Deep Water

Este es un documental que hay que ver vírgen. O sea, que si uno se interesa previamente sobre lo que ocurrió realmente (ya saben, vía Wikipedia y demás envilecedores instrumentos), pierde la gracia de la desgracia.

Hay tantos giros de guión que sólo puede ser verdad, o sea que naturalmente es inverosímil. En lo que la ficción rechazamos por increíble, en la realidad nos sorprende por impensable.

El mar en la Biblia significa el caos, la oscuridad, aquello que el hombre podrá superar pero jamás dominar. En el mar, como en el desierto, uno no puede gobernarse solo. Porque sencillamente en el mar no funciona ni la liberalidad ni la democracia. Sólo la dictadura. Pura y dura. Y ningún hombre tiene tal dominio sobre sí mismo.

Esta es historia de nueve locos. Pero sólo aparecen tres. Y el que mayor gloria tuvo se desvanece generosamente. Los dos restantes llevaron su locura al extremo, a extremos opuestos.

Bienvenidos a la vuelta al mundo más bizarra jamás contada.

En 1968 el periódico británico Sunday Times creó la regata Golden Globe Race con el objetivo de dar la vuelta al mundo en solitario y sin escalas. En 1967, Francis Chichester había conseguido dar la vuelta al mundo en solitario pero hubo de hacer una escala técnica en Australia. Ahora se trataba de lograrlo sin escalas. Nueve participantes aceptaron el reto y sólo uno consiguió lograrlo: Robin Knox-Johnston. La dificultad de la regata era extrema. Había que salir de Gran Bretaña e ir hacia el este atravesando el Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica), navegar por el Índico hacia Australia, miles y miles de millas por el Pacífico, llegar al Cabo de Hornos (Chile) y volver a atravesar el Atlántico hasta llegar de nuevo a Gran Bretaña. Por si esto fuera poco, no debemos olvidar que entre las latitudes 40º y 50ºS de los océanos australes las condiciones climatológicas suelen ser muy adversas, la soledad en la inmensidad del océano, la navegación durante unos 300 días…
Este documental no aborda, como cabía esperar, la hazaña de Robin Knox-Johnston, sino la mucho más modesta de otro participante. Un hombre que tuvo un sueño y que trató de hacerlo realidad. Un hombre modesto que luchó con todas sus fuerzas pero que perdió. Pero no nos engañemos, hay muchas formas de perder y la suya fue una de las más románticas y hermosas que conozco. Su nombre era Donald Crowhurst y esta película cuenta su dramática historia.

Deep Water es un documental dirigido en forma conjunta por Louise Osmond y Jerry Rothwell, tiene una narración ágil, con entrevistas muy bien dirigidas y editadas, siendo una propuesta muy original, la forma como se va contado la historia del ingeniero británico Donald Crowhurst, un hombre que tenia un sueño, de ser uno de los hombres en dar la vuelta la mundo en un velero, participando en la Sunday Times Golden Globe Race de 1968-69 con otros navegantes con más experiencia, utilizando para esto un velero que él mismo diseñó, a pesar de no tener experiencia en este tipo de viajes, emprenderá esta travesía, con el deseo de lograr este sueño, y callar las voces que cuestionaban sus decisión, y demostrarles que su sueño si era posible.

Es así, que se nos va presentando diversos personajes que participaron y fueron muy importantes en la vida de Donald Crowhurst, contándonos sobre este hombre, que emprende un viaje sobre el alma humana, sobre los demonios existentes en el corazón del hombre, el aislamiento, la pena, el amor, el dolor, todo conjugando en un viaje en el que no hay retorno, cuando se deja todo atrás, cuando se agotan las opciones y sólo queda el hombre y su conciencia, algo ha pasado en este viaje, un descubrimiento de algo que no quería encontrar.

La historia esta muy bien hilvanada, despertando nuestro interés sobre que le ocurrirá al protagonista, además nos cuenta paralelamente de manera breve sobre los otros participantes en la competición, como el caso del navegante francés, el cual lo que nos cuenta también es interesante, siendo un personaje pintoresco, que no concursaba por fama ni dinero, tan solo porque amaba el mar, en resumen se trata de una película sólida, envolvente, que logra transmitirnos los sentimientos de los protagonistas, siendo uno de los mejores documentales que se hayan realizado en los últimos años.