Tarkan versus The Vikings

Los grandes pueblos turco, vikingo y chino se dan cita en éste atroz exponente del infracine y del mal gusto en el que su enfermizo guión nos cuenta las aventuras de un guerrero capaz de dar saltos de 4 metros de altura durante el final de la película.

El guión sería aceptable e incluso podría ser interesante si no fuera por esos pequeños detalles que, minuto a minuto, van provocando un malsano estado mental en el espectador y que, por precaución hacia el lector, prefiero no comentar en ésta crítica. Ésa es información que sólo será desvelada a los suicidas que se atrevan a ver "ésto". También es de señalar la abundancia se desnudos injustificados y la escena en la que a una vikinga le escayolan un brazo. Qué poco ha avanzado la medicina en 1500 años.
A destacar dos escenas: la primera aparición del calamar gigante (con descuartizamiento incluído) y la batalla que el protagonista se libra con una espada de cartón en un barco de colores.

Con respecto a las interpretaciones se puede decir que la mejor es la del perro. Está asombroso. Sobre todo cuando se oyen ladridos mientras él tiene la boca cerrada. Sí, definitivamente, la mejor actuación es la del perro-ventrílocuo.

El final es ya de otro mundo. Literalmente, parece no ser ideado por un ser humano. Ni siquiera por un primate. Saltos disparatados, flechazos que no se sabe de dónde han salido, violencia absurda y hasta un combate entre un calamar gigante y un perro. Ver para creer y analizar.

Uno de ésos ejemplos por los que adoro el cine turco.

Arkan, hijo de Pasha, guerrero entre los guerreros, ejécito de un solo hombre, feo como él sólo, un visionario. De la inteligencia de Arkan (heredada de su ascendencia Uygur) nos da muestra el hecho de llamar a sus lobos por el mismo nombre. De este modo Arkan no pierde el tiempo en llamarlos por separado, los llama a la vez. Time is money, my friend, más aún cuando estás jugándote el cuello contra los vikingos.

Una adaptación gloriosa de la novela de Abdullah Sahin. Un cuento que, si bien estaba orientado al público infantil, contenía todo lo que el guión de una película de acción moderna necesita. Claro (me dirán, no faltos de razón), ¡pero es que nos hablas de una película turca principio de los setenta! Lo se, lo se, al gran público le parecerá una basura. A mí, que estas cosas forman parte de mi infancia, me encantó.

Vamos a ver si me explico en pocas palabras... esta película es una auténtica mierda, la dirección es penosa, los actores peor aún, la ambientación es absurda, el vestuario es de chiste... y un largo etc.
Pero hay que ver esta película como un film cómico y justo por todos sus fallos, es de las películas que cada vez que la vuelvas a ver le verás 3 fallos garrafales más, no os creáis que el pulpo es lo único que es de risa (que ver a un hombre moreno, con bigote negro, casco vikingo y una peluca naranja...)
Ahora al parecer a esto lo llaman humor bizarro... bueno yo no sé bien lo que es... pero te ríes un montón viéndola.