Está película presenta el reflejo de una Alemania que intento olvidar de la noche a la mañana la barbarie cometida en el marco de la segunda guerra mundial.

Es interesante la forma como se aborda esta situación al presentar los puntos de vista de aquellos que exigen un castigo ejemplar a todas aquellas personas que por seguir u obedecer la ideología nazi justificaron y realizaron miles de ejecuciones y por otra parte el de aquellos que tratan de pasar la hoja y motivar a que esa página trágica se olvide por completo, hasta el punto en el cual los jóvenes de la época desconocen lo ocurrido en los campos de concentración.

Es importante observar como a pesar de la gran cantidad de muertos que hubo, de la xenofobia que hubo en Alemania y del rompimiento de los núcleos familiares originados por la violencia, existe una forma civilizada de afrontar la tragedia; donde el revanchismo es más jurídico que la violencia directa.

Un ejemplo para los países tercermundista donde la muerte trágica de una persona exige una venganza del mismo nivel, que genera un círculo vicioso de nunca acabar; donde se valida la importancia de las instrucciones democráticas como las únicas que pueden generar y determinar el castigo a los diferentes protagonistas del conflicto.

Po otra parte a nivel narrativo hay que reconocer que la película en ciertos momentos cae en un punto monotemático que la hace lenta y decadente.

Es de destacar en lo referente al manejo visual el papel del color.

A pesar de lo lenta y monótona que es en ciertos momentos la película, es de resaltar el relato histórico y la descripción que se realiza para mostrarnos a una Alemania de la postguerra.

Si bien la trama de la película puede ser muy similar a muchas biográficas, donde nos cuentan los días de decadencia de una persona exitosa, época en la que cae en la pobreza y el abandono después de ser alguien reconocido y con mucha fama, esta cinta tiene dos cosas que la hacen especial: la actuación de Mickey Rourke y el manejo de la cámara.

En cuanto a Mickey Rourke, se puede decir que en esta película demostró sus grandes capacidades artística, es evidente que antes de interpretar al luchador, hizo un estudio juicioso del personaje en todos los detalles , tales como su forma de caminar, de hablar, su vestimenta, hasta su peinado y lo más importante su físico.

Solo observar la transformación física que tuvo que realizar para interpretar la película, lo obliga a uno a quitarse respetuosamente el sombrero.

Quienes hemos visto varias películas de Mickey Rourke, sabemos cuán lejos está este aspecto físico de aquel con el que lo conocemos; hasta el punto que cuesta al principio reconocerlo.

Pero como lo mencioné antes, la interpretación, donde reconocemos en él a una persona que fue un gran luchador; no es exagerado decir que todo el peso de la película recae sobre él.

El otro punto importante de la película es el tratamiento de la imagen y en especial el manejo de la cámara, la cual en cerca del 90% de la cinta es subjetiva y a mano alzada; no es común que un director apueste a darle mucho tiempo a una cámara filmando al hombro, pero es claro que en esta ocasión Darren Aronofsky no sitió temor por ello.

Esta forma de filmar, hace que se sienta más el énfasis de ciertas escenas en el actor principal, sumado a otro elemento técnico que es la gran mayoría de tomas en un plano corto.

Podemos casi decir que el plano abierto sólo fue utilizado en las tomas generales de los cuadriláteros.

En cuanto a la historia, desde el principio es claro lo que nos van a mostrar y podemos predecir cómo será el final, teniendo en cuenta la información que nos han dado de la personalidad del protagonista.

En resumen, una película que uno no se puede perder, para poder observar lo que realmente es un actor asumiendo con cuerpo y alma el rol de su personaje.

Debo ser claro que antes de ver esta película tenía muchas reservas sobre ella, pensada por su simple título y su metraje que era una película larga y sobre todo tediosa; sin embargo, mayor fue mi sorpresa al ver una película dinámica en la cuál la puesta en escena, los paisajes, los escenarios y las actuaciones hacen que el tiempo pase relativamente rápido.
Es destacable la actuación de Nicole Kidman quien se apropia del personaje y donde se le percibe a gusto actuando en la película que cuenta parte de la historia de su país; por otro lado, está el niño que realmente logra cautivar a la audiencia y generarnos momentos emotivos.
A nivel técnico los planos abiertos donde se ve la magnificencia de australia hacen que la pantalla se llene de color y de un gran paisajismo.
La última media hora es de mucha emoción y es donde se evidencia una gran puesta en escena y unas muy buenas actuaciones.
La parte negativa son los efectos especiales, los cuales evidencian en algunos momentos que los actores no están en el escenario natural, sino en un set con un telón de fondo.
Una agradable película recomendada para ver.

Esta película narra la etapa de la vida de Milk Harvey como activista para procurar los derechos de los homosexuales en Estados Unidos, como toda película biográfica nos muestras la historia del personaje principal y sus debilidades, sus fortalezas y cómo logra alcanzar sus metas.
Para quien conozca la historia de Milk Harvey es el relato de los principales momentos en el camino a ser supervisor de la ciudad de San Francisco y todas las situaciones que tuvo que sortear para poder superar a sus contrincantes y ser líder de una minoría en los Estados Unidos, con situaciones completamente predecibles.
Es de destacar en primera instancia la gran actuación de Sean Penn quién asume no sólo las características políticas del personaje sino su tendencia sexual. Se destaca como un personaje homosexual que no tiene reparos en sus interactuación con personas de igual tendencia sexual, se puede decir que realiza un gran desarrollo del personaje y se apropia completamente de sus características.
El otro elemento a destacar es la caracterización escenográfica donde se recrea completamente la época y la utilización de imágenes periodísticas de la época que hacen totalmente creíble la presentación y la historia.
Como toda película biográfica su trama es completamente predecible y más en este caso cuando la historia y la forma cómo finaliza su vida no tienen ningún tipo de duda; sin embargo, es una película que le permite al actor Sean Penn mostrarse en todas sus facetas y demostrar la calidad excelente que tiene para la actuación. No en vano el reconocimiento qué le dio la academia con otorgarle el Oscar al mejor actor.

Cada cierto tiempo aparecen en la pantalla una serie de películas que buscan generar una mayor sensibilidad hacia Dios.

Esta es una de esas películas donde en la medida que transcurren las secuencias nos muestran más hechos que evidencian la presencia de Dios; sin embargo, tiende a tomar posturas muy moralistas que hacen que ciertas situaciones sean poco convincentes.

Por lo tanto el desenlace de la película no genera mayores sorpresas, por el contrario reafirma y en este caso de una manera directa la intención de sus realizadores.