Seis destinos

Ramillete de historias con un nexo común como "Si yo tuviera un Millón", "El Rolls Royce Amarillo" o tantas otras que me dejare en el tintero.
¿Cuál es la cualidad que hace que destaque "Seis Destinos" de las anteriormente citadas?... pues básicamente que, al menos, tres de las historias que nos cuentan son sobresalientes y el resto, pese a estar un escalón por debajo, rayan a gran altura manteniendo un nivel de calidad que raras veces se ha visto en una película episódica.
El primer episodio corre a cargo de Charles Boyer y Rita Hayworth y está bastante bien pero palidece ante segmentos como el de Henry Fonda y Ginger Rogers (una historia romántica y divertida a partes iguales con un diálogo genial), el de Charles Laughton (éste hombre es un monstruo... como persona dicen que era detestable pero por interpretaciones asi yo le perdonaría todo) o el Edward G. Robinson ( su "speech" es de los que te dejan indefenso y postrado en el sofá queriendo aplaudir)...
El resto de episodios, en mi humilde opinión, son más flojitos pero también es verdad que Duvivier era muy listo y los hizo más cortos que el resto con lo cual no cansan.
En resumen un elenco estelar, un director de los que hay que redescubrir y una película con no pocos momentos para el recuerdo, así da gusto...

Como afirmé en mi comentario a otra película de Duvivier, Flesh and Fantasy (Al margen de la vida), no soy demasiado amante de las películas-sketch porque suele suceder que las historias breves por buenas que sean no son doblemente buenas. Pero Duvivier le tiene cogido el truco a esto y nos ofrece una colección de historias unidas por un hilo conductor, donde la duración individual de cada sketch guarda proporción directa con el interés para los espectadores, de forma que las historias más anodinas no resultan pesadas, gracias a su brevedad.

En torno a un frac que efectúa su entrada triunfal en los aposentos de un afamado actor (Charles Boyer) se tejen y se desgranan una serie de acontecimientos hábilmente contados por el director francés, bien acompañado de un excelente conjunto de actores, algunos de los cuales le volverán a acompañar en Flesh and fantasy. Así, tenemos a Charles Boyer, Rita Hayworth, Charles Laughton, Edward G. Robinson, Henry Fonda y mi admiradísimo Thomas Mitchell entre otros.

Es cierto que hay sketchs excelentes y otros no tanto, pero en su conjunto la película es un acierto. Destacaría la historia del vagabundo abogado acudiendo a la cena de ex-alumnos universitarios, con un Edward G. Robinson genial. Pero, como sucede en todas las películas donde interviene, estando Charles Laughton debemos quitarnos el sombrero. Ya lo hice muchas veces. Bien, pues una más.

La película destila humor, ironía, cierta moralina y bastante imaginación, y en su conjunto resulta agradable de ver y a pesar de una duración algo excesiva para la época (118 minutos) no resulta pesada.

... detén el tráfico, aspira hondo, ponte una copa, abraza a tu pareja... y ponte el cinturón porque vas a volar: toda la secuencia del hombre pobre con talento que tendrá una oportunidad excepcional con riesgo de irse al carajo... es de locos, la recordarás toda la vida...

Sólo hay una peli comparable a ésta con este dinamismo dramático de la prenda que pasa de hombre a hombre: El violín rojo, dirigida por un tipo que nunca había hecho cine, François Girard, entre una y otra han pasado 56 años, pero tienen la frescura y la calidad dramática de las historias bien contadas, con el común denominador de un objeto que va pasando de uno a otro a través del tiempo.

En Seis destinos, luce a lo grande el talento de un tipo colosal, un Julien Duvivier a cargo de un reparto maravilloso con un puñado de historias para llenarte el corazón mientras vivas, pero, ya digo, con un alto excepcional en el camino: la estupenda historia del frack interpretada por un grande entre los grandes, Charles Laughton.

Un frac sirve de nexo entre 6 historias que contienen tremendas actuaciones de grandes actores además de comedia, dramatismo, ironía, ternura, amistad, romanticismo, etc. Hay historias algo más flojas pero en conjunto te hacen disfrutar al compás de un ritmo idóneo, una buena dirección y una genial fotografía con los brillantes blancos, negros e infinidad de tonos de gris característicos de los años 40. Me encanta cuando películas así me hacen perder la noción del tiempo porque me meten de lleno en los diálogos y me hacen disfrutar de esta forma.

Hay películas que son obras maestras, y que casi nadie ha visto. Es una pena.
Es muy dificil de ver porque no la ponen en las emisoras de t.v., por ejemplo.
Y es una delicia indescriptible, algo maravilloso. Son seis historias a cual más emotiva y original. La última recuerda la inolvidable "Haleluia" de King Vidor.
Actuan Charles Laugnon, Edward G. Robinson y otros actores y actrices excepcionales.