Recuerdos

Dirigida por Jean-Paul Rouve, Los Recuerdos és la adaptación cinematográfica de la novela de David Foenkinos publicada por Gallimard. En el 2011, el propio autor la adaptó a la gran pantalla con la colaboración de su hermano Stéphane, y con el nombre de La Delicadeza. Esta última fue interpretada por Audrey Tautou y François Damiens.

Ante el pleno auge de la comedia francesa dentro de nuestro cine, Los Recuerdos nos muestra que estamos ante un director con una sutileza y delicadeza única. Cuenta con un reparto que se complementa de maravilla, para contarnos que el tiempo pasa para todos por igual, con unas actuaciones de diez.

Un escenario y diálogos muy bien escritos y estructurados nos mantendrán clavados en la butaca durante la hora y media de metraje. Cuando parece que estamos ante la típica comedia francesa nos da un giro de 180 grados, con una segunda parte que no duda en enfrentar nuestra humanidad y nuestras propias contradicciones. Nos enseña que cada generación es dependiente de la otra y a la vez nos hace entendernos a nosotros mismos para seguir adelante nuestras vidas.

En definitiva Juan-Paul Rouve nos remueves nuestros sentimientos durante la película y nos hace reflexionar a partes iguales.

Un liviano entretenimiento de la mano del director Jean-Paul Rouve (Lola y sus Hermanos) que es una adaptación de la novela del también director David Foenkinos (La Delicadeza).
Una historia que pasa sin demasiados sobresaltos y que causa simpatía por sus personajes bien definidos por los actores, que no siendo de los más conocidos de Francia cumplen con creces en sus roles: desde Michel Blanc (Un Policía en Apuros) y su natural comicidad, pasando por la veterana Annie Cordy (El Gato) en un papel entrañable, hasta el jovial Mathieu Spinosi (Oro - serie de TV).
Con estos personajes, se hace un homenaje a las personas mayores y más en concreto a las abuelas. Tiene un fino sentido del humor, pero también trata con ternura las relaciones entre la familia, para bien o para mal, con un drama sencillo y alejado de estridencias. Sin dudas, todo esto es gracias al manejo del tempo por parte del director, que se sale de un poco de la novela para hacer su película un poco más suya y menos de Foenkinos.

La nostalgia, el paso del tiempo, la familia, la vejez como carga para otros... Temas ya manidos, incluso cuando se tratan con delicadeza. La película alcanzo sus mejores momentos con la aparición de personajes muy secundarios pero importantes en la trama y desenlace del film: un empleado de una gasolinera que acierta con sus consejos, una madre enamorada que ve alejarse a su marido, una profesora de primaria que parece ser la mujer de la vida del protagonista. La abuela, el nieto, su relación con el padre, todo ello muy edulcorado, con algún momento cómico que medio funciona. Agradable película que no deja huella alguna.