Encrucijada para una monja

Es la última película en la que participó Paloma Valdés, prototipo de la belleza angelical en el cine español de los años 60. Julio Buchs que fue un cineasta irregular pero muy competente demostró en esta película un pulso firme que se refleja en el sentido del equilibrio logrado en el momento de plasmar una historia tremenda en la que se expone un conflicto de orden moral con buen gusto y reduciendo los aspectos morbosos y sensacionalistas del tema mediante unos diálogos comedidos y un tono narrativo sobrio y sin estridencias. La interpretación de Rosanna Schiaffino es elogiable porque demuestra que se puede ser muy expresiva sin necesidad de sobreactuar. Y aunque la sobreactuación no es exactamente un defecto esta actriz domina muy bien la complejidad del personaje con mesura y tacto. La obra sin embargo no deja de ser audaz a pesar de su sentido de la contención. Los distintos escenarios de la obra están bien combinados y hay cierto sentido del humor reflejado en el personaje de Mara Cruz que habla con frivolidad de la vocación religiosa de su hermana. Sin embargo en algún momento aparecen matices sorprendentes en ese personaje. Aunque el planteamiento general daba para más la cinta resulta digna. La guinda del pastel son las breves apariciones de Luchy Soto y Laly Soldevila dentro de un reparto muy bien conjuntado. Obra respetable sin duda.

"Histórica" película italo-española, que como calidad cinematográfica no es que tenga mucho que destacar, pero como estudio socio-político-religioso, no tiene precio.
Se puede ver perfectamente pues en cuanto a calidad técnica es competente.
Posee una bellísima fotografía, una bonita música y está llena de estupendos intérpretes españoles, sobre todo de mujeres importantes en la escena española: Laly Soldevilla, Margott Cottens (estupenda en este trabajo), Mara Cruz, María Isbert, Luchy Soto....
Sin embargo, muy diferente es su tufillo ético-religioso, muy propio de la época, por otra parte donde comenzaron a abrirse algunos caminos que daban pie a creer en una esperanza de que todo cambiaría. Aunque hubo que esperar a la muerte de Franco para que se hiciese realidad.
Una película bastante entretenida, si se ve desde una perspectiva distante, que no sé si eso es posible, dadas las perlas que se oyen y la puesta en escena de algunas ideas que, en esos tiempos, pasaban por liberales, pero que contempladas hoy en día resultan...en fin, pasadas de moda. O eso espero, vaya.

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