Casa de los Babys

Por eso. No, no porque sea menor, sino porque sólo lo es en apariencia. ¿Cómo llamar película menor a la que consigue, de forma sobresaliente, todos y cada uno de los objetivos que se marcaba?

¿O no es una película “encantadora” en todos los sentidos? … de esas que te embelesan y se te hacen cortas.

Su guión es complejo y redondo, pero se muestra sencillo y claro, muy fácil de deglutir y muy difícil de contar. Aborda una historia coral, con el modelo de un fresco inacabado, que contemplas ya a medio pintar y abandonas antes de prever su conclusión, en el que personajes con muy pocas frases en el guión, resultan conmovedores e inolvidables:

Ese hombre sin trabajo y con tres hijos, modelo de honestidad y guía turístico ocasional, que juega a la lotería y se hace fotos para un pasaporte falso que no puede pagar… Esa mujer que hace las camas en el hotel, y teme pasear por la playa porque no sabe nadar, y las olas le dan miedo, mientras no olvida a su Esperanza: una niña que entregó en adopción a las monjitas, porque ella era demasiado joven para ser madre de su propia hija y debía ser madre de sus seis hermanos pequeños… Ese niño de la calle que huele pegamento y no sabe qué hacer con un cuento sobre La Cabra, que le ha regalado una guiri norteamericana sin pararse a pensar si el niño sabe leer… Esa pareja de hecho, abogado – hostelera, Armendariz – Moreno, que se aprovechan de las norteamericanas que van a comprar al vivero de babys… Ese extraño y obsesivo "chapuzas" que alimenta su odio hacia el vecino del norte… La joven monjita enfermera y la nodriza que canta nanas a sus negritas, como hizo su madre y su abuela antes que ella… La administrativa que no sabe muy bien a qué bebé adjudicar cada foto y cada solicitud de adopción…

Y aún queda un ramillete de mujeres, perfectamente dibujadas e interpretadas. Las pre-mamás que están ansiosas pero no embarazadas. Unas norteamericanas que bajan al sur, dispuestas a “mancharse” con “todas las infecciones posibles… hasta las genéticas…” en busca del niño, la niña, el cachorro, el juguete o hasta ese algo que puede completar lo que se llega a percibir como un imperfecto cuerpo de mujer. Cada mujer busca una cosa distinta, algunas difíciles de justificar y, sin embargo, como una de ellas profetiza, todos los niños acabarán sobreviviendo a ellas, afortunadamente.

Gracias Sayles. Cuánta lucidez para volcar un tema tan complejo, trascendente y poliédrico, en una película, en apariencia tan sencilla, que muchos la tildaran de obra menor. Tú sabes que todo es grande en ella: el guión, la dirección de actores, sus interpretaciones, el montaje y el tema. Un tema incómodo y sangrante tratado sin atisbos de efectismo. Muy al contario, incluso:

¿Porqué a un niño que ya está bien, queremos dárselo todo, y a otro que no tiene nada, solo le compramos un cuento sobre La Cabra?

Casa de los babys es un film lleno de aspereza y de humanidad.
Sayles nos cuenta una historia dura de digerir sin caer en el sentimentalismo barato que tanto le gusta Hollywood; y lo hace apoyado en unas actuaciones de primer nivel (a destacar Marcia Gay Harden y su personaje repelente y maniático).
Buena opción para despejar la mente de tanto efecto especial, tanto tiro y explosión y tanta parafernalia del cine actual, y reflexionar sobre lo que ocurre en otras zonas del mundo menos favorecidas y a unas personas mas desdichadas. (Graham Hess)

Pequeña pero interesante película sobre un grupo de mujeres que esperan recibir un bebé en adopción. Hospedadas en un hotel mexicano, todas van descubriendo sus sentimientos ante el hecho de ser madres. Pero, sobre todo, vamos descubriendo sus dramas personales: a la mujer optimista que encierra un trágico pasado como madre, a la obsesiva, a la que vive un matrimonio en crisis, a la lesbiana, a la alcohólica, etc.
Casa de los babys es un trabajo de actores. Merece verla por el trabajo de las actrices. Además, es una interesante reflexión sobre la maternidad y sobre el contacto del mundo yanqui y el hispánico. En algunos tramos le sobra pretenciosidad, y, por qué no, alguna de las historias secundarias. Pequeña película sobre un tema poco tratado.

Entretenida película con el sello Sayles, sobre las vicisitudes de un grupo de acomodadas norteamericanas que esperan en un hotel de un país sudamericano, su turno para adoptar un niño. Narrada en clave de denuncia social, hace hincapié en la insensibilidad que muestran dichas mujeres, que solo tienen en mente su problema y se aíslan del empobrecido entorno. No sé si por mi insensibilidad o por la forma maniquea con que, a mi parecer, está contada la historia, no me emociona ni me conmueve en absoluto. Eso sí, de visión obligatoria por las impresionantes actrices y además guapísimas señoras que se han juntado para solaz de mitómanos y degustadores de señoras de bandera. Pues eso….

¡Qué gusto da cuando uno ve una buena película! Te sientes atrapado por ella. Ves que todos los personajes son personas reales de nuestro mundo. Que todas las escenas ni sobran ni faltan, sino que están ahí contándote un hecho de la vida.

El guión está muy cuidado. Se nota que la película está escrita y dirigida por la misma persona. No hay grandes aspavientos, sino al contrario, todo está expuesto en su justa medida a pesar del drama humano que se representa. Y a ello ayuda la fotografía tan natural, y los encuadres tan simples, pero tan expresivos (deliciosos los ojos llorosos entre las rendijas de la persiana...).

En la versión doblada al español casi pasan desapercibidos otros detalles expresivos en que el director juega con las diferentes lenguas de los personajes.

¡Qué pena que se acabe tan pronto! Bueno, realmente la película no es corta, sino que se te hace breve porque te gustaría seguir paladeando su desarrollo hasta que los babys adoptados se convirtiesen en mayores.