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Slice

Comedia. Terror Un repartidor de pizza es asesinado mientras trabaja y la ciudad comienza a buscar un responsable. Entre la lista de posibles candidatos figura un fantasma, un traficante de drogas e incluso un hombre-lobo caído en desgracia. (FILMAFFINITY)
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
24 de septiembre de 2018
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad, no habla muy bien de una película el que no te "deje" entrar en su historia hacia bien tirada la mitad.
Tampoco el introducir un mundo supuestamente sobrenatural que no sabes si se enmarca en la seriedad, la parodia o la licencia artística, de lo mal explicado y representado que está.

Porque 'Slice' se ambienta en la localidad de Kingfisher, donde licántropos, fantasmas y brujas campan a sus anchas, con gueto propio desde el que no dar problemas.
Pero tú no te das cuenta hasta que llevan varias veces hablando de que si fantasmas allí o allá, piensas que será una coña del pueblo asociada a su leyenda fundacional, y DE REPENTE chocas contra la cruda realidad del maquillaje de cuatro duros.
Ostia, que es eso.
Gente pintada como si estuvieran pasando el peor resfriado de sus vidas.
Okei pues.

Solo con ese detalle te puedes hacer una idea de lo poco cuajada que estaba, en la mente de sus responsables, esta realidad alternativa con pinta de Halloween y ganas de comentario social.
Porque sí, el esperpento carnavalesco solo tiene como única función hablar de alcaldías, minorías y grupos de presión sin tener que llamarlos así en ningún momento, deslizando por lo bajo una guarrindonga metáfora en la que el hombre negro lobo es principal sospechoso ante los medios del asesinato de un pizzero blanco en Ghost Town, el gueto antes mencionado.
Nunca me queda claro si la intención era la sátira más surrealista, la sencilla diversión o la serie B más gamberra, pero tampoco importa mucho cuando todos los intentos de comedia están tan tímidamente llevados.

Creo que el director se flipó con la posibilidad de ser "importante" desde la cutreza, recurriendo a toda la problemática social que pudo meter, y se olvidó de que tiene unos efectos tristísimos que no aguantan el ponerse serios.
Una pista de lo que podría haber sido queda, sin embargo, en ese alcalde veleta haciendo repetitivos comentarios a un vecindario asustado, o Zazie Beetz demostrando que la actitud es un grado cuando tu personaje es más plano que el papel en que está escrito.
E incluso me reiría con el encargado de la pizzería que mantiene la profesionalidad por muchos empleados que le desaparezcan, y lo primero que piensa al descubrir muertos en su sótano es por qué no pagan la renta, pero no puedo suspender tanto la lógica como para seguirle la coña (porque la peli ni lo intenta ni le apoya).

En fin, que sabores raros e inesperados, sobre todo en cine, son bienvenidos.
Pero el riesgo de experimentar con los ingredientes es que el resultado te sepa a culo.
Charles
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24 de octubre de 2018
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mejor: el inicio (entendiendo como tal el minuto que sigue a los dos primeros), cuyos animados créditos (acompañados de una exquisita melodía) son una delicia ochentera en toda regla, sirviendo los adjetivos empleados en este alegato como tributo al personaje asesinado al principio, un repartidor de pizza del que sorprende no solo su aspecto sino también su inusual forma de repartir la mercancía que porta (en coche en lugar de en motocicleta); la escena de la concentración de vehículos de comida rápida, a cada cual más singular y evocador en el tiempo a pesar de no exprimirse lo más mínimo (de hecho si uno se descuida puede que ni se percate), uno de tantos errores propios de un debutante cuya ambición le supera en todos los aspectos; el devenir de la historia, pese a albergar impases realmente deplorables (esa persecución supuestamente adrenalítica a una velocidad particularmente baja desquicia a cualquiera), ofrece alguna que otra idea interesante, como la estrategia de división ciudadana en dos vecindarios (muertos y vivos) por parte de un alcalde que encarna al típico político corrupto para el que la lealtad tiene precio y la codicia le lleva por un capitalista sendero cuyo destino no es otro que el de una condena perpetua mayor que la relacionada con el lugar en el que se desarrolla la acción (profanado en el pasado y maldito en el presente), abanderando imprecisas moralidades e insostenibles conspiraciones.

Lo peor: la exageración interpretativa, firmando el equipo actoral (sin excepción) una labor probablemente impuesta e indudablemente desesperante en la que el dudoso sentido del humor que profieren (el cuadro de la mujer con tres senos y la hipótesis de los gatos parlantes son dos claros ejemplos de índole muy distinta) acentúa más si cabe su lamentable cometido; el maquillaje de los seres mitológicos (algunos tan emblemáticos como brujas, fantasmas y licántropos) es pésimo, pudiéndose deducir que lo son por el mero hecho de que así se proclaman ellos mismos, pues sus necesidades (como comer y laburar) y comportamientos (como abrir y cerrar puertas) son idénticas a las de los simples mortales, estereotipándose hasta la saciedad; el desenlace es de lo más indigno imaginable (“¿es el Señor trabajando de maneras misteriosas o el Diablo haciéndolo obviamente?”), resolviéndose en algo más de cien segundos el anunciado gran momento de la película con caóticas revelaciones (la del portal al inframundo es la más bochornosa) e infames efectos especiales (el nivel de los mismos durante el metraje no alarma en exceso porque apenas se recurre a ellos) a los que sigue, para concluir la crónica positivamente, un falso anuncio publicitario mucho más agradable que el resto de ocurrencias.

Daniel Espinosa
www.cementeriodenoticias.es.tl
Tithoes
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31 de octubre de 2018
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace unas semanas (de casualidad) vi el trailer de "Slice", proyecto de bajo presupuesto sobre el asesinato de un pizzero en el cual se ven involucrados un hombre lobo y fantasmas, ya que todos ellos conviven con humanos en un pequeño pueblo. No suena mal, ¿verdad?

Lo que debería haber sido una comedia de terror original y fresca, acaba siendo una estupidez de proporciones bíblicas. Y encima me la había reservado para mi sesión Halloween 2018... pobre de mí.

La dirección es mediocre (se nota el bajo presupuesto, y decir que luce como la peor serie del canal más cutre es ser generoso). El guion es patético, y no por los temas que toca (una vez sabido el argumento uno sabe a lo que viene), sino porque el humor brilla por su ausencia, y encima te aburres, lo cual es increíble teniendo todos los elementos descritos anteriormente.

En cuanto al reparto, todos andan algo perdidos, y ojo, que por ahí se pasean Zazie Beetz (Domino en "DeadPool 2") y Joe Keery (Steve en "Stranger Things"), aunque este último en un papel muy pequeño y metido con calzador. No entiendo como gente con talento se ha prestado a algo semejante.

Y por dios... que decir de los efectos especiales y del maquillaje... los primeros dignos de una mala serie de Disney Channel, y el segundo... solo con deciros que se nos presenta al hombre lobo peor maquillado y más feo de la historia del cine, os lo digo todo.

En conclusión, estamos ante un experimento fallido, una comedia sin gracia y una absoluta pérdida de tiempo. Solo se salvan sus geniales créditos iniciales. Nada más.

De lo peor del año, pero de lejos.

Más críticas: ocioworld.net
Javi McClane
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4 de abril de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo único potable de "Slice", supuesta comedia de terror bajo el sello A24, son sus geniales créditos iniciales y el (quien sabe si) guiño a la "Desafío total" (1990) de Paul Verhoeven. Todo lo demás, incluida mi venerada Zazie Beetz, es un batiburrillo inaguantable y de más que dudosa eficacia. Y es que, estará mal que yo lo diga, sobretodo cuando defiendo a capa y espada la libertad absoluta del creador, pero "Slice" es lo que pasa cuando, precisamente, le das carta blanca total al creador. Que te la mete doblada y ni te enteras. ¡Sí!, va por ti A24.
Un repartidor de pizzas aparece muerto en la localidad de Kingfisher, un peculiar emplazamiento que aúna, entre sus habitantes: zombies, fantasmas, hombres lobo, brujas y hasta políticos corruptos; siendo este el primero de una larga cadena de asesinatos. Obviamente todos son culpables hasta que se demuestre lo contrario. Astrid, pareja del repartidor fallecido, inicia una búsqueda por su cuenta del asesino. Sadie, una joven periodista del periódico local, también inicia su propia investigación, ahondando en el turbio pasado de Kingfisher. Dax, un hombre lobo culpado del crimen, intenta demostrar su inocencia.
No pienso negar que Austin Vesely, el director y guionista al mando de esto, tenía mimbres en “Slice” para una más que interesante comedia de terror. Pero es que al final hasta tengo dudas de que la película sea una comedia. Para ser sincero, en su escasa hora y media apenas me he reído. A24 fue la encargada de dar bombo y platillo a esa dichosa etiqueta del «elevated horror», con obras como "La bruja" (Robert Eggers, 2015) o "Hereditary" (Ari Aster, 2018). ¿Y si con "Slice" han creado una nueva, la del «elevated horror comedy»?…
En fin, manténganse alejados de "Slice".
Isaac Paskual
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