La película tiene un mensaje amable de amistad y cooperación, y la trama principal, la de los animales, es sencilla, pero está imbrincada en una trama secundaria que parece la principal, que es la de el viejo Jasón que en realidad no importa. Se deja ver pues y a los niños les gusta, pero se olvida rápido.
Aprecio mucho el cariño que los guionistas demuestran a la cultura de la vieja Grecia. Muchos niños/as van a conocer a los argonautas gracias a la pelicula.

Te gustara sí: Quieres que los niños aprendan algo de cultura clásica (mitología griega) y buenos valores.
No te gustara sí: Solo te van las americanadas de Disney.

Esta película es la muestra de que el dinero lo puede comprar todo, menos el buen gusto. Es inevitable compararla con la película de dibujos animados de1989 y para el que la conoce, la historia original de Andersen. Partamos de la base de que Disney hace americanadas sin importarle la tradición y cultura europeas, pero al menos la de 1989 tenía ritmo.

La versión de acción real de La Sirenita, peca de estar dirigida a un público de personas maduras capaces de aguantar más de dos horas de duración en post de la nostalgia, pero si vas con niños a estos se les hace un suplicio tanto tiempo de un musical para adultos y con un CGI que en ocasiones es méramente correcto y en otras canta más que la protagonista. Esta película va a envejecer muy mal.

Lo mejor es la protagonista, Halle Bailey canta muy bien, tiene buen tipo y con su pelo teñido de rojo me parece una elección de casting muy comprensible. Yo quiero pensar que la eligieron por que vale para el papel y no por cuotas de razas, porque de veras que es de lo mejor de la película, aunque no me llego a creer que se enamore del príncipe, pero quizás es porque su partenaire, Jonah Hauer-King, es un sosainas. Lo que sí es una imposición ideológica es que la madre del príncipe y reina europea, sea afroamericana, porque para eso escoges un actor mulato y tendría coherencia interna, pero a Disney eso nunca le importó, ni ahora ni cuando vistió de bávaro al italiano Pinocho en la película de 1940.

Bardem cumple, porque es un buen actor, pero su papel es alimenticio. El resto del casting hace su papel y me da que está desaprovechado.

En resumen, si te gustó la de 1989 te gustará esta por revivir nostalgia y porque es lo que hay, pero no lleves a tus hijos, por muy malas notas que hayan sacado en el cole, no se merece que les hagas tragar una película que no está hecha para ellos.

He querido ver la serie sin leer ni una sola viñeta del cómic original para no llevarme por preconcebidos.

Terminada la serie y sin haber leído los cómics, puede decir que estamos ante un gran espectáculo visual dónde se aprecia que han sabido gastarse el presupuesto, pero tras el atracón a la vista, a la serie se le notan sus costuras.

No cuenta una historia uniforme. La serie tiene un arco argumental sólido los primeros 4 capítulos, y una vez resuelto, empiezan historias cortas que la convierten casi en una serie procedimental. Supongo que eso viene del cómic original, al creador del cómic, Gaiman, se le ocurriío una idea, la desarrolló y cuando vio que había creado un universo interesante, decidió estirar el chicle. En sí esto no tiene por que ser malo, pero hay que tenerlo en cuenta.

Dicho esto, puedes ver los primeros 4 capítulos y pasar del resto.

El casting es bueno, es difícil fallar cuando se tiene tanto presupuesto y el personaje Emo de Morpheo tiene fuerza aunque Tom Sturridge a veces parezca un poco lelo cuando se queda en silencio. Me gusta El Corintio, Lu, y la muerte, interpretada por una bellísima y dulce Kirby Howell-Baptiste, que ha recibido críticas por no parecerse a la del cómic (comic blanca, actriz negra), pero como actriz a mi me convence.

Falsa inclusividad:

Se le ha acusado a la serie de ser muy WOKE y de ser muy inclusiva y esto tengo que decir que esa es la apariencia pero en la realidad no es ni de lejos tan inclusiva y que va a envejecer mal porque en cuanto la analizas tiene hasta toques racistas respecto a algunas minorías ignoradas.

Respecto a la dimensión LGTBI, sí está realmente bien, como se sabe que ya estaba en el cómic original. Hay muchos personajes homosexuales y trans, pero es que en la vida real hay muchos personajes homosexuales y trans por lo que es justo sacarlos. Por otro lado, aquí hay personajes LGTBI que son buenos, otros ridículos, otros brillantes y otros malvados, como la vida misma, me ha parecido una serie valiente en ese sentido.

Respecto a las razas. De inclusividad racial, nada, porque aquí solo hay dos razas que importen, los anglos blancos y los afro descendientes negros, el resto no no vale ni como paisaje. Solo hay alguna asiática y algún pakistaní de forma secundaria; y los hispanos, que en USA son la primera minoría, brillan por su ausencia salvo por una señora a la que le arrancan los ojos y que ni parece latina. No es por tanto una serie inclusiva racialmente, sino que refleja el poder que siguen teniendo los anglos en Netflix y también el poder del lobby de actores afrodescendientes que logran ocupar todos los papeles reservados a minorías, aunque sea en la Inglaterra victoriana, y exigen que los actores negros interpreten papeles positivos, porque esa es otra; los malos son siempre blancos y los negros son siempre buenos. Si en alguna temporada sacan algún latino, seguro que será narcotraficante.

No estamos ante una "El padrino" o "Eva al desnudo", pero me parece un ejemplo de lo que debe ser una película.

Los personajes son sencillos, pero carismáticos, la historia es clara y engancha, el ritmo es magnifico y el casting que es muy bueno, da la talla. Si bien no es para todos los paladares, muchos no nos cansamos de verla a pesar de que ya nos sepamos los chistes y los mamporros, pero da igual, siempre vamos con Bud Spencer y Terence Hill a darles su merecido a esos mafiosos que disfrutan haciéndole bulling a los débiles. No se como fueran estos actores en su infancia, pero si me creo que sus personajes, hubieran sido los compañeros de clase ideales para cualquier niño en un colegio de mal ambiente.

Su visionado debería ser obligatorio en las escuelas de cine.

Creo que es la que más me gusta de la serie de Don Camilo y Peppone, interpretados por un grandísimo Fernandel y un acertado Gino Cervi. A pesar de sus años, me sigue pareciendo buena y haciendo reír, aunque el contexto no sea entendido (quizá afortunadamente) por las nuevas generaciones. Dos rivales, enemigos, pero sin embargo amigos.
Es un cine que merece ser revisitado.