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Sol Piedra Agua

Drama Dado está a punto de ser padre. Sus fantasmas mas profundos emergen para confrontarlo con su pasado. Las montañas y su cámara le muestran el camino hacia la libertad y la reconciliación: ser su propio origen. Inspirada en la poesía y vida de Guillermo Bedregal García. (FILMAFFINITY)
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22 de febrero de 2017
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Desde la primera imagen en contrapicado, que muestra un cielo azul atrapado entre las filudas formaciones rocosas del cañón de las Ánimas, sentimos que estamos frente a una obra cinematográfica diferente, que pretende proponer algo novedoso, al menos en el plano formal.

Los planos siguientes nos dan la tónica de lo que será la textura del relato: imágenes de la intimidad cotidiana en Súper 8, fotografía fija, escenas en blanco y negro, efectos experimentales visuales y sonoros, y unos versos de Guillermo Bedregal García que nos hablan de la paternidad o, mejor, de la “hijidad”: “El júbilo del padre que me tiene por padre / que me hace su hijo en la formación de la sequedad, los / bosques y la nieve”. Los versos de Ciudad desde la altura inspiran esta obra que narra la relación de un joven con su padre, una relación marcada por la ausencia de la madre que dejó la casa para irse a vivir a Brasil. No interesan los motivos de esa separación que ha dejado un enorme vacío y que sigue afectando emocionalmente al núcleo familiar mutilado que forman padre e hijo, porque lo que interesa es la relación entre ambos y sobre todo, a medida que avanza el relato, la manera como vive el conflicto el hijo, Dante.

Más allá del motivo inspirador y de los hechos narrados, hay una forma de expresión que hace singular a esta obra cinematográfica. Demos por aprendido el guion que muestra al padre atormentado (“Eleonora, todavía te amo”), al hijo sumido en la duda por haber decidido quedarse junto a su padre cuando la madre se fue del hogar, las relaciones de amistad de Dante con otros jóvenes, etc. Nada de eso hubiera hecho de esta obra muy interesante si no fuera por su lenguaje. En manos de Diego Revollo, el director, prima el espíritu poético, con claves que a veces no son fáciles de desentrañar, como sucede siempre en la poesía. El film es un rompecabezas que se va armando con piezas de relato, frases, música, imágenes realistas, oníricas o abstractas, que permiten reconstruir una totalidad narrativa pletórica en simbolismos y abierta a la interpretación de cada espectador. Los fragmentos de ese rompecabezas son pistas de interpretación que obligan al espectador a salir de su pasividad habitual. La imagen nunca es banal, siempre es sugerente, y los lugares comunes brillan por su ausencia.

El poder simbólico de las imágenes atrapa la imaginación del espectador. ¿Cuál es el significado de las rieles de tren abandonadas, van o vienen? ¿Qué leemos en los primerísimos planos de la textura de piedras y plantas? Los espejos, los cristales, son apoyos cruciales en esta obra que no esconde la cámara, más bien pone en evidencia el hecho de filmar, de registrar en imágenes los hechos de la vida cotidiana porque trascienden, tal como nos demuestra la importancia enorme que adquieren las filmaciones en Súper 8 que le recuerdan a Dante que nació de una relación de amor y armonía entre dos personas entre sí y con la naturaleza. En la pantalla se plasma una felicidad que no ha vuelto a conocer.

El cine/ojo —representado por las filmaciones y las cámaras de cine y fotografía que vemos a lo largo del film— es un elemento central en la medida en que nos habla de las miradas de la memoria, los eslabones de una cadena en la que Dante puede escoger su infierno. Las escenas oníricas dibujan la tenue línea que separa la realidad externa de la realidad interna del personaje.

Mientras avanza el relato, a veces a tropezones, desafiándonos a establecer la secuencia, lo que realmente vemos es un ejercicio de reconstrucción y deconstrucción de la imagen, que es por supuesto la esencia de la actividad cinematográfica. Hay un verdadero esfuerzo para apartarse de la formalidad de la fotografía pulcra del cine comercial. Las estridencias y el ruido visual de las imágenes contribuyen a crear una atmósfera expresionista que aleja al espectador de la facilidad descriptiva. Y ello no quiere decir que la imagen sea sucia o descuidada, todo lo contrario, porque gana en expresividad.

Alfonso Gumucio Dragon.
Diego Revollo Endara
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