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Mujer sin pasado

Intriga Una anciana busca una institutriz para su nieta Laurel (Hayley Mills), una adolescente caprichosa y rebelde, cuyas anteriores tutoras apenas duran unos días en el cargo. Sin embargo, un día aparece en sus vidas una misteriosa mujer, Miss Madrigal (Deborah Kerr), que mantendrá a raya a la muchacha, aún a costa de que descubra su oscuro pasado... (FILMAFFINITY)
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Críticas 12
Críticas ordenadas por utilidad
22 de agosto de 2011
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama psicológico realizado por Ronald Neame (1911-2010). Escrito por John Michael Hayes, adapta la obra de teatro “The Chalk Garden” (1955), de Enid Bagnold. Se rueda en escenarios exteriores reales de Brighton y Eastbourne (Inglaterra) y en los platós de MGM British Studios (Borenhamwood, Inglaterra). Producido por Ross Hunter (“Su gran deseo”, 1953) para MGM, se estrena en abril de 1964 (RU). La acción dramática tiene lugar en 1964 en la finca Belfontain (Sur de Inglaterra), propiedad de la anciana Sra. St. Maugham (Evans), que reside en ella durante los tres meses de verano.

Los protagonistas son la institutriz Madrigal (Kerr), de unos 40 años, sin familia y sin amistades conocidas, de pasado oscuro, temperamento sensible y enigmática, educada y atormentada interiormente, con signos de un cierto grado de claustrofobia, que se pone de manifiesto a través de su aversión a las cerraduras y a los espacios cerrados. La anciana Sra. Saint Maugham, de 75 años, posesiva, mandona, inflexible y testaruda, ha tomado a su cargo a la nieta Laurel (Mills). El mayordomo de la casa, Maitland (John Mills), también es el posadero de la finca. Es viudo, solitario y aficionado a la lectura. El juez Mewhirrey (Sellars) es amigo de juventud de la Sra. St. Maugham y consejero suyo. Laurel, de 16 años, es caprichosa, rebelde y voluntariosa. Tiene aficiones detectivescas y siente atracción por el fuego (piromanía).

El guión desarrolla un relato dramático que se presenta bien estructurado y ordenado con claridad. El drama emerge y avanza gradualmente en un crescendo bien administrado, que culmina en una secuencia de gran fuerza, resuelta satisfactoriamente gracias a la soberbia interpretación del elenco protagonista, especialmente de Deborah Kerr. Ésta entrega un trabajo difícil y complejo, que ejecuta con contención, mesura y precisión. El gran trabajo de Kerr constituye uno de los principales atractivos del film. Se ve secundada adecuadamente por la expresividad de Edith Evans, que a sus 75 años conserva un vigor y frescura admirables, que le valieron una justa nominación al Oscar a la mejor actriz secundaria. Cumple con corrección John Mills, padre real de Hayley Mills, que aporta elementos de una de las subtramas del relato. Hayley Mills trabaja con convicción y entrega, pero con componentes de sobreactuación que contrastan con el clima general de equilibrio, sobriedad y moderación que caracteriza el film.

La obra explora un drama psicológico planteado con coherencia y riqueza de matices, que explica con palabras llanas y sin tecnicismos para que su contenido, dimensiones y profundidad queden al alcance del público medio. Lo refuerza con apuntes dramáticos adicionales que, en diversa medida y a través de subtramas explícitas o sólo sugeridas, afectan prácticamente a todos los protagonistas, incluidos la Sra. Maugham, el mayordomo y Oliva, hija de la señora y madre de Laurel.

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Miquel
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22 de julio de 2009
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Deborah Kerr en un papel un tanto habitual, de mujer mas madura en los comportamientos que en la propia edad. Me parece que como ejercicio de cinefília tendré que averiguar aquellas de sus interpretaciones donde, en una especie de “cambio radical”, nos regale algún papel tipo "cabecita loca" o similar. De entrada, lo mas parecido que recuerdo así, a bote pronto, es su trabajo en aquella extraña cosa que se llamó Casino Royale (versión 1967) donde las sonrisas se quedaban por el camino en simples y lastimosas muecas.

Aquí interpreta un personaje difícil, he de reconocerlo, del que sale airosa y con nota. El papel de institutriz de una jovencita (Hayley Mills) cuya cabecita anda un tanto mal equipada a consecuencia de conflictos abuelo-materno-filiales con trasfondos plurimatrimoniales. Piromanías, agresividades varias y aficiones detectivescas con escalo incluidas conforman el curriculum de este personajillo a domar por la señorita Madrigal.

Como es habitual en este género de niños/as impresentables, el espectador tiene la acostumbrada tentación de estrangular a la criaturita. Recuerden al respecto La calumnia, sin ir mas lejos. Claro que ni la ficción ni la educación adquirida en el manual de buenos modales leído en nuestros años mozos permiten que vayamos más allá por lo que todo se queda en un susto. Susto del que todos acaban recuperándose gracias a un final tipo “todo el mundo es bueno” que he de reconocer que es el único posible. Cualquier otra opción hubiese sido terriblemente injusta.

En una línea de mocosa rebelde y mal criada bastante creíble, aunque un pelín sobreactuada, Hayley Mills, quien debe apechugar con su historial Boston-California-Disney, lo cual no favorece precisamente su reconocimiento como actriz de carácter. Sin embargo no hay que ser demasiado injustos con ella. Tiene sus seguidores, especialmente "born in USA". Su contrapunto, al borde de la británica flema, John Mills. Al respecto de este gran actor quiero decir que si bien es padre en la realidad de Hayley no lo era en la ficción, por lo que algunos comentarios de este film en Internet cometen un error de cierto bulto. Claro que, nada parecido a otro error leído, donde se convierte a la institutriz en un hombre.

Supongo que muchos de estos comentarios son al dictado. Es decir, no se ha visto el film. Ellos se lo pierden. Se pierden también la excepcional actuación de una de las grandes damas del cine británico Edith Evans en un personaje mezcla de principios, intransigencias y buen corazón. Y las ya citadas de Deborah Kerr y John Mills, con su muy sutil romance a cuestas.
FATHER CAPRIO
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27 de agosto de 2010
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
No cabe duda que las películas más notables de Hayley Mills son las primeras, es decir, "Cuando el viento silba", "La bahía del tigre", "Pollyanna", "Tú a Boston y yo a California" y "Los hijos del capitán Grant", estas tres últimas quizás las más conocidas y populares en España, aunque "Mujer sin pasado" es muy cercana a ellas ya que es de 1964.

Sin embargo, "The Chalk Garden", que es el título original, presenta a una Hayley Mills un poco más adulta, adolescente, ya no es la niña de las películas mencionadas y a pesar de todo sigue teniendo un encanto especial, si bien la temática de la película ya no es de tipo "familiar" sino que toca un tema adulto, drama psicológico se podría decir, con unas interpretaciones muy acertadas de John Mills (su padre), Deborah Kerr y Edith Evans.

Por cierto, la sinopsis de esta página está equivocada y el argumento no es el que se explica en la segunda mitad. John Mills es el padre de Hayley Mills en la vida real pero en la película hace de mayordomo con lo que queda excluida la explicación que aquí se da.

Lo que es muy remarcable, y a mi entender añade una cota de calidad a la película, es la banda sonora de Malcolm Arnold que acompaña en todo momento los procesos psicológicos que atraviesan los personajes y los cambios que se producen en el argumento a medida que avanza el metraje, una banda sonora que recuerda muchísimo el estilo de las que Bernard Herrmann realizara para Alfred Hitchcock principalmente.

Es una película recomendable para aquellas personas que les gusta la actriz Hayley Mills y quieran seguir su trayectoria cinematográfica, pero también para quien guste de relatos con trasfondo psicológico y un guión bien estructurado.
Mariano Bayona Estradera
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21 de enero de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película me ha parecido muy interesante, aunque el desarrollo de la misma sea en un formato muy clásico y la resolución del conflicto sea un tanto superficial por previsible.
Es la historia de una mujer mayor y adinerada (Edith Evans) que se ha hecho cargo de la crianza de su nieta (Hayley Mills), ya adolescente y bastante problemática, dado que no está de acuerdo con que la chica viva con su madre, recientemente divorciada y vuelta a casar. A su anuncio solicitando una institutriz responde, entre otras candidatas, Deborah Kerr. El otro habitante de la casa es el peculiar mayordomo (John Mills).
La película, es, ante todo, una historia de conflictos entre mujeres pero sin entrar en dramatismos extremos; todo se desarrolla entre las mundanas y un tanto solitarias paredes de una casa de campo inglesa de clase media-alta, con todos sus tópicos amables. Por un lado, está el triángulo formado por la abuela, la hija y la nieta, donde la primera ha tiranizado la vida de la segunda y trata de hacerlo con la tercera, en un complicado tira y afloja entre satisfacer sus deseos egoistas de no quedarse sola y la necesidad de proteger a las que en el fondo más quiere. Por otro lado, está latente y tratado de una forma muy soterrada el tema de la sexualidad: una abuela que se ha quedado sola, reprueba que su hija se haya casado "por amor" e inconscientemente quiere castrar emocionalmente a la nieta para que viva en soledad con ella, y no vea el ejemplo de una mujer emparejada y feliz (la madre) y desee abandonarla y formar su propia familia.
Además está la tensión de toda la casa ante la llegada de una institutriz que es aceptada sin reservas porque la abuela intuye que, a pesar de no tener referencias, es de la misma clase social que ella: la vieja señora cultiva con más pena que gloria el jardín y los consejos que le da Deborah Kerr sobre el mismo la llevan a creer que se trata de una mujer que en otros tiempo trabajó en el jardín de una casa propia. Pronto, gracias a las artimañas de la niña se desvelará que no solo las "señoras respetables" cuidan jardines ... (más en el spoiler).

No conocía este film y me ha sorprendido agradablemente; creo que tiene demasiada poca nota en esta página, tal vez porque se trate de una historia conflictos femeninos pero sin el gancho del romance ni de la profundización psicológica extrema (con detalles escabrosos) de otras películas. Completamente recomendable para los que deseen ver el desarrollo de una trama psicológica al modo del cine clásico y de manera elegante, aunque con un final previsible, dada la amabilidad del tono con el que discurre todo el film.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Klara
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24 de diciembre de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de un comienzo endeble porque se fuerza en exceso la alterada imagen psicológica de la adolescente, la película evoluciona muy favorablemente. A medida que avanza la historia la trama se convierte en sólida y unos diálogos muy ingeniosos y cuidados la dotan de máximo interés.
Mantiene un alto grado de tensión narrativa y la dirección de Ronald Neames consigue resultados excelentes porque ofrece momentos estelares por su significado e intensidad dramática.

Los principales actores cumplen correctamente su cometido y mención especial merece la soberbia interpretación de un John Milles que, desde la austeridad, borda su papel.

Interesante y desconocida película.
ABSENTA
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