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España España · Granada
Críticas de Fher
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Críticas 19
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
9 de junio de 2018
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay algunas tendencias que ya bien entrado el siglo XXI van ofreciéndonos algunas conclusiones. Una de ellas es que el término trilogía, al menos por el momento, va a entrar en el obsoletismo. Casos como los de Star Wars, Star Trek, Los Vengadores, The Fast and the Furious o la saga que nos ocupa, no hacen sino confirmar que mientras los resultados en taquilla sigan funcionando, tendremos innumerables reboots y/o secuelas de dichas franquicias.
Hay que admitir que este mundo jurásico no se caracteriza precisamente por su regularidad, si bien ninguna de ellas resulta plenamente despreciable. No obstante, la incorporación de Bayona tras las cámaras ofrece un punto calidad a este El Reino Caído, aunque también es cierto que la fórmula parece ya estar bastante gastada.
El director español cuenta con un guión bastante sólido que ayuda a que la película funcione hasta el final (incluído un mensaje clarísimo para los más pequeños). Además, cuenta con un reparto que funciona correctamente y unos efectos visuales que están a la altura. Si a esto añadimos la incursión un puñado de nuevas especies de dinosaurios y gran cantidad de guiños tanto a la franquicia como al propio cine de Bayona, parece que los alicientes son más que suficientes para hacer un producto aceptable, tal y como acaba siendo. Quizás si algo se le puede recriminar a esta peli es que, a pesar de que tanto el talento como la solvencia de Bayona quedan patentes, nos deja el regusto a refrito, a algo que ya hemos visto. Los varios niveles de previsibilidad en cuanto a sustos y al devenir de los personajes, hace que el producto adolezca en muchos tramos de una tensión real que nos deje pegados a la butaca y dónde el espectador sienta una relación auténtica de claustrofobia (a pesar de que el último tercio de la película tenía todo para crear esa angustia).
El resultado es un producto correcto, entretenido y eficaz pero que no acaba de explotar toda la inventiva que puede ofrecer nuestro director.
Fher
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8
24 de mayo de 2018
17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son varias las razones por las que más de uno nos encandilamos con el personaje de Han Solo cuando vimos en nuestra infancia el Episodio IV. Puede que fuera debido a su continua irreverencia, por su acentuado egoísmo o quizás por su innegable carisma. Todos queríamos ser como él. De un modo u otro, Harrison Ford encarnó a las mil maravillas a un personaje lleno de matices y peculiaridades que lo lanzaron hacia el estrellato y que marcaría su trayectoria para siempre. Por lo tanto, no es de extrañar que entre los spin-offs que tiene Disney programados por estrenar, esté incluido el del que para muchos es el mejor personaje de la saga original.
No hay que ser demasiado cinéfilo para estar mínimamente informados de todos los problemas que hubo en el rodaje de esta película; desde el cambio de director con el rodaje iniciado hasta el coach de actuación que fue contratado para ayudar a Alden Ehrenreich en su interpretación. Sin embargo, puede que el hecho de contratar a un director con las tablas de Ron Howard para que salve este entuerto, haya sido la opción más acertada que haya tomado la producción.
Dado los ajustes de tiempo y las circunstancias del rodaje, Howard parece haber tenido claro que lo importante era sacar dignamente el producto, a pesar de que ello supusiera el no poder indagar en algunos aspectos o no poder incluír demasiados guiños o referencias a películas anteriores que los fans tanto agradecemos. Precisamente, el principal problema que encontramos (desde el punto de vista más freak) es que esta es la primera vez que los espectadores, durante algunos tramos del film, olvidamos que estamos en el universo Star Wars, debido a que quizás no se hayan cuidado los detalles como en otras ocasiones. Habiendo dicho esto, la película por otro lado resulta muy divertida y las más de dos horas de película no pesan en ningún momento.
Una de las principales virtudes de la película es que pasan cosas. La trama central nos ofrece varias subtramas, ofreciéndonos diversidad de aventuras mientras desvelamos el desenlace de la historia. Puede que el desenlace sea algo previsible, sin embargo, en ese último tramo, nos espera alguna que otra sorpresa que nos deja buen sabor de boca.
En cuanto a las actuaciones, tenemos de todo un poco; Alden Ehrenreich deja una impresión algo ambigua; hay momentos en los que llena la pantalla y nos recuerda en más de una ocasión en físico y personalidad al Han original. Pero, a veces, parece tener algunos tics que pudieran haber sido adquiridos al intentar mimetizar los gestos de Harrison Ford en la saga original. En el resto del reparto destaca Woody Harrelson interpretando al personaje que sirve como mentor (maestro) de Han Solo. Personalmente, sólo me ha molestado un poco el personaje de la robot L3, presentada como una revolucionaria con una personalidad demasiado humana (y estereotipada).
La película está lejos de ser una película redonda, ni de estar entre las más destacables de la saga (más bien al contrario). No obstante, es un entretenimiento más que aceptable que nos deja algunos detalles interesantes sobre el personaje de Han, aunque quizás no tantos sobre el universo de Star Wars.
Fher
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7
27 de diciembre de 2017
32 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para que una película se convierta en un film de culto, tienen que suceder una serie de variables dentro de la cultura popular que la hagan original, novedosa o incluso… diferente. Todavía recuerdo la primera vez que vi “The Rocky Horror Picture Show”, paradigma de película de culto dada su valentía, rebeldía e innovación. Aquella película de Jim Sharman sorprendió a todos con algo completamente diferente; un espectáculo interactivo dónde la película traspasaba la pantalla y requería que el espectador se involucrara de un modo en el que pasara a ser parte del reparto, cantando y bailando como los actores, pero dentro de la sala de cine. De un modo tan curioso como distinto, “The Room” ha conseguido entrar en el Olimpo de ser incluída (al menos por el sector más friki) dentro de este género de culto.
Cuando James Franco decidió adaptar el libro autobiográfico de Greg Sestero, damos por descontado que había visto película innumerables veces con sus amiguetes y llegó un punto en el que encontró un punto de empatía con el personaje principal. Salvando las distancias, James Franco y Tommy Wiseau son ambos personajes cuya extravagancia no deja a nadie indiferente. Si bien Franco ha demostrado que es capaz de actuar (a veces incluso con solvencia), Wiseau parece tener una personalidad tan marcada que le imposibilita hacer de alguien que no se de sí mismo. De hecho, el considerarlo actor, podría molestar a más de uno. “The Disaster Artist” es ante todo una historia de amistad, dónde dos totales desconocidos deciden embarcarse en un viaje imposible para la consecución de lo único que tienen el común; el sueño de alcanzar la fama. A lo largo del metraje, iremos viendo todas las dificultades que los protagonistas irán encontrando por el camino y cómo estas trabas irán afectando a la relación entra ambos. Sin embargo, la coherencia (si la ha habido alguna vez) irá desapareciendo poco a poco del film, debido al peculiar modo de entender la realidad del propio Wiseau.
Un dato sorprendente del film resulta el uso del humor, muy alejado de la escatología y el humor facilón que tan bien le ha funcionado a Franco en otras ocasiones. Aquí la comedia es sutil y siempre con un punto de tragedia debido a que las propias peculiaridades de su personaje principal incomodan al espectador de tal modo en el que casi se incomoda por reírse, equiparable a mofarse de alguien con una enfermedad física o mental reconocida. Sin embargo, es inevitable partirse de risa dado que en la peli hay algunas escenas desternillantes (el casting de actores es sencillamente memorable).
En cuanto a las interpretaciones, hay que destacar sin duda la labor del propio James Franco, que mimetiza a la perfección cada uno de los gestos de Wiseau, recordando inevitablemente a ese excepcional trabajo que hizo Jim Carrey cuando interpretó a Andy Kauffman en “Man on the Moon”. El otro gran protagonista es David Franco y no es de extrañar que James recurra a su propio hermano para hacer de Sestero, dado que parece haber más de un punto en común entre su personaje y la admiración que él mismo siente hacia su allegado. David cumple en su personaje, aunque es eclipsado por la arrolladora personalidad de Wiseau.
La película acaba siendo un canto a la esperanza. La moraleja que nos deja es que según como decidamos interpretar la vida (el cine en este caso), un fracaso puede convertirse en el mayor de los éxitos si decides ver el lado bueno de las cosas. Y es que si alguien tan ajeno al funcionamiento de la industria cinematográfica como Wiseau fue capaz de cumplir su sueño de ser conocido a nivel mundial, quizás cualquiera que se lo proponga, pueda conseguirlo, aunque no sea del modo esperado o deseado.
Fher
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8
15 de diciembre de 2017
37 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que entre todas las entregas de Star Wars, Los Últimos Jedi sea la película más difícil de valorar, al menos tras sólo un primer visionado. Esto se puede deber a que la película de Rian Johnson, somete al espectador (especialmente al fan) a tal bombardeo de información y emoción durante más de dos horas y media, que nos impide valorar el film como una unidad, sino más bien como un conjunto de destellos memorables. Precisamente si algo se puede destacar de esta película es que el nivel de previsibilidad es practicamente nulo.
Si El Despertar de la Fuerza seguía paso por paso las estructura narrativa de Una Nueva Esperanza, en este caso resulta todavía más insultante y obvio el paralelismo argumental que tiene con el quinto episodio de la saga galactica, sobre todo después de leer los tres párrafos iniciales en pantalla. Tras este comienzo tan poco alentador para los que deseábamos ver algo innovador y original, Johnson nos deja claro que no tiene la más mínima intención de caer en la falta de riesgo por la que tanto se le criticó a Abrams y nos atiza un puñetazo en plena cara en el primer cuarto de película, dejándonos clavados en la butaca y sabiendo que aquí todo puede pasar.
Y es que son muchos los riesgos (y críticas) a los que se expone el director estadounidense con bastantes de las decisiones que toma a lo largo de la película. El más peligroso de ellos, puede ser el introducir nuevos aspectos de la fuerza que nunca habíamos visto en pantalla. Ya vimos la lluvia de palos que recibió George Lucas cuando desarrolló nuevos conceptos de la fuerza como puedo ser la inclusión de los midiclorianos dentro de este universo, que poquitos acabaron por respetar y/o entender. No obstante, aunque estas variaciones puedan rasgar las vestiduras de los fans más puristas, no hacen sino enriquecer aún más un campo del que vimos muy poquito en la primera secuela de Abrams y del que muchos de nosotros esperábamos un mayor desarrollo.
Como antes se ha señalado, el altísimo nivel emotivo que arrastra el film hace que el espectador disfrute mucho más dejándose llevar por sus entrañas en vez de por su raciocinio. Los principales detractores que tenga la película, pueden encontrar algunos agujeros de guión, criticar el devenir de alguno de los personajes principales (especialmente de los villanos) o ver excesivo el metraje de la misma. Sin embargo, lo que para mucha gente pudieran ser defectos, tras un primer análisis, pueden ser considerados virtudes, ya que de no ser así, no estaríamos ante la entrega más inesperada de la saga.
Otra gran virtud radica en el uso del humor del que toda le película está impregnada (inesperadamente), incluso en momentos de gran dramatismo. Me gustaría destacar sobremanera la vuelta de tuerca que ha realizado con el personaje del Coronel Hux, sin lugar a dudas el personaje más criticado (y criticable) del Episodio VII. Johnson ha decidido dotarle de una variante cómica que le va que ni pintada, debido al histrionismo del personaje interpretado Domnhall Gleeson.
Además del personaje de Hux, el resto de personajes también son profundizados. En esta entrega destacan sobremanera nuestros hermanos favoritos; Luke y Leia. Mark Hamill está inmenso mostrándonos un Luke desolado y que ha perdido toda esperanza, pero entendiendo su personaje a la perfección, mientras Carrie Fisher se despide de la gran pantalla con un carisma como nunca antes se le había visto. Por otro lado, contrariamente a lo que ocurrió en El despertar de la fuerza, Rey y Finn brillan algo menos, mientras el personaje de Poe coge algo más de fuerza y ya podemos intuir qué dirección va a tomar. Tampoco podemos olvidar un cada día más irresistible BB8, de quién ya podemos considerar el nuevo R2D2.
Resumiendo un poco, Los últimos Jedi es sin duda la entrega más caótica y arriesgada de la saga, pero la pasión de Rian Johnson tras las cámaras hace que los fans no sólo no perdamos interés en seguir conociendo nuevas aventuras galácticas, sino que lo estemos deseando.
Fher
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9
7 de octubre de 2017
25 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parecía casi un suicidio embarcarse en la aventura de hacer una secuela de uno de los referentes de la ciencia ficción contemporánea como fue Blade Runner. Sin embargo, el descaro de Denis Villeneuve (cada vez cercano al cine de Nolan) le ha hecho incluso superar las remotas perspectivas de éxito.
Al igual que la película de Riddley Scott, está claro que la que nos ocupa no es una película para todos los gustos. Ya que si algo hay que reconocerle a Villeneuve es que ha respetado los los conceptos que se nos introdujeron en 1982; tales como la estética, el estilo musical, el tono autoexistencial o el debate sobre la mortalidad. Sin embargo, no por ello rechaza la introducción de temas tan de moda como puede ser la inteligencia artificial, ofreciendo enfoques tan interesantes como la relación amorosa entre Ryan Gosling y una preciosa Ana de Armas.
El punto de partida de la película es muy parecido al que nos ofrecía la película original; un blade runner tiene que retirar a un grupo de replicantes por motivos que no voy a desvelar. No obstante, la historia acaba tomando su propia forma, ofreciéndonos infinidad de sorpresas y proponiendo una historia completamente original que respira por sí misma. Digo ésto porque es inevitable acordarnos de El despertar de la fuerza, dónde quizás J.J. Abrams podría haber hecho algo parecido con su secuela de Star Wars. En aquel caso, la historia quizás no se alejó tanto de “Una nueva esperanza” como muchos hubiéramos deseado.
Las interpretaciones son acordes a la película, destacando sin lugar a dudas Ryan Gosling en un papel que parece estar parece estar escrito para él. Consigue ser capaz de transmitir sus emociones magistralmente, más aún si tenemos en cuenta la naturaleza de su personaje. Quizás, esperábamos ver algo más en pantalla el personaje interpretado por Jared Leto, aún así resulta verosímil como ese mesías replicantes tan frío como inquietante. En cuanto a Harrison Ford, retoma el personaje con convicción, interpretando a un Deckard muy cambiado; su estilo de vida le ha hecho convertirse en un “outsider” que vive al margen de todo y está lleno de recuerdos y remordimientos.
Concluiría recomendando la película a todos aquellos que disfrutásteis tanto como el clásico de los 80, porque asistiréis a una deslumbrante secuela que revisitaréis tantas veces como lo hicisteis con Blade Runner.
Fher
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