Ángel Negro

Ángel Negro fue muy famosa en Chile cuando se estrenó esta película porque era muy raro que en el país se hiciera una película del género: terror. En un mercado saturado de comedias, cine político y películas sobre la marginalidad (podríamos hablar de que esas 3 temáticas se toman el 95% de las producciones chilenas de los últimos 30 años), una película de terror llamo la atención. Pero Ángel Negro no fue mucho más que eso, algo llamativo, pero no duro mucho el fenómeno, dado que la película en si tiene pocas cosas que ofrecer.

Si bien era original la temática para el país, la película era muy poco original en su guión, el que parece un calco de ciento de películas norte americanas del género. El desarrollo se vuelve predecible al poco rato, y si bien la película no es fome, no hay mucha incertidumbre en juego, simplemente carece de sorpresas.

Si en originalidad no destaca, en desarrollo de los personajes tampoco lo hace: el planteamiento psicológico de los personajes es nulo, son personajes planos, sin personalidad, monótonos y un poco monosílabos (diálogos muy precarios). Tampoco ayuda la actuación de los actores (salvo Andrea Freund que es por lejos la más rescatable). Las escenas de terror no asustan y no hay mayores sorpresas.

¿Qué destaco?
La fotografía, al parecer el bajo presupuesto le jugo a favor en este aspecto, la película parece oscura por la poca nitidez de las imágenes.
La música, si bien no la encuentro adecuada para una película de terror, y más bien parece hecha para alguna thriller psicológico que para una película de terror, pero es interesante.

En muchos aspectos parece una película de aficionados más que una película profesional.

Ángel Negro tambaleante e inconsistente, basado en cientos de filmes con la misma estructura narrativa; tratan de reinventar la fórmula y solo consiguen la tan terrible comparación con películas mediocres, que no superan el intento, malas por excelencia donde el espectador ha resuelto el meollo del asunto a los diez minutos de comenzado el largometraje.

Ángel Negro obsesionado porque le han arrebatado la supuesta felicidad y debe vengar la imprudencia cometida en una noche descarriada y festejo; ese Ángel Negro que procede sin estimar riesgos y que tiene en la mira a los culpables, ahora víctimas de su ira.

Con total lucidez uno de estos días, decidido a romper con el ocio tome como alternativa esta producción chilena, desafortunadamente dista mucho de ser un filme interesante y competente a cualquier nivel. En todo momento existe comparación y es sujeto a predicciones. El planteamiento psicológico de los personajes es nulo, la interpretación de algunos actores tampoco es persuasiva; y como es inevitable la comparación y supera el momento, Ángel Negro me parece una copia mal realizada de la tan recordable Noche de Graduación del año 1980, por su argumento principalmente.

El invertir en una producción debe ser una decisión determinante, que debe regirse por la calidad y no solo por lo logrado en taquilla de trabajos previos a éste, de ser así el error de marketing para producciones hispanoamericanas será indiscutible. Muchas veces se toma como parámetro de calidad lo producido por el gringo y en repetidas ocasiones se les perdona que vendan la misma idea, con exactas equivocaciones de las historias de cualquier género. Pero para el cine hispano la cosa cambia y se le exige más, no hay condescendencia, los productores de esta película debieron prever que un asesino como eje de la trama debe ofrecer más que cualidades sanguinarias y una máscara muy al estilo Jason.

Hoy el terror es un género estancado entre asesinos seriales, chicas de cabellos largos y negros, de aquéllos que en épocas fueron novedad y que hoy son usados como elementos estratégicos de campaña para conseguir la tan ansiada ganancia.

¡Para innovar hay que trabajar! Y para mi Ángel Negro cae sin posibilidad de volar.

Cuando se estreno esta película era muy raro que los cineastas chilenos apostaran por películas de genero, de allí que Ángel Negro fuera algo distinto a lo habitual (distinto, no original) lo cual hizo que los críticos la trataran con algo de mano blanda, aplaudiendo el solo hecho de que alguien se atreviera con un genero distinto a la comedia, el cine político o sobre la marginalidad que entonces dominaba el cine chileno, uno incluso dijo que era “la mejor metáfora sobre los detenidos desaparecidos de la dictadura que se ha hecho en el país” encontrando un trasfondo político que no se ve por ningún lado y que resulta casi ofensivo.

¿Cual es problema? Que la película presenta varios defectos que por desgracia siguen presentes en las películas posteriores de Jorge Olguín.

-Malas actuaciones, y esto no es tanto problema de los actores, todos los cuales han demostrado su profesionalismo en otras obras, sino de un director que no tiene idea de cómo dirigirlos, de cómo guiarlos.

-Personajes planos y sin personalidad, que no nos llaman la atención, salvo quizás, un poco el protagonista (no Ángel Cruz, el forense)

-Mal guión, casi inexistente y sin sorpresas.

-Poca originalidad, un slasher como tantos otros, lo único original es que el asesino es femenino y que no hay treinteañeros interpretando a adolescentes, sino treinteañeros interpretando a otros treinteañeros.

-Algunas escenas de suspenso, algunos sustos bien dados, pero es muy poco para que nos termine de convencer un comienzo tan débil, que es el inicio para una carrera igualmente débil.