Parallel Sons

A veces hay buenas historias, interesantes, pero es necesario un conocimiento , al menos elemental, del mundo fílmico para convertir esas historias en guiones cinematográficos. Se necesita que la historia se relate con imágenes y no con lo que los personajes cuentan, y esas imágenes se tienen que incluir en lugares y tiempos que el espectador encuentre interesantes, tan interesantes como la historia. Se necesita captar el interés del espectador al poco de haber empezado y aquí, a pesar del dramatismo de los hechos no acaban de plasmarse en imágenes que a su vez sean lo suficientemente dramáticas. Los actores en este caso no ayudan nada. Después tiene que haber una progresión que nos mantenga interesados en conocer lo que va a ocurrir y como va a ocurrir, pero eso se tiene que lograr con el ritmo de las imágenes que en un drama como este tiene que ser más arriesgado y más intenso. La historia tiene esa progresión dramática, con momentos que pueden hacerla más interesante a medida que avanza, pero el director no ha sabido llevar esa progresión con sus actores que en mucho momentos parecen unos simples aficionados. Por último, el drama asciende y el espacio también, hasta llegar al momento que todos pensaban que ya no se iba a producir. Pero ese momento, como toda la película, resulta fallido por carecer de una intensidad dramática marcada por las imágenes. La conclusión es tan vulgar y vista tantas veces que te quedas con esa sensación del tiempo perdido. Hay homosexualidad, que te la imaginas en casi toda la película, hay problemas de identidad, de familia, de racismo, pero nada de ello llega a enganchar, a atraparte para sentir lo que está ocurriendo.

Anoche visioné esta película con mi madre que había comprado y la verdad me parecio realmente pésima y soporífera hasta decir basta. Para empezar, el doblaje es malísimo, el ritmo es insoportable, la calidad es realmente pobre mostrándonos escenas con colorido verdusco, de gay tiene muy poco y de amor mucho menos. Apenas hay algún comentario gay o alguna muestra de sentimiento físico o verbal. Nada de nada. Una historia sin sentido. Los protagonistas además son feos.