Haz click aquí para copiar la URL

Diarios de Otsoga

Drama Crista, Carloto y João están construyendo un aireado invernadero para mariposas en el jardín. Los tres comparten rutinas del hogar, día tras día… Y no son los únicos. (FILMAFFINITY)
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
11 de junio de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta un cineasta al prepara su producción es definir la cadencia de su relato. Definir un universo con ritmo propio que el espectador pueda reconocer a lo largo del metraje de la película, y al que pueda decidir si acomodarse conforme va descubriendo sus reglas. Espacios fílmicos con objetivos definidos que solo son alcanzables con su tempo justo, en los que la experiencia narrativa o sensorial quizás deba ser radicalmente opuesta a lo que acostumbramos a esperar como espectadores. Viajes audiovisuales en los que el objetivo es la experiencia cinematográfica misma. Tal es el caso de uno de los trabajos mas aplaudidos de la prolífica Quincena de realizadores de la edición 2021 del Festival de Cannes: la didáctica, que no panfletaria, Diarios de Otsoga, de Maureen Fazendeiro y Miguel Gomes. Una película que resquebraja las barreras de la ficción y ofrece un complejo discurso reflexivo sobre su propia naturaleza como obra y como rodaje que, pese a sus vistosos mecanismos temporales y narrativos, brilla especialmente capturando instantes ocultos.

Tres personajes, una casa con jardín, una fracción concentrada de tiempo. El calor, la tensión sexual, la maduración de la fruta o la enajenación ante la música se dan cita en una estancia humilde, dedicada al cultivo y a la espera para que afloren las pasiones e interacciones cruzadas entre los tres jóvenes. Una rutina presentada con forma de agenda escrita, una suerte de cuaderno de bitácora en movimiento donde la mayor parte de los 22 días en los que transcurre la acción se presentan con una única secuencia. Se marca el cambio de día con una cartela, y pronto descubrimos que el orden de sucesión temporal de estos días no sigue la norma.

Unos primeros instantes de enajenación con respecto a la causalidad de lo narrado que implica por igual a los espectadores y a los personajes, cuyo calendario de rodaje sufre a su vez una rupturista secuenciación de los días de ficción. Gran parte de la experiencia de visionado consiste en ajustar nuestro entendimiento en sincronía a unos personajes extraviados, si bien cada uno atravesamos un proceso de reubicación temporal diferente. Sendos dispositivos paralelos cuidadosamente engranados, que marcan la naturaleza reglada de esta sensorial y, pese a todo, purificada permanencia en el hogar silvestre.

Aún cuando las normas de partida sean rígidas y queden delineadas de manera explícita, el proceso creativo de Gomes y Fazendeiro dentro y fuera de la ficción busca permitir la expresión sincera de la naturalidad humana. La emanación frondosa y arbitraria de situaciones improvisados de juego, coqueteo, inquietud, tedio o festejo. Momentos de interacción entre personajes contra el vacío de las esperas que se retratan con frescura, energía y estilo, apoyados en el contraste acústico con la música o en el uso de luces de colores morados o anaranjados. Si bien atractivas de partida, las pesquisas teóricas de los directores terminan resultando una atadura un tanto caprichosa, pero la capacidad genuina de la imagen de emocionar a partir del cortejo humano prevalece.

La pandemia del COVID-19 aún no ha encontrado un reflejo a la altura en el séptimo arte. La presente película, en la que el propio proceso del rodaje de la película es el objeto mismo de estudio, es uno de los mejores retratos que podemos encontrar en el cine de autor de los cambios que los procedimientos sanitarios de nuestros tiempos sobre las dinámicas habituales de organización cinematográfica. Las discusiones, demoras, distanciamientos y reestructuraciones logísticas son parte natural de la narración libre al mismo nivel que los personajes o la fruta. Pero pese a ello, y como ya apuntábamos al principio del texto, los elementos mas atractivos y fructíferos de la puesta en escena de la película son congelados de instantáneas escondidas de la vida natural. Membrillos madurando sobre una repisa, loros mirando de reojo a la cámara, un tractor recorriendo el prado con tripulantes exaltados, gansos comiendo pienso bajo el sol…todo ello realzado por una fascinante atmósfera sonora de cigarras, aves, insectos y demás sonidos ambiente que envuelven incesantes a personaje y audiencia en un mismo fluir de vida.

Una película fresca y libre, un tanto encantada de conocerse y de menor impacto emocional que cerebral, pero de un refinamiento en su uso de la gramática cinematográfica digno de admiración.
Néstor Juez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
18 de junio de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si podría haberse inventado todo, el arte dice permiso, y avanza con paciencia hacia una nueva creación.
La película se divide en capítulos, más de 20 para ser preciso, de ahí en adelante decir algo, es nocivo, únicamente debe verse, contra toda percepción que uno pueda hacerse durante los primeros 20 minutos. Porque hay una recompensa cinematográfica fascinante desde cualquier sentido.

El acabado técnico es de un deleite, lleno de colores y un enemigo allí afuera, presente e invisible (De un aura digno de H. P. Lovecraft). Pensar en como el director armo todo, en menos de un mes (Durante el confinamiento del Covid-19) es otro logro, guiar a los actores hacía el abismo de lo desconocido y que la música recomponga nuestros sentidos buscando un mar de actualidad, alcanza todo lo que en algún momento los hermanos Lumière quisieron que sea este séptimo arte, creación.

Lo más similar que podemos encontrar a esta producción portuguesa, es Hymz de Jan Švankmajer y la creación del año 1967 Stastny konec, de Oldrich Lipský.
sebAsth
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow