarde o temprano, nuestro querido Raimundo Nonato (alias “Romero”) acabará dando con sus huesos en la cárcel.

Un producto sencillo pero bien condimentado que constata, a fin de cuentas, por qué unas albóndigas con sepia pueden resultar tanto o más sabrosas que un tartare de rape con cigalas o un milhojas de foie de canard y manzana con reducción de Pedro Ximenez.