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Accattone, un muchacho de Roma

Drama Mientras que Accattone se pasa el día metido en las tabernas, Maddalena, la mujer con la que vive, debe ejercer la prostitución para mantenerlo. Cuando Maddalena es detenida y encarcelada, Accatone, privado de su medio de subsistencia, se ve condenado a llevar una vida miserable. Incluso debe pedir ayuda a su esposa legítima, Ascenza, a la que hace años abandonó. (FILMAFFINITY)
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
17 de febrero de 2007
58 de 60 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ópera prima de Pier Paolo Pasolini, inspirada en su novela "Una vita violenta" (1959). Se rodó entre abril y julio de 1961 en exteriores de los barrios marginales de Roma. Fue nominado a un BAFTA (actor extranjero, F. Citti). Producido por Alfredo Bini y Cino Del Duca para Arco Film, se presentó en el Festival de Venecia en septiembre de 1961.

La acción tiene lugar en los suburbios periféricos de Roma, a lo largo de los meses de primavera y verano de 1961. Vittorio "Accattone" Cataldi (Franco Citti) es el líder de un grupo de muchachos desocupados y ociosos, que no quieren trabajar. Pasan el tiempo conversando en la terraza de un bar, cometen hurtos y hacen trapicheos. Accattone (mendigo), separado de Ascenza (Paola Guidi), la madre de su hijo de 2 años, convive con Magdalena (Silvana Corsini), que trabaja para él como prostituta callejera. Detenida y condenada a prisión por falso testimonio, deja a Accattone sin su fuente de ingresos. Stella (Franca Pasut) es una muchacha inegnua, inocente y manejable, que Accattone trata de convertir en su nueva protegida, pero no sirve para el oficio. Enamorado de ella, busca un trabajo honrado, que no soporta, por lo que decide dedicarse al robo.

La película presenta una amplia descripción de la vida de grupos de jóvenes de la periferia romana, desarraigados por el paro, la miseria, la falta de oportunidades y la desestructuración familiar, en los años de la Posguerra. El paro es el dentino de unos jóvenes sin habilidades sociales, sin formación y sin expectativas, abocados a la delincuenica para poder sobrevivir. Las imágenes de la ciudad muestran una urbe desolada, árida y deprimente, de calles vacías, casas míseras y personajes excéntricos y egoistas. Sólo la figura del hijo de Accattone, que juega solo en la calle con botellas, piedras y fango, aporta una nota de ternura y humanidad. Pasolini no pretende agradar al público. De ahí que su estética realista, inspirada en el neorrealismo, transite más allá de éste para situarse en las proximidades del realismo expresionista. Los cuadros que dibuja extán exentos de sentimentalismo, juicios morales y de explicaciones. El autor busca que la realidad provoque en el expectador sentimientos primarios de horror, repugnacia, ansiedad.

La música, coordinada por Carlo Rusticelli, incluye fragmentos de Bach, a los que añade melodías populares y de baile del momento. La fotografía, a cargo de Tonino delli Colli, en b/n, crea una narración visual rica en recursos expresivos, sencilla y dotada de un potente ritmo cinematográfico. Usa frecuentes primeros planos y busca el predominio de los personajes sobre el paisaje, reflejo del alma humana. Extrae lirismo y belleza de una realidad negra y perturbadora, con toques de humor. El guión recrea la pobreza urbana de sus primeras novelas, pobladas de ladrones, vagos, borrachos, carteristas, vividores, delatores. Son personas desarraigadas, antisociales, derrotadas y sin esperanza.
Miquel
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21 de noviembre de 2010
36 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Accattone ofrece cierta visión santificada de unos personajes y un contexto suburbano (por la admiración hacia ellos, no por sus acciones basadas en el proxenetismo y el latrocinio), visión que destaca en el tallado de planos que recuerdan al posterior “Evangelio” pasoliniano. Forma de imagen desde el respeto sacro esculpido sobre el plano (promovido este efecto también por una inexperiencia técnica reconocida por el propio director), el empleo exquisito de la música de Bach (efecto impostado de la música en Accattone, ubicación extradiegética de una partitura que no aporta a la acción sino que evoca la intención sacra del director), etc., que ofrecen la paradoja entre la miseria representada por Pasolini y el respeto hacia una identidad, una tradición, una personalidad y una patrimonio idiosincrásico, histórico, al que agarrarse ante la uniformización de la burguesía y la sociedad prometeica de consumo (quiebra y ruptura vinculada a la precariedad material y moral de la democracia cristiana, el fascismo aún caliente y la posguerra mundial).

Los personajes son despojos, desheredados sin ideología sumergidos en la miseria, pero no se avergüenzan como Mamma Roma. Hacen ostentación con sus gestos y diálogos de su miseria a través de un anarquismo vital de tradiciones y pasados en ruinas. Supone esta película el estadio anterior a la plena fagocitación e identificación cultural burguesa y es un interesante complemento a la cinta protagonizada por la Magnani. Ahí radica la diferencia entre los personajes de ambas películas. Pese a todo, estos “accattones” abrazan la abulia como única forma de rechazo de un mundo que les desprecia. Aceptan que no existe solución.

Pero el personaje principal se rebela, pese a todo, busca la redención de su conflicto interno mediante el amor, ese sentimiento para el que todavía hay sitio. Típico y clásico tema el de la humanidad berreando contra un orden socioeconómico y su tecnocracia jerarquizada y castradora.

Pasolini expresaba sus diferencias ideológicas con el cine de Antonioni, al que acusaba de ser un muestrario de las crisis existenciales burguesas sin componente aleccionador o ideológico, simplemente descriptivo. En Pasolini hay doctrina, hay enseñanza; una leve careta de arena como la de la tragedia griega. Careta breve que habría de ir descomponiéndose entre el polvo de una tradición ante el empuje de las nuevas tendencias que humillarían y convertirían a estos jóvenes arrogantes que pueblan “Accattone”. A partir de ahí, la revolución pasaría por hacer horas extras para comprarse una moto.

“O el mundo me mata a mí
o yo lo mato a él”
Bloomsday
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26 de octubre de 2007
30 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que me ha parecido estupenda. Decididamente el primer Passolini "neorrealista poético" de la primera época (en blanco y negro) era algo muy especial e inimitable. Ese contraste, por ejemplo, entre los ambientes marginales, cutres, con todo su nihilismo, y la musica celestial de Bach, sugiere que acaso esos personajes sean ángeles en potencia, y produce un efecto bastante peculiar a nivel subconsciente.
Lo cierto es que toda esa imaginería de baretos de mala muerte, barrios del extrarradio, paredes desconchadas, descampados, chulos, prostitutas -y planeando por encima, siempre la idea de la muerte- no puede dejar de conmovernos al recordar el trágico final de Passolini, también en un descampado, también a manos de alguno de esos jóvenes marginales que tanto le atraían.
La pena es que para ver una película como esta, que le da cuarenta vueltas al 99 por ciento de las películas que se estrenan, haya que irse hasta alguna lejana biblioteca y rescatarla del olvido.
alex
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14 de octubre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entré en la sala, ese día había un responsable de la filmoteca de Bolónia, lugar donde nació Pasolini. Nos presentó al cineasta, poeta e intelectual. Un progresista tradicional de ideas claras, cristiano y comunista al que asesinaron no se sabe bien porqué. Una de esas personas que pasa por la vida dejando una huella profunda, plasmando sus inquietudes, sus ideales, su forma de ver la sociedad estancada de la posguerra italiana, hijo de un soldado que fue condecorado por salvar a Mussolini y en este su cine está su presencia.

La película se sitúa en la periferia de Roma, pueblos desolados, caídos, mordidos por el polvo. Allí habita una generación de maleantes, que se mezclan con los vagos, con los que hacen poco y con los que hacen menos que nada. Allí está él, Accattone al mando de una prostituta, ejerciendo de chulo en un chequeo existencial de esa gente que pasó tanta, tanta hambre. Llena de curiosidades del cineasta.
La película deja su huella en los primeros planos, en esos rostros callejeros, con hambre, curtidos por la herrumbre. Te sientes raro, triste, cohibido, impotente. Otros planos realzan lugares decadentes por donde pasea una Italia que aún no cambia. Una muestra de ternura viene de la mano de su hijo que juega con piedras y botellas. La música también me llamó la atención, Bach y un jazz que acompañaba a algo. En definitiva Accattone es una muestra de neorrealismo imprescindible.

Me despido citando una poesía suya:


AL PRÍNCIPE

Si regresa el sol, si cae la tarde,
si la noche tiene un sabor de noches futuras,
si una siesta de lluvia parece regresar
de tiempos demasiado amados y jamás poseídos del todo,
ya no encuentro felicidad ni en gozar ni en sufrir por ello:
ya no siento delante de mí toda la vida...
Para ser poetas, hay que tener mucho tiempo:
horas y horas de soledad son el único modo
para que se forme algo, que es fuerza, abandono,
vicio, libertad, para dar estilo al caos.
Yo, ahora, tengo poco tiempo: por culpa de la muerte
que se viene encima, en el ocaso de la juventud.
Pero por culpa también de este nuestro mundo humano .
hueso
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4 de julio de 2008
30 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que le pasa a Accattone en ésta película es lo que nos pasa a todos en la vida en muchas ocasiones. Por ejemplo iba a escribir mi primera crítica y leo: NO SE ACEPTARÁN CRÍTICAS CON FALTAS DE ORTOGRAFÍA Y SIN ACENTOS.

Bien, ¿no me gusta escribir? No, no es eso, lo que me puede molestar es que se me imponga una serie de restricciones o de penitencias por las que puedo no estar dispuesto a pasar.

Accattone es un proxeneta que no ha trabajado en su vida.
Lo más importante para mí es el personaje, no la música ni otras florituras. De hecho en mi opinión el personaje no es nihilista. No creo que no tenga valores. Es un rebelde. Un rebelde que no está dispuesto a pasar por el aro que le impone la sociedad. Por cierto la de Italia de después de la guerra.

Vive de las mujeres, tiene unos amigos ateos y que parece que también son proxenetas. Ahora.. ¿Es Accattone un vago?

No. Pues es capaz de hacer muchísimas cosas y esfuerzos. La película empieza con que por una simple apuesta es capaz de cruzar un río entero solo por demostrar no se que, y todo el mundo va a verle porque pensaban que iba a morir.

Cuando al final de la película se mete en el grupo de unos ladrones es capaz de caminar durante 8 horas seguidas sin ningún resultado.

Es decir... ¿Es Accattone una persona sin capacidad de sufrimiento?

No, lo que pasa es que no puede soportar que le impongan. Es tan inmaduro que es como mis amigos cuando caminan durante 20 minutos a una discoteca específica y luego no entran, porque el portero les pide que paguen una copa por adelantado.

¿No quieren entrar? Claro que quieren entrar, es su sitio favorito. ¿No tienen dinero? Claro que tienen, el problema es que no les gusta que les impongan eso. Son gente que no soporta que se les suban las chicas a la chepa y pagar por entrar es algo que les supera.

Yo nunca lo he entendido, pues sé que dentro nada más entrar van a consumir y les va a salir todavía más caro.

Ahora, después de ver esta película les entiendo mejor.

Gente como ellos, que están hartos de las mujeres les traten como un trapo, y ellos intentan hacer lo mismo con ellas, por cierto, no pueden soportar que las chicas entran gratis y ellos paguen, porque se sienten.. PROSTITUIDOS.

Y de eso va en cierta manera la película.

Ahora... ¿qué ocurre durante la película?

Pues bien, Accattone al final, intenta pasar por el aro... por amor. Sí por amor. Conoce a una chica lo suficientemente valiosa como para intentarlo todo por ella. Y por primera vez se resigna.

El día que viene de trabajar por primera vez en su vida, tiene un sueño que simboliza su muerte existencial.

Esa muerte no es más que la muerte de un vitalista, de un rebelde, inmaduro, pero no de él, sino de su alma. Una persona tan rebelde que sólo podrá tener por destino la tragedia. Es su forma de vida, pero ojo, sin buscar esa (tal vez falsa) libertad es incapaz de vivir.

Qué cosas se encuentra uno en la biblioteca entre nombres antiguos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
accattone
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