Tedio

Esta pelicula de poca enjundia en apariencia, tiene en la protagonista un personaje excepecional muy interesante. Una adolecente libre y hedonista que se rige por los dictados del corazón. Ella es capaz de amar honestamente a más de un hombre. Pero los hombres, posesivos y celosos, le exigen una entrega exclusiva. La joven, que no quiere ser propiedad de nadie, defiende su independencia con razones claras, sencillas y honestas. Demoledoras en suma. Mal asunto, pues, para los hombres.

Quizás este seria el subtitulo más adecuado para esta película. Porqué de esto va el argumento en gran medida.

El cine francés tiende en mucha ocasiones ha realizar películas conceptuales, de rango pseudo-filosófico en sus intenciones. No creo que sea tan abominable. El cine tiene que intentar reflejar toda clase de opciones. Y si algunos nunca se cansan de las películas pornográficas, no veo porque otros se han de cansar de ver películas conceptuales.

Un filósofo en crisis obsesionándose por una joven vulgar y sin pretensiones ni ilusiones ni grandes preguntas a plantearse. En principio es una buen punto de partida. El que siempre tiende a interrogarse por todo alucinado de conocer a personas que viven sin hacerse nunca preguntas, al puro "carpe diem", felices a su manera y aceptando lo que tienen y lo que la vida les da. Estoicismo?

El desarrollo fílmico es el habitual. Muchos interiores y en cierta medida puesta a punto teatral. Si el guion lo soporta, entonces no hay ningún problema. El actor tiene mucho que decir aquí, gran parte del sustento fílmico depende de él.
En general, ambos están muy correctos. Puede que incluso más ella, porque su pose insípida y indolente, pero siempre dispuesta, es exactamente lo que el director le pide. Cumple.

Pequeño discurso filosófico regado con escenas de sexualidad necesarias para un mensaje final explícito.
Si luego, uno, está o no de acuerdo con la hipótesis final que el director plantea, esto ya es otra cosa.
Es totalmente subjetivo.

El título engaña, la crítica no la entendió. Imaginen una película hecha por un hipotético Woody Allen nacido en Francia y fumado de Sartre.

Digamos que lo que se revela en el spoiler no desnuda la película, y sí te pone la miel en los labios invitándote al atracón.

El título de esta película está muy bien elegido, porque es lo que causa en el espectador, un tedio terrible.

La peli va de un profesor de filosofía al que deja su mujer (Arielle Dombasle, que de joven era una muñequita pero aquí ya tiene una edad), y por azares del guión conoce a una joven ninfómana a la que le gusta darle al tema del apotema todos los días, y con varios amantes.

Se supone que un filósofo se pregunta constantemente "¿por qué...?", pero este es un filósofo especial. Le interesa mucho con quién sale la chica, cuándo sale, cuándo llega, dónde ha estado, qué ha hecho, cómo lo ha hecho, por qué ha salido, etc. Básicamente la peli es eso, un constante interrogatorio del profesor a la joven, con los celos a flor de piel, una veces con reproches y otras con discusiones. Es insoportable. No me creo que una joven aguante mucho tiempo a un tipo así, ni que un espectador se trague toda la peli. Yo tuve que pasar para adelante por ver el final, al ver que la trama no avanzaba.

La joven es un trozo de carne. No transmite ningún sentimiento. Por esto y por su color blanquecino de piel, en algunos momentos llegué a pensar que estaba muerta. Además está gordita, que sumado a lo anterior hace que no me dé ningún morbo ni ningún erotismo.

Sólo la recomiendo a hombres que les gusten las gorditas, y para verla con el volumen apagado durante una sesión de onanismo.