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El Llanero Solitario

Aventuras. Western. Acción Adaptación de las aventuras del héroe del serial radiofónico del mismo título. Un grupo de Rangers de Texas sufre el ataque de una banda de forajidos. Un indio llamado Toro encuentra al único superviviente, "el llanero solitario". Desde entonces, el héroe, su caballo Silver y su nuevo ayudante, Toro, recorren el estado para vengarse de los forajidos y hacer triunfar la justicia. (FILMAFFINITY)
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Críticas 145
Críticas ordenadas por utilidad
22 de agosto de 2013
145 de 173 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película estaba muerta antes incluso de nacer. La mataron los críticos mientras se estaba rodando, y después de su estreno, la enterró la seriedad y el hiperrealismo instaurado en la cultura cinematográfica de la sociedad actual, en la que no caben histrionismos, absurdeces, espíritu de aventura ni cuelgues variados.
Sí, a mi me ha gustado esta nueva versión de "El Llanero Solitario" y eso que iba prevenido por las malas críticas y las malas opiniones que venía leyendo. La cuestión es que yo entré en la sala sin prejuicios y salí con la sensación de haber asistido a un gran espectáculo al que le sobran 20 minutos (sí, reconozco por ejemplo, que las idas y venidas del relato de Tonto o Toro (según el doblaje que se vea) sacan de contexto al espectador, pero son un mínimo detalle), pero que es espectáculo y aventuras en su máxima expresión.
Hay que concederle a Gore Verbinski que su lejano oeste luce mejor que nunca, incluso los desiertos y las montañas, que no transmiten lo mismo que los océanos y las islas de su trilogía pirata, están rodados de tal forma que te introducen en un universo en el que conviven de igual forma caballos con dotes de médium, conejos caníbales, indios colgados, héroes con una falta importante de carisma y personajes secundarios metidos con calzador. Pero... ¿es que alguien esperaba otra cosa?
Supongo que como el mundo se ha vuelto un lugar muy serio y el cine también (me encanta el cine de Christopher Nolan y considero "El Caballero Oscuro" una obra maestra, pero su realismo implícito ha causado estragos en el cine posterior), la gente que entraba a ver "El Llanero Solitario" esperaba encontrarse con una película que hablara sobre como el ferrocarril fue motor palanca de la revolución industrial norteamericana, detallado de manera profunda con datos y fechas contrastados. Como profesor de historia les podría recomendar a esas personas varios libros y documentales al respecto, pero esta película no pretendía más que lo que es:un puro espectáculo visual que a partir de una pareja absurda, viviera aventuras absurdas con un componente de mamarrachismo importante.
Que sí, que el guión deja bastante que desear (se nota que sufrió reescrituras para adaptarse a los constantes cambios de presupuesto y por eso algunas tramas no están bien desarrolladas), que Armie Hammer no tiene carisma y padece un grave complejo de ñoñería, que el personaje de Helena Bonham Carter está muy mal desarrollado, y que Johnny Depp hace de Jack Sparrow indionizado, pero forma todo parte de la estrategia de una película que no se toma en serio a sí misma y que por eso se convierte en una bizarrada original y fresca dentro del panorama cinematográfico actual.
Además contiene algunas de las más espectaculares secuencias de lo que llevamos de año: Tanto el comienzo como sobre todo esos veinte MAGNÍFICOS últimos minutos están rodados de forma ejemplar para dar la sensación de que realmente asistimos a varias montañas rusas consecutivas que no dan descanso alguno a la vista, ni al oído, pues la fanfarria de Hans Zimmer (que usa la partitura del "Guillermo Tell" de Rossini de forma atronadora) nos acompaña en todo momento casi con ganas de convertirse en un himno más que en banda sonora.

En el spoiler detallaré algunas cosas brevemente, pero en definitiva, creo que un 7 es una buena nota para esta película, buen espectáculo veraniego con ínfulas de blockbuster excesivo que ha aterrizado en una época en la que la mayoría de los espectadores no la van a entender ni aceptar, porque el mundo se ha vuelto muy serio, ahora impera el realismo y la explicación lógica y sobre todo el wasapear la película en la misma sala de cine, mientras se está viendo, para después salir diciendo que no ha gustado cuando realmente ni se ha visto con detalle.

Concluyo: creo que si alguien decide ir a ver esta película, debe hacerlo con la mente abierta y sin prejuicios ante lo que va a ver. Que no se engañe pensando en algo que no es, como he dicho, esto es una bizarrada absurda y espectacular que se pasa de excesiva y aún así es entretenida, pero no hay más. Si eso no se acepta, es mejor entrar a otra sala para no salir decepcionado. Por lo que a mí respecta, la película cumplió con lo que esperaba de ella y salí contento de la sala de cine (e incluso tarareando la banda sonora).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose Luis
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21 de agosto de 2013
50 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
En plena pugna por el reconocimiento a blockbuster del año, damos con la intentona post (o entre) Piratas del Caribe de Disney, que como empieza a ser habitual, aterriza por nuestras latitudes tras haber sido defenestrada por la crítica norteamericana, olvidada por el público y defendida con escaso atino por su estrella principal. Cambiando mares y parches en el ojo por desiertos y antifaces, el indisoluble tándem Verbinski-Depp vuelve al lejano oeste y esta vez lo hace sin animación digital de por medio (recordemos: Rango) y con la adaptación de una saga radiotelevisiva cuya melodía de sigue tarareando o repiqueteando con los dedos a día de hoy. Pero poco importan los cambios geográfico-argumentales si la base se mantiene, y aquí la estrategia es calcada a La maldición de la Perla Negra, primera y sensacional entrega de la saga bucanera recién mentada: inversión de aúpa, argumento con mucho de fantástico para maquillar una aventura a la vieja usanza, Johnny Depp pintado de arriba abajo y ejerciendo de secundario para un protagonista más ñoño que SuperÑoño, target familiar/palomitero... demonios, si hasta se le pide a Hans Zimmer que vuelva a componer una de esas bandas sonoras que son más un himno que otra cosa. Tal vez fuera bueno preguntarse dónde acaba lo lícito para empezar el aprovechamiento desvergonzado. Pero francamente, qué más da cuando repetir una estrategia implica obtener los mismos resultados si no mejores. Y es que El llanero solitario es una gozada prácticamente redonda.

Cierto es que hay un requisito previo: despojarse de prejuicios, ser consciente de que se va a ver un western más cercano a Cowboys and Aliens que a Valor de ley (por citar dos de los últimos ejemplos de género que hayan pululado por nuestras pantalla), y no pedir peras al olmo. Ya avisamos ahora de que el guion no es precisamente de Oscar, y de hecho más vale no prestarle demasiada atención so pena de acabar saturado de lugares comunes y de cierto abuso (diríase autoconsciente) de un recurso deus ex machina ya de por sí dudoso, para cuya justificación habría que recuperar la serie original. Súmense otras decisiones cuestionables, como el hecho de arrancar desde 1933 para que un Tonto (Toro en versión doblada) pobremente maquillado para aparentar mayor narre a un chaval cómo llegó a conocer al último Ranger; el volver a esa época futura cada dos por tres deteniendo el progreso de la trama real situada en la segunda mitad de 1800; o la obsesión por consumir minutos y más minutos en desarrollar hasta el puntillismo giros desesperantemente previsibles o personajes vistos en mil y una ocasiones. No, será difícil que El llanero solitario aguante un análisis riguroso, máxime si a uno, además, le da por detenerse en otros detalles: ¿Hemos dicho ya lo rematadamente soseras que es Armie Hammer, a la cabeza del cartel? Chungo lo va a tener quien entre así a la sala: le esperan 150 (excesivos) minutos de sufrimiento.

No, aquí hay que venir a lo que hay que venir, exigiéndose a Verbinski que disponga el mayor espectáculo posible. Y así, la cosa cambia: ya desde un brillante comienzo plagado de gags más propios del slapstick que del blockbuster, se establecen las directrices de una cinta que bien pronto se descubre cómo una buddy movie de las de siempre, plagada de chascarrillos y puyas mutuas, que funcionan una vez más gracias a Johnny Depp, tan teóricamente irritante como eficazmente cómico a la hora de la verdad. Por medio de un mundo que enseguida logra labrarse una mitología de peso a su alrededor, va discurriendo una aventura sorprendentemente adictiva y emocionante a la vez, que jamás rehúye de un conato de acción cuando ve hueco para ella, resolviéndolo en todo caso con secuencias originales y visualmente arrolladoras. Y es que El llanero solitario funciona a las mil maravillas tanto por el cariño que se le acaba cogiendo a los dos personajes (la personalidad de Depp sobra para contagiar a Hammer), como por el gusto por el espectáculo pirotécnico del director, generador de escenas de auténtica antología a velocidad de crucero. Cuesta entender la pobre acogida recibida allende el océano, salvo que todas las críticas se centren en ese impasse establecido entre el segundo y el tercer acto, que aglutina los 20 minutos más olvidables. Una antesala rutinaria y sin brillo de la conclusión, que dilata innecesariamente el metraje y detiene casi totalmente la acción. Claro que luego…

Luego queda el clímax. Un clímax muy generoso en minutos, que recupera fuerzas y de qué manera: redefine el concepto de espectacularidad cinematográfica, a base de una concatenación de saltos, choques, disparos y persecuciones a caballo entre, por encima, y por debajo de dos trenes a toda velocidad por vías más o menos paralelas. Hans Zimmer explota la melodía de la serie original con una composición apoteósica que acompaña las peripecias de los personajes al tiempo que arenga al espectador, absolutamente anonadado ante una fiesta que de verdad, de verdad, es lo nunca visto. De los mejores momentos del verano cinematográfico, sin duda. Y eso, moviéndonos en el universo en que nos movemos, el de las palomitas, los robots gigantes y las naves espaciales, ya debería significar motivo de visita obligada al cine más cercano. Pero es que al final resulta que de 150 minutos, 130 como mínimo se disfrutan como si se estuviera en un parque de atracciones. Cine de aventuras familiar, desarrollo trepidante vía acción sin pausa, fuegos de artificio de primer orden, y un actor que cae bien y que vuelve a dar en la diana. En serio, ¿qué más se puede pedir?

www.lacasadeloshorrores.com
LaCasa
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8 de agosto de 2013
73 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se estrena el próximo miércoles 21 de agosto en los cines españoles “El Llanero solitario”, la última superproducción del equipo formado por el director Gore Verbinski, el actor Johnny Depp y el productor Jerry Bruckheimer, encargados de la exitosa saga de “Piratas del Caribe”, que tanto dinero y alegrías ha dado a Disney.

Debido a todo esto, cuando estos mismos hombres acudieron a Disney para que apoyaran la adaptación a la gran pantalla de las aventuras de este héroe conocido por su serial radiofónico y televisivo, tuvieron que acabar cediendo a pesar del excesivo presupuesto que suponía.

Para los que desconocen las aventuras de este héroe enmascarado, el Llanero solitario (Armie Hammer) es un ranger que consigue sobrevivir milagrosamente al ataque de unos forajidos, así que ayudado por un peculiar y excéntrico indio llamado Tonto (J. Depp), buscará llevarles ante la Justicia.

De esta forma, comienza esta adaptación recargada y de duración excesiva, que pretende implantar lo que funcionó en la famosa saga de piratas en mitad del salvaje Oeste, con caóticos resultados. Aquí todo es más grande, más digitalizado, más espectacular pero mucho más tedioso. El espectador contempla con estupor cómo los chistes no funcionan y las escenas de acción rozan el ridículo de lo irreales que resultan.

En cuanto a las actuaciones, contemplamos a un protagonista sin garra ni carisma que no consigue sostener una producción de tales características, así como un Johnny Depp que consigue retorcer y aumentar el histrionismo de un personaje que cansa desde la primera secuencia (al contrario de su mítico Capitán Jack Sparrow).

Pero no sólo eso, sino que la construcción de la propia historia, con sus flashbacks y cambios de época consiguen desubicar al espectador, donde ni siquiera ayudan a mejorar la historia. Debido a esto, el flojo e inverosímil inicio persiste y se repite en exceso, evitando que el espectador consiga creerse o al menos, cogerle cariño a una trama previsible y llena de tópicos.

En resumen, en “El Llanero Solitario” nos encontramos ante una historia que, disponiendo de todos los medios tecnológicos y económicos, aburre y no sorprende, siendo víctima de su propio intento de grandilocuencia.

Lo mejor: Que vuelva a oírse en la cinta el tema original de “El Llanero solitario”.

Lo peor: Que este fallido intento dura unos 150 minutos francamente excesivos y recortables en gran medida.

Síguenos en Twitter: @cineralia y @EduQuintana16
Edu16k
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29 de agosto de 2013
40 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta ocasión mi intención, más que escribir una crítica, es mostrar mi tremenda alegría al poder ver, una vez más, una de las pocas muestras que se van sucediendo de mi género cinematográfico favorito.
"El llanero solitario" no es una obra maestra. Pero sí es una magnífica película de evasión, un divertimento que, en mi opinión, se ha convertido en la mejor película comercial del verano.
Francamente no logro entender muy bien los varapalos que se ha llevado este "The Lone Ranger". En muy poquito se diferencia de la excelente primera parte de "Piratas del Caribe" (vale, cambiemos los barcos por caballos y los piratas por cowboys) y es bien sabido el tremendo éxito de público y la notable aceptación crítica que tuvo. Las formas son diferentes, pero la esencia es muy similar. Hasta Johnny Depp nos deja una desternillante interpretación que bien podría ser un Jack Sparrow "acomanchado".
El casi desconocido Armie Hammer no desentona y los secundarios están brillantes, a pesar de que, una vez más, vemos a Bonham-Carter haciendo de Bonham Carter.
Una magnífica fotografía y una partitura para el recuerdo del maestro Zimmer terminan de redondear esta nueva incursión en el género yanqui más auténtico.
Por desgracia este cine se sucede con cuentagotas. Y no me puedo quejar, ya que aún tengo reciente en la retina una obra maestra como "Django unchained"
Pero no me he podido resistir a escribir en esta ocasión. Ayer en la sala de cine vi homenajes. Y no eran homenajes cualquiera. Hablamos de Ford, de Peckinpah e incluso de Leone. Y de películas imborrables en mi memoria, como "El hombre que mató a Liberty Valance", "Grupo salvaje" o "La muerte tenía un precio". Esto, amigos míos, para el que suscribe al menos, son palabras mayores.
theGusmaker
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22 de agosto de 2013
35 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿De qué sirve que Ted Elliott y Terry Rossio ayuden a dar forma a un guión que hace las veces de puro entretenimiento familiar, homenaje, clase de historia y reflexión?

¿De qué sirve que Gore Verbinski, cual niño que se crió en la Época Dorada de los westerns ruede un poema visual haciendo realidad sus sueños de infancia y pre-adolescencia?

¿De qué sirve que los dos que tiran del carro como son Depp y Hammer consigan una conexión fantástica entre sus tan dispares y únicos personajes?

¿De qué sirve que Depp haya creado unos de los personajes más carismáticos de su carrera como actor?

¿De qué sirve que secundarios de lujo como Wilkinson, Bonham-Carter o Fichtner adornen la película con su profesionalidad y sobrada experiencia?

¿De qué sirve que Bojan Bazelli regale una fotografía de excelente calidad en cada escena?

¿De qué sirve que todo el equipo se moleste en rodar en unos majestuosos paisajes naturales sin abusar del tan excesivamente de moda CGI, ofreciendo estampas magnificas?

¿De qué sirve que el señor Zimmer cual maestro Williams del Siglo XXI componga una bso tan increíble como cualquiera de sus mejores, y se pegue un remix orquestal mezclando el mítico tema de "Gioachino Rossini" con la partitura del film como si de una solo pieza se tratase?

La respuesta a todas estas preguntas es bien sencilla:
DE NADA, NO SIRVE DE NADA.

El porqué:
Hace años que somos testigos de la Involución del Séptimo Arte.

Hoy somos testigos de que las masas (y odio generalizar) dejan de lado productos de impecable realización y notable y en algunos casos excelente originalidad en pos de productos germen de la Involución de nuestro amado cine.
Son las masas las que arrastradas por la falta de criterio-cultura y la opinión carente de objetividad de los "llamados críticos profesionales" hacen de un film un éxito o un fracaso.

Si bien es cierto, y de hemeroteca puedes tirar, que en años como este donde durante los meses de verano se estrenan cada semana varias superproducciones los fracasos o decepciones comerciales suelen ser habituales, junto con la débil fuerza que proyecta hoy día el género Western en este caso en particular.

Yo me he reído, he disfrutado, me he dejado llevar y he entendido lo que intenta ofrecer este "The Lone Ranger":

SIMPLEMENTE........"AVENTURA".

¿Entiendes lo que eso significa?
jewen
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