Her Private Life (Serie de TV)

Llevaba tiempo sin soltar la lagrimilla con una serie surcoreana y aquí ha venido «Her Private Life» para romper la racha.

Realmente no es un drama aunque tiene elementos tristones, sobre todo al final se descubren unas movidas familiares que en mi opinión no vienen a cuento en absoluto, solo para hacer llorar, pero no he caído. Lo que me ha emocionado es la pareja protagonista, concretamente una escena entre ellos en la que realmente se ha visto lo que es el amor: estar juntos, así de sencillo.

Si la serie tiene algo curioso es que muestra el mundo de las fans del k-pop. Aunque me declaro muy fan de uno de estos grupos, en realidad no me gusta el k-pop así en general y me muestro extremedamente crítica con su música, su funcionamiento como industria de producción en masa y con el comportamiento de muchos de estos fanáticos, capaces de quemar discos cuando se enteran de que su ídolo tiene una relación romántica. Estamos locos. Es algo que va más allá de la música: es una forma de vida, es casi un fetichismo.

En fin, que nuestra protagonista Deok-mi es fan del idol Shi-an y además tiene una página dedicada a él, un fansite. Claro, no queda bien que una chica de treinta años ande enamorada de un chavalín de veinte y le siga a todas partes para sacarle fotos, así que Deok-mi lo mantiene en secreto. En su vida normal, es una muy competente gerente de una galería de arte. El galán, Ryan Gold, es un genio del arte que lleva tres años sin pintar por un asunto personal y que llegará como nuevo director de la galería. El resto te lo puedes imaginar.

En realidad, esa parte del k-pop me da la sensación de que no está aprovechada, entre otras cosas porque, una vez descubierto, no tiene consecuencias, no genera conflicto. Eso sí, sirve para incorporar al personaje de Cindy, odioso al principio pero entrañable después y que quería emparejar con todas mis fuerzas con el hermano de la prota, Eun-gi; si es que son la pareja definitiva, nadie me va a convencer de lo contrario. Por cierto, cansadita estoy de los supuestos familiares enamorados en secreto y a quien ella trata a patadas por lo habitual. Venga, basta.

Amena.