La rubia de Kennedy

Allá por los años 70 en Chile, hubo una serie de incidentes en Santiago, más específicamente en la avenida Kennedy, donde se recreó aquella vieja leyenda urbana de la autoestopista fantasma, en este caso una rubia que subía a taxis y luego desaparecía misteriosamente dejando un aroma extraño en la cabina. Eso dio origen a esta película, que enlaza la leyenda de la rubia con la mitología de la isla de Chiloé, contándonos sobre una inmigrante de origen alemán en 1850, luego la historia salta a la época actual (1995) donde aparece un fantasma rubio, y un publicista quiere utilizar la leyenda para una campaña publicitaria de… algo, y hasta allí entendí. Los aspectos técnicos de la película no están mal –excepto el personaje de José Soza, una especie de espíritu del bosque, a quien no se le entiende nada, no sé si es un error de audio o la voz del personaje es así de gutural-, son bastante aceptables a pesar de su bajo presupuesto, y algunas actuaciones son por lo menos convincentes, pero todo lo demás falla, la trama no tienen el suficiente interés y se vuelve aburrida, y al final el propio director y guionista pierde el rumbo de su historia, simplemente no entendemos el final –y buena parte del desarrollo- y no sabemos al final que nos quiso contar, deja al espectador confundido, y eso es un error mortal.