Believers

"Believers" es un inquietante thriller cuyo guión se centra en dos sanitarios (Johnny Messner y Jon Huertas), que tras acudir a una llamada de auxilio de una niña para que atendieran a su madre herida, son secuestrados por los miembros de una secta. Una vez que son hechos prisioneros y llevados a su cuartel general, descubren que su líder tiene la fuerte convicción de que se aproxima el fin del mundo, y que para escapar de ese trágico destino planea un suicido en masa de todos sus adeptos. Antes de nada quiero advertir que "Believers" no es una cinta de terror, sino más bien un thriller de intriga en el que no sabes bien que creer. Digo esto porque si alguien se espera una película de miedo quedará bastante decepcionado. El argumento del filme trata el tema de las sectas de modo que podría ser una historia verídica perfectamente. Además lo hace de forma original, es diferente a las películas de sectas que suele haber en el mercado. Aquí los miembros no son fanáticos religiosos obsesionados con Dios, sino gente culta y con conocimientos científicos. Para ser sincero, tampoco te esperes mucho del guión, ni de la forma de contarlo. Cierto es que te mantiene en tensión durante la mayor parte del metraje, más que nada porque esperas que pase algo y por ver su desenlace final, pero a medida que pasan los minutos va decayendo, pues la cinta se vuelve claustrofóbica, siempre con los mismos lugares, y abusando de demasiada verborrea mística, de muchas frases crípticas que llegan a cansar. No obstante, saben llevar su pulso narrativo para que no te resulte inaguantable del todo. Los actores también ayudan en este sentido, pues sus interpretaciones son dignas y correctas, con diálogos que en ningún momento son estúpidos (lo cual es de agradecer tal y como está el patio últimamente). También cuenta como aliciente con la belleza de Elizabeth Bogush y sobre todo de Deanna Russo, aunque su papeles son muy secundarios. El filme se merece un aprobado en líneas generales, está en el umbral que separa el tedio del que no lo es. No llega nunca a traspasarlo, pero personalmente creo que se dilata en el tiempo un poquito más de la cuenta, sus 102 minutos se hacen largos. Los últimos 10 minutos son lo mejor del filme, son los que salvan a la historia de ser un tostón, y dotan al producto de una pegada final imprevisible que queda muy bien. Para terminar, quiero decir que he visto películas mucho peores que ésta. Así que recomiendo su visionado, cumple para pasar el rato.

Decepcionante película, donde uno de los directores de la famosa "El proyecto de la bruja de Blair" vuelve a incidir en los errores que ya tenía dicha cinta: un metraje demasiado largo, un escaso sentido del ritmo narrativo y demasiadas ínfulas. Con una base argumental realmente débil, y que a duras penas daba para un largometraje, Myrick se empeña en alargar innecesariamente un guión que busca eludir clichés y lugares comunes, pero que, en el camino, se vuelve espeso y cargante, llegando a cansar y logrando que terminemos por perder el interés por lo que se nos cuenta, de forma que, al final, no nos importa si los integrantes de la secta tenían razón y se acaba el mundo o no; el caso es que, por fin, se acabe la película.

Correcto film de terror psicológico, en el que unos sanitarios son atrapados por una secta apocalíptica, que espera el fin del mundo y tienen su plan - macabro - para escapar. Inspirada en hechos reales, el filme destaca por su corrección, ni busca el susto fácil, ni el personaje extremo, ni la violencia innecesaria, tan solo describe una situación desesperada para dos personas que no deberían estar en los dominios de la secta. La ambientación, es un sitio nada lujoso, algo sucio y oscuro, y el vestuario, con monos de trabajo que uniformizan a los sectarios, le otorga una credibilidad y le aleja de veleidades fantásticas. Daniel Benzali, como "El maestro", lider de la secta, con su contención y misticismo, consigue transmitir al espectador la fascinación que ejerce sobre sus dominados.

Myrick, un de los dos directores de "la Bruja de Blair", hace un buen trabajo en su segunda incursión cinematográfica ocho años después. Es una película barata, sin medios, pero bien producida. No hace falta más para transmitir desasosiego. Y los actores están magníficos, apoyados en una buena historia de diálogos aceptables. Un buen filme de género.