La trama se lleva a cabo en una familia de mujeres solas que son víctimas de hombres malos y de quienes fingen ser buenos. Un barrio, una fábrica y una realidad de pobreza.
spoiler:
Antonio de la Riva en su desigual producción cinematográfica hizo Obdulia pretendiendo darle una carga social. La película sumerge al espectador en una trama de injusticias sin fin de dos hermanas, una joven y otra adolescente que la vida las trata como a millones de personas marginadas no solo en México, sino en el mundo. Además de las carencias, Obdulia tiene que padecer los esquemas morales. Después de ser violada, es obligada a soportar el matrimonio con su violador que no la sacará de la pobreza, al contrario, la chantajeará para quedarse sin mano al provocar un accidente para buscar la indemnización en una fábrica de zapatos donde labora a pesar de su minoría de edad junto con su valiente hermana. La crudeza es tal, que ese accidente se suma al primero en el que se le mutilaron los dedos de esa misma mano.
Como ya era mucha crudeza, el director opta por dar por terminada la película porque el sufrimiento de Obdulia, cuya edad era de 13 años en el momento de la violación, no puede más ya con una madre sumisa e incapaz y un padre borracho e irresponsable. Violencia simbólica como dice Bordieu, es lo que rodea el filme. Podría servir para un análisis sociológico de la pobreza y sus estragos.