Temporada siniestra

Tras unos primeros minutos que funcionan muy bien todo se viene abajo, protagonistas que actúa de manera incongruente, no existe lógica de espacio y tiempo de manera que de repente se pasa al día y luego otra vez a la noche , carreteras desaparecen o lo que antes estaba lejos en coche ahora esta a tres pasos andando ( y no es parte del guion sino de una mal hacer de su director). Da la sensación que el director que lee mucho Lovecraft quería llevar esto a una película y le da igual todo (historia, actuaciones...) hay alguna escena  puntual que si funciona, pero mayoritariamente tenemos diálogos insulsos, situaciones repetitivas, una protagonista irritante que habla gritando y mucho ruidos estridentes y un abuso absurdo de la niebla que me hicieron desconectar

En definitiva, una película que no me ha gustado nada, para hacer una película de terror no basta con poner niebla.

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Empieza con cierto misterio que hace que te intereses, pero al pasar los minutos te das cuenta que el tedio se apodera poco a poco de tí por la sosa y repetitiva sesión de escenas que se suceden, no vemos más que niebla y a la protagonista andar de un lado para el otro como en una carrera de relevos.
Es todo muy lineal, no hay sacudidas, efectismos, sobresaltos... Y se le nota el toque "Silent hill" que han querido tratar, de hecho, hay algunas escenas que son auténticos calcos a dicho film, incluso las mismas posiciones de cámara.
Contiene alguna escena que no está mal en cuanto a técnica se refiere, pero es totalmente insuficiente, eso sí, debieron gastar la mitad del presupuesto en máquinas de hacer humo.
No me convenció en absoluto.

A medio camino entre "Muertos y enterrados" y "Silent Hill" transcurre esta película de terror totalmente desaprovechada, ya que cuenta con una atmosfera bastante lograda, pero que en manos de un mediocre director como Mickey Keating, que tiene en su haber una filmografía de lo más floja queda en un producto muy olvidable.

Marie y George acuden a la isla donde está enterrada la madre de ella, porque les han comunicado que la tumba ha sido profanada. Cuando llegan, el que maneja el puente levadizo les indica que en temporada baja la isla se cierra, pero ante la gravedad del asunto les deja pasar. Ya en el pueblo comienzan a notar que los habitantes parecen poseídos por una fuerza extraña. La dificultad de poder huir se convierte en una pesadilla.

Jocelin Donahue con su cara angustiada y desorientada durante todo el metraje, aporta buenas intenciones en algunas escenas de terror, así como va perdiendo el control de su cordura en este misterioso lugar. Pero un guion flojo no ayuda a que la trama avance.

La historia da una sensación de inquietud sobrenatural a lo que estás viendo, así como cuando interactúa con algunas de las personas del pueblo, pero continuas escenas innecesarias de la protagonista yendo y viniendo de un lado para otro consiguen aburrir y perder el interés de lo que está ocurriendo. 
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Todos destacan la creación de atmosfera que yo o noté, es demasiado precaria y básica.
Lo peor: que no tiene en claro si ser terror psicológico o terror de monstruos y da vueltas sobre lo mismo hasta decidirse. Es aburrida, monótona y pretenciosa.
Lo mejor: Jocelin Donahue, la pobre parece ser la reía de las películas mediocres, una pena porque no es mala actriz, pero le toca estos proyectos de mierda.
Melora Walters también hace un buen trabajo.
La escena donde Marie mira el bar desde afuera, es quizás lo más interesante de la película, pero tampoco está bien hecha como para perturbar que es lo que se supone que debe generar.

Volver, creyéndote por encima de lo divino y lo humano, a la localidad en la que te criaste, y de la que milagrosamente lograste huir, para comprobar como unos tentáculos que creías fosilizados vuelven a engancharte sin posibilidad ya de escapatoria.
Ese es el atávico miedo que Mickey Keating transforma en una fantasmagórica historia de terror con ecos a "Silent Hill" (Christophe Gans, 2006) en "Offseason". Un film que me ha gustado más en la teoría que en la práctica.
Pienso que una variante de ese mismo tema se entregaría de manera más eficaz un año después en "Matriarcado" (Ben Steiner, 2022).
Anda por ahí Richard Brake, por cierto.