You must be a loged user to know your affinity with Javi McClane
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

5.3
458
6
7 de marzo de 2025
7 de marzo de 2025
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Heart Eyes, comedia de terror en la que un asesino masacra a parejas en el día de San Valentín. Vamos, que estamos ante un slasher de los de toda la vida, pero éste es algo más comercial, ya que ha costado 18 millones, bastante generoso para el género, recaudando 31 mundiales, 29 provenientes de Estados Unidos.
Ya sorprende la escasa recaudación en su país de origen, a pesar de intentar aprovechar el día más romántico del año, porque la película es muy buena, sobre todo teniendo en cuenta el género, con una combinación de terror y comedia que sale airosa, y que te confirma que esto merece mucho la pena, porque sin ser ningún nuevo clásico del género, está claro que han dado en la diana con el tono y sus intenciones.
Pero claro, no es terror elevado, y por eso nadie ha alzado la mano vociferando que es un nuevo hito de terror, que es lo que hacen con cualquier producción independiente de terror, aunque en honor a la verdad, a la crítica le ha gustado, pero da la sensación de que nadie esté hablando de ella, como si hubiese pasado de tapadillo, cuando es infinitamente superior a las porquerías que nos están trayendo en los últimos años.
Vale, lo reconozco, ha habido algunas cintas slasher en los últimos años que también estaban por encima de la media, como La Conferencia, The Blackening o Thanksgiving, pero creo que Heart Eyes las vence a todas, porque sabe jugar muy bien sus cartas, tanto las cómicas, con un acertado todo ameno y desenfadado, no cayendo en el error de tomarse en serio a sí misma, como las románticas.
Y es que no dejamos de estar ante una clásica historia de amor de las de toda la vida, con el añadido de un asesino persiguiendo a los protagonistas mientras estos estrechan lazos intentando sobrevivir. Sé lo que estáis pensando, vaya ñoñería, pues no podéis estar más equivocados, ya que aquí hay gore, pero del bueno, del artesanal, del bien hecho, violencia explícita de la que salpica y divierte a partes iguales, nada de efectos digitales que arruinen la fiesta antes de tiempo. No, aquí vas a ver vísceras y desmembramientos como Dios nada, confirmando que el director sabe lo que se hace.
Y si a eso le añades que la cinta no llega a la hora y media de duración, está claro que le ha salido un producto redondo, que repito, no va a suponer un antes y un después, pero si todos los slasher y comedias de terror tuvieran está calidad y buen hacer, nos podríamos dar con un canto en los dientes, porque cuando las cosas se hacen con cariño, se nota.
Por eso digo que mosquea que este divertido y entretenido producto vaya a pasar tan desapercibido, siendo un traspiés de las distribuidoras internacionales, porque aquí hay oro puro, un divertimiento de esos que son capaces de contentar tanto a los adolescentes ansiosos de cachondeo y glóbulos rojos, como a los que buscan una buena película de terror que no te trate de estúpido, porque esta cinta está muy bien escrita, presentando a dos personajes que te importan y por los que te preocupas, y eso es gracias también a su acertado casting.
A Olivia Holt ya la vimos en otro slasher, Sangrientos dieciséis, aunque aquel era de estreno directo a plataforma, y se olvidaba tan rápido como terminaba, en una cinta que quería ser muchas cosas, y que se acaba quedando en nada. Y fíjate tú, lo mejor era Olivia Holt. Aquí cambia de registro por completo, ya que mientras que en aquella era una adolescente popular y repelente, aquí es una protagonista introvertida, desencantada y a la que le han roto el corazón, ofreciendo la actriz otra interpretación sensacional, y confirmándose como una estrella (y final girl) con un gran futuro.
De compañero de aventuras tenemos a Mason Gooding, hijo de Cuba Gooding Jr, y sin estar al nivel de otros actores de su generación, hay que reconocerle que tiene carisma y una habilidad innata para caer bien, como ya demostró en las dos últimas entregas de Scream, cumpliendo en su rol protagónico, aunque sin estar al nivel de Holt, porque aquella es harina de otro costal. Ambos tienen buena química, logrando que nos creamos esta improbable historia de amor.
Y atención, que de secundarios de lujo tenemos al mítico Devon Sawa, volviendo al género tras su paso por las legendarias Destino Final o El Diablo metió la mano, y de ahí su fichaje, y a Jordana Brewster, que muchos recordaréis por la saga Fast and Furious (que por cierto, hay chiste al respecto), pero cuyo fichaje me temo que es debido a su debut en el cine con ese clásico del terror y la ciencia ficción de título The Faculty. Y sí, ambos están geniales como imposible pareja de detectives.
Y ya está, no puedo venderla mejor, porque es una cinta que me ha sorprendido gratamente, y que, sin ser una genialidad, derrocha inteligencia, mimo y talento por todos los costados, con una dirección efectiva, con unas muertes que harán las delicias de los amantes del género y los adolescentes desatados, una historia fresca y divertida, y un reparto entregadísimo a la causa, en un conjunto que aprueba con notable alto, y repito, hablamos de un slasher… Desde ya, una de las grandes sorpresas del año.
Y sabéis lo más triste de todo, que, si se hubiese estrenado en Netflix, todos estarían hablando de ella y hubiese hecho mucho más ruido, pero como el estudio y las distribuidoras no han sabido qué hacer con ella, no confiando en su producto, pues va a pasar totalmente desapercibida, cuando es una propuesta de terror de las que merecen la pena. ¿Por qué las mierdas sí nos llegan y hacen más ruido, y las buenas películas no? Para echarse a llorar…
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane (Youtube)
Ya sorprende la escasa recaudación en su país de origen, a pesar de intentar aprovechar el día más romántico del año, porque la película es muy buena, sobre todo teniendo en cuenta el género, con una combinación de terror y comedia que sale airosa, y que te confirma que esto merece mucho la pena, porque sin ser ningún nuevo clásico del género, está claro que han dado en la diana con el tono y sus intenciones.
Pero claro, no es terror elevado, y por eso nadie ha alzado la mano vociferando que es un nuevo hito de terror, que es lo que hacen con cualquier producción independiente de terror, aunque en honor a la verdad, a la crítica le ha gustado, pero da la sensación de que nadie esté hablando de ella, como si hubiese pasado de tapadillo, cuando es infinitamente superior a las porquerías que nos están trayendo en los últimos años.
Vale, lo reconozco, ha habido algunas cintas slasher en los últimos años que también estaban por encima de la media, como La Conferencia, The Blackening o Thanksgiving, pero creo que Heart Eyes las vence a todas, porque sabe jugar muy bien sus cartas, tanto las cómicas, con un acertado todo ameno y desenfadado, no cayendo en el error de tomarse en serio a sí misma, como las románticas.
Y es que no dejamos de estar ante una clásica historia de amor de las de toda la vida, con el añadido de un asesino persiguiendo a los protagonistas mientras estos estrechan lazos intentando sobrevivir. Sé lo que estáis pensando, vaya ñoñería, pues no podéis estar más equivocados, ya que aquí hay gore, pero del bueno, del artesanal, del bien hecho, violencia explícita de la que salpica y divierte a partes iguales, nada de efectos digitales que arruinen la fiesta antes de tiempo. No, aquí vas a ver vísceras y desmembramientos como Dios nada, confirmando que el director sabe lo que se hace.
Y si a eso le añades que la cinta no llega a la hora y media de duración, está claro que le ha salido un producto redondo, que repito, no va a suponer un antes y un después, pero si todos los slasher y comedias de terror tuvieran está calidad y buen hacer, nos podríamos dar con un canto en los dientes, porque cuando las cosas se hacen con cariño, se nota.
Por eso digo que mosquea que este divertido y entretenido producto vaya a pasar tan desapercibido, siendo un traspiés de las distribuidoras internacionales, porque aquí hay oro puro, un divertimiento de esos que son capaces de contentar tanto a los adolescentes ansiosos de cachondeo y glóbulos rojos, como a los que buscan una buena película de terror que no te trate de estúpido, porque esta cinta está muy bien escrita, presentando a dos personajes que te importan y por los que te preocupas, y eso es gracias también a su acertado casting.
A Olivia Holt ya la vimos en otro slasher, Sangrientos dieciséis, aunque aquel era de estreno directo a plataforma, y se olvidaba tan rápido como terminaba, en una cinta que quería ser muchas cosas, y que se acaba quedando en nada. Y fíjate tú, lo mejor era Olivia Holt. Aquí cambia de registro por completo, ya que mientras que en aquella era una adolescente popular y repelente, aquí es una protagonista introvertida, desencantada y a la que le han roto el corazón, ofreciendo la actriz otra interpretación sensacional, y confirmándose como una estrella (y final girl) con un gran futuro.
De compañero de aventuras tenemos a Mason Gooding, hijo de Cuba Gooding Jr, y sin estar al nivel de otros actores de su generación, hay que reconocerle que tiene carisma y una habilidad innata para caer bien, como ya demostró en las dos últimas entregas de Scream, cumpliendo en su rol protagónico, aunque sin estar al nivel de Holt, porque aquella es harina de otro costal. Ambos tienen buena química, logrando que nos creamos esta improbable historia de amor.
Y atención, que de secundarios de lujo tenemos al mítico Devon Sawa, volviendo al género tras su paso por las legendarias Destino Final o El Diablo metió la mano, y de ahí su fichaje, y a Jordana Brewster, que muchos recordaréis por la saga Fast and Furious (que por cierto, hay chiste al respecto), pero cuyo fichaje me temo que es debido a su debut en el cine con ese clásico del terror y la ciencia ficción de título The Faculty. Y sí, ambos están geniales como imposible pareja de detectives.
Y ya está, no puedo venderla mejor, porque es una cinta que me ha sorprendido gratamente, y que, sin ser una genialidad, derrocha inteligencia, mimo y talento por todos los costados, con una dirección efectiva, con unas muertes que harán las delicias de los amantes del género y los adolescentes desatados, una historia fresca y divertida, y un reparto entregadísimo a la causa, en un conjunto que aprueba con notable alto, y repito, hablamos de un slasher… Desde ya, una de las grandes sorpresas del año.
Y sabéis lo más triste de todo, que, si se hubiese estrenado en Netflix, todos estarían hablando de ella y hubiese hecho mucho más ruido, pero como el estudio y las distribuidoras no han sabido qué hacer con ella, no confiando en su producto, pues va a pasar totalmente desapercibida, cuando es una propuesta de terror de las que merecen la pena. ¿Por qué las mierdas sí nos llegan y hacen más ruido, y las buenas películas no? Para echarse a llorar…
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane (Youtube)
9
17 de diciembre de 2024
17 de diciembre de 2024
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Secret Level, antología de cortos compuesta de 15 episodios, y que generó bastante expectativas con su anuncio, ya que, si eres amante de los videojuegos, esta serie era de obligado visionado.
El creador es Tim Miller, director de la primera de Deadpool, y también responsable de otra antología, Love, Death + Robots, que sobre el papel era una buena idea, pero cuyos episodios navegaban entre lo maravilloso, lo curioso, lo tedioso y lo infumable. Vamos, que era una serie bastante irregular.
Pues bien, Secret Level no sólo es muy superior al anterior trabajo de Miller, sino que además es una auténtica obra de arte, con 14 episodios que oscilan entre la perfección y el notable alto, y sólo uno malo. Repito, solo un capítulo olvidable de quince. Las cuentas salen, desde luego.
Pero claro, para poder hablar de la serie en su conjunto, es imprescindible repasar cada capítulo de forma individual, ya que son cortos auto conclusivos y con su propia historia, es decir, una antología.
Eso sí, antes vamos a abordar dos temas claves.
Por un lado, casi todos los videojuegos que se adaptan son recientes, es decir, tiene pinta de que la serie ha sido un escaparate promocional para muchos de ellos, y el último episodio, el de PlayStation, prácticamente lo confirma.
No hay nada de malo en ello, ya que lo importante es que las historias sean buenas, y vaya si lo son, pero lo dejo como hecho curioso, porque se nota quién ha puesto el dinero, entendiéndose que hayan querido invertir en una producción que atraiga a más jugadores a sus productos, y hacedme caso cuando os digo que lo han conseguido con la mayoría, porque el nivel es tan absurdamente alto, que no queda otra que quitarse el sombrero y aplaudir.
El otro punto es el de la animación, ya que no me voy a detener en cada episodio a mencionar dicho apartado, entre otras cosas porque, en todos y cada uno de los cortos, sin excepción, es sobresaliente, siendo imposible encontrarle ni un solo reproche.
El acabado es impecable, soñando con que algún día se animen a realizar alguna película con ese nivel de detalle, porque de la animación a la realidad ya queda muy poco, con no pocos instantes en los que dudas de si está animado, o han grabado con actores de carne y hueso. Esté es el futuro, pero no ya de la animación, sino del cine, porque el nivel de realismo quita el hipo. Sin palabras.
Ahora sí, analizamos episodio por episodio por orden de estreno, ya que cada es uno de ellos es un regalo y merece tener su propio espacio. Bueno, todos menos uno, pero no adelantemos acontecimientos.
Episodio 1: Dungeons and Dragons.
Los responsables de la serie no son tontos, comenzando por todo lo alto con un capítulo que es… exacto, una obra maestra.
Lo único malo, que es un corto, porque los personajes están tan bien escritos y son tan carismáticos, que quieres saber más de ellos. Si les hacen una serie o película, me apunto sin dudarlo, porque quiero más.
Episodio 2: Sifu
Lo admito, no soy un gran fan del videojuego, ya que a pesar de su fascinante jugabilidad, me pareció uno más, considerándolo uno de los más sobrevalorados de la historia. Ahora bien, si has jugado al mismo, que tampoco es necesario, comprobarás que este corto es un maravilloso homenaje cargado de corazón y fidelidad, usando el mismo estilo de animación que el videojuego. No está entre los mejores de la serie, porque el nivel es muy alto, pero sigue siendo una espléndida pieza de arte. Si eres fan, no te lo puedes perder.
Episodio 3: New World
En cuanto vi este corto, supe que había nacido algo único y que me acompañará toda la vida, porque es uno de los mejores que he visto en mi vida. Y no, no es por la excelente animación, o porque lo doble el mítico Arnold Schwarzenegger, es porque es una combinación perfecta de humor y emotividad, con uno de los protagonistas más estúpidos y a la vez adorables de los últimos tiempos, y al que es imposible encontrarle un solo contra.
Cuando termina, sabes que has asistido a una auténtica obra maestra, un corto perfecto que te acaricia el corazón, y que te da un mensaje tan bello, que no te queda otra que sonreír. ¿El mejor de la serie? Posiblemente.
Episodio 4: Unreal Tournament
Capítulo en el que nos cuentan la enésima rebelión de las máquinas contra la crueldad de los humanos, pero claro, si lo haces desde el corazón, logrando que te pongas del lado de los robots, pues el resultado es un éxito, en otro gran episodio. Memorable.
Episodio 5: Warhammer 40000
Otra licencia que, al igual que Dungeons and Dragons, viene de los tableros, pero claro, como hay versiones para consolas, aquí lo tenemos, la primera adaptación en serie de una marca muy querida por los fans y que lleva años con nosotros. Y sí, el episodio está totalmente a la altura, que es verdad que quizás peque de cierta frialdad y se base demasiado en la acción, pero el desenlace es tan satisfactorio, que sabemos que se han hecho las cosas bien.
Episodio 6: PAC-MAN
Aquí lo tenéis, el único episodio mediocre y olvidable de la antología, y no, no es por la animación, de nuevo soberbia, es por la historia, cruel y sin fundamento, con un desenlace que juega con tu paciencia. Lo mejor, que se acaba.
No obstante, todo tiene una explicación, ya que el estreno del capítulo coincidió con el lanzamiento del primer avance del nuevo Pac-Man, Shadow Laberynth, con los mismos personajes y escenarios del corto. Lo veis, escaparate.
Lástima que para vender su producto hayan tenido que jugar con el espectador, porque es tan horrible, que casi parece una pesadilla. Pero repito, uno malo de quince. Matemática pura.
Episodio 7: Crossfire
Un buen capítulo, repleto de acción, pero al que le falta algo de sustancia en la historia. Es de esos que quizás hubiesen requerido de más desarrollo en la historia, pero eh, entretenido lo es un rato, así que misión cumplida, soldado.
Sigue en spoilers sin spoilers por falta de espacio.
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane (Youtube)
El creador es Tim Miller, director de la primera de Deadpool, y también responsable de otra antología, Love, Death + Robots, que sobre el papel era una buena idea, pero cuyos episodios navegaban entre lo maravilloso, lo curioso, lo tedioso y lo infumable. Vamos, que era una serie bastante irregular.
Pues bien, Secret Level no sólo es muy superior al anterior trabajo de Miller, sino que además es una auténtica obra de arte, con 14 episodios que oscilan entre la perfección y el notable alto, y sólo uno malo. Repito, solo un capítulo olvidable de quince. Las cuentas salen, desde luego.
Pero claro, para poder hablar de la serie en su conjunto, es imprescindible repasar cada capítulo de forma individual, ya que son cortos auto conclusivos y con su propia historia, es decir, una antología.
Eso sí, antes vamos a abordar dos temas claves.
Por un lado, casi todos los videojuegos que se adaptan son recientes, es decir, tiene pinta de que la serie ha sido un escaparate promocional para muchos de ellos, y el último episodio, el de PlayStation, prácticamente lo confirma.
No hay nada de malo en ello, ya que lo importante es que las historias sean buenas, y vaya si lo son, pero lo dejo como hecho curioso, porque se nota quién ha puesto el dinero, entendiéndose que hayan querido invertir en una producción que atraiga a más jugadores a sus productos, y hacedme caso cuando os digo que lo han conseguido con la mayoría, porque el nivel es tan absurdamente alto, que no queda otra que quitarse el sombrero y aplaudir.
El otro punto es el de la animación, ya que no me voy a detener en cada episodio a mencionar dicho apartado, entre otras cosas porque, en todos y cada uno de los cortos, sin excepción, es sobresaliente, siendo imposible encontrarle ni un solo reproche.
El acabado es impecable, soñando con que algún día se animen a realizar alguna película con ese nivel de detalle, porque de la animación a la realidad ya queda muy poco, con no pocos instantes en los que dudas de si está animado, o han grabado con actores de carne y hueso. Esté es el futuro, pero no ya de la animación, sino del cine, porque el nivel de realismo quita el hipo. Sin palabras.
Ahora sí, analizamos episodio por episodio por orden de estreno, ya que cada es uno de ellos es un regalo y merece tener su propio espacio. Bueno, todos menos uno, pero no adelantemos acontecimientos.
Episodio 1: Dungeons and Dragons.
Los responsables de la serie no son tontos, comenzando por todo lo alto con un capítulo que es… exacto, una obra maestra.
Lo único malo, que es un corto, porque los personajes están tan bien escritos y son tan carismáticos, que quieres saber más de ellos. Si les hacen una serie o película, me apunto sin dudarlo, porque quiero más.
Episodio 2: Sifu
Lo admito, no soy un gran fan del videojuego, ya que a pesar de su fascinante jugabilidad, me pareció uno más, considerándolo uno de los más sobrevalorados de la historia. Ahora bien, si has jugado al mismo, que tampoco es necesario, comprobarás que este corto es un maravilloso homenaje cargado de corazón y fidelidad, usando el mismo estilo de animación que el videojuego. No está entre los mejores de la serie, porque el nivel es muy alto, pero sigue siendo una espléndida pieza de arte. Si eres fan, no te lo puedes perder.
Episodio 3: New World
En cuanto vi este corto, supe que había nacido algo único y que me acompañará toda la vida, porque es uno de los mejores que he visto en mi vida. Y no, no es por la excelente animación, o porque lo doble el mítico Arnold Schwarzenegger, es porque es una combinación perfecta de humor y emotividad, con uno de los protagonistas más estúpidos y a la vez adorables de los últimos tiempos, y al que es imposible encontrarle un solo contra.
Cuando termina, sabes que has asistido a una auténtica obra maestra, un corto perfecto que te acaricia el corazón, y que te da un mensaje tan bello, que no te queda otra que sonreír. ¿El mejor de la serie? Posiblemente.
Episodio 4: Unreal Tournament
Capítulo en el que nos cuentan la enésima rebelión de las máquinas contra la crueldad de los humanos, pero claro, si lo haces desde el corazón, logrando que te pongas del lado de los robots, pues el resultado es un éxito, en otro gran episodio. Memorable.
Episodio 5: Warhammer 40000
Otra licencia que, al igual que Dungeons and Dragons, viene de los tableros, pero claro, como hay versiones para consolas, aquí lo tenemos, la primera adaptación en serie de una marca muy querida por los fans y que lleva años con nosotros. Y sí, el episodio está totalmente a la altura, que es verdad que quizás peque de cierta frialdad y se base demasiado en la acción, pero el desenlace es tan satisfactorio, que sabemos que se han hecho las cosas bien.
Episodio 6: PAC-MAN
Aquí lo tenéis, el único episodio mediocre y olvidable de la antología, y no, no es por la animación, de nuevo soberbia, es por la historia, cruel y sin fundamento, con un desenlace que juega con tu paciencia. Lo mejor, que se acaba.
No obstante, todo tiene una explicación, ya que el estreno del capítulo coincidió con el lanzamiento del primer avance del nuevo Pac-Man, Shadow Laberynth, con los mismos personajes y escenarios del corto. Lo veis, escaparate.
Lástima que para vender su producto hayan tenido que jugar con el espectador, porque es tan horrible, que casi parece una pesadilla. Pero repito, uno malo de quince. Matemática pura.
Episodio 7: Crossfire
Un buen capítulo, repleto de acción, pero al que le falta algo de sustancia en la historia. Es de esos que quizás hubiesen requerido de más desarrollo en la historia, pero eh, entretenido lo es un rato, así que misión cumplida, soldado.
Sigue en spoilers sin spoilers por falta de espacio.
Más críticas: El Videoclub de Javi McClane (Youtube)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Episodio 8: Armored Core
Capítulo protagonizado por Keanu Reeves, y que aquí nos ofrece un protagonista carismático y repleto de matices.
Respecto a la historia, es otra que quizás habría necesitado más desarrollo, y el final es tan extraño, que casi empaña el conjunto, pero que me partan si no mola ver a Keanu en su salsa.
Episodio 9: The Outer Word
Otro de esos episodios que dices: obra maestra, y eso es gracias a un protagonista tierno y entrañable, por el que te preocupas y sufres, ya que la historia tiene un humor negro que no hace prisioneros. Y es que al final estamos ante una cruda historia de amor, que quizás presente un mensaje algo cuestionable, y hasta tóxico, pero ante el que es imposible no claudicar, porque hemos asistido a una historia de amor de las que duelen. Y ese protagonista… Arte.
Episodio 10: Mega Man
Episodio que se ha estrenado coincidiendo con el aniversario del videojuego, y menudo homenaje al clásico. Dura menos de seis minutos, pero es una maravilla de principio a fin, encariñándote con el protagonista desde el minuto uno. Lo peor, que termina.
¿Alguien dijo película del personaje con esta animación? Compro una y mil veces.
Episodio 11: Exodus
Una oda a la familia, el amor y el sacrificio, con ecos de Interstellar, y que te confirma que has asistido a una historia de esas que se quedan contigo. La verdad es que es surrealista que en un corto de apenas doce minutos logren emocionante de tal forma, tocando las teclas adecuadas, y confirmándote que esta serie es algo más.
Episodio 12: Spelunky
No está entre los mejores, pero tiene el ingrediente secreto para que la aventura haya merecido la pena: corazón. Si a eso le añades reflexiones sobre el aprecio a la vida y el esfuerzo, así como una representación perfecta de la dificultad de los videojuegos jugando con el concepto de las vidas ilimitadas y cuál es el objetivo real de toda aventura que se precie, nos queda un corto por encima de la media.
Episodio 13: Concord
El caso de este videojuego es bastante curioso, ya que se estrenó en agosto de 2024, siendo un auténtico fracaso de crítica y público, lo que derivó en el cierre de la empresa desarrolladora. Pero claro, el material promocional… perdón, episodio ya estaba realizado, y sabéis qué, que es estupendo, con ecos de los Guardianes de la Galaxia, y con un tono bravucón y cómico que le viene como un guante, y con otra colección de personajes de la que queremos saber más. Lástima que el videojuego no haya estado a la altura, pero eh, se pueden conformar con que su obra se haya despedido con un episodio memorable.
Episodio 14: Honor of Kings
Otro episodio que va más allá, repleto de mensajes, y con un final que te vuela la cabeza, reflexionando sobre el dominio de las inteligencias artificiales y si realmente los humanos podemos marcar nuestro propio destino. Excelente.
Episodio 15: Playtime
Último episodio, y curiosamente, uno de los menos inspirados, ya que no deja de ser un masaje de espalda a PlayStation, con cameos de algunos de sus personajes más emblemáticos, como es el caso de Kratos, que se vendió como uno de los protagonistas, y luego sale menos de un minuto.
El corto está bien, pero no tiene identidad propia, confirmándose que su único objetivo es servir de escaparte a la popular marca de videojuegos.
Por todo ello, Secret Level es una emotiva y preciosa carta de amor al mundo de los videojuegos, una despedida de final de año a modo de regalo, que ha superado todas las expectativas, y que pide a gritos una segunda temporada, porque queremos más. Este el necesario homenaje que necesitaban los videojuegos, con una serie que no va a dejar indiferente, y que, si ha triunfado, no es por su impresionante animación o por abordar el mundo de los videojuegos, es por haberla hecho con el ingrediente más importante de todos: el corazón.
Historia de la animación, de las series, y de los videojuegos, y, por lo tanto, una obra maestra que no te puedes perder.
Capítulo protagonizado por Keanu Reeves, y que aquí nos ofrece un protagonista carismático y repleto de matices.
Respecto a la historia, es otra que quizás habría necesitado más desarrollo, y el final es tan extraño, que casi empaña el conjunto, pero que me partan si no mola ver a Keanu en su salsa.
Episodio 9: The Outer Word
Otro de esos episodios que dices: obra maestra, y eso es gracias a un protagonista tierno y entrañable, por el que te preocupas y sufres, ya que la historia tiene un humor negro que no hace prisioneros. Y es que al final estamos ante una cruda historia de amor, que quizás presente un mensaje algo cuestionable, y hasta tóxico, pero ante el que es imposible no claudicar, porque hemos asistido a una historia de amor de las que duelen. Y ese protagonista… Arte.
Episodio 10: Mega Man
Episodio que se ha estrenado coincidiendo con el aniversario del videojuego, y menudo homenaje al clásico. Dura menos de seis minutos, pero es una maravilla de principio a fin, encariñándote con el protagonista desde el minuto uno. Lo peor, que termina.
¿Alguien dijo película del personaje con esta animación? Compro una y mil veces.
Episodio 11: Exodus
Una oda a la familia, el amor y el sacrificio, con ecos de Interstellar, y que te confirma que has asistido a una historia de esas que se quedan contigo. La verdad es que es surrealista que en un corto de apenas doce minutos logren emocionante de tal forma, tocando las teclas adecuadas, y confirmándote que esta serie es algo más.
Episodio 12: Spelunky
No está entre los mejores, pero tiene el ingrediente secreto para que la aventura haya merecido la pena: corazón. Si a eso le añades reflexiones sobre el aprecio a la vida y el esfuerzo, así como una representación perfecta de la dificultad de los videojuegos jugando con el concepto de las vidas ilimitadas y cuál es el objetivo real de toda aventura que se precie, nos queda un corto por encima de la media.
Episodio 13: Concord
El caso de este videojuego es bastante curioso, ya que se estrenó en agosto de 2024, siendo un auténtico fracaso de crítica y público, lo que derivó en el cierre de la empresa desarrolladora. Pero claro, el material promocional… perdón, episodio ya estaba realizado, y sabéis qué, que es estupendo, con ecos de los Guardianes de la Galaxia, y con un tono bravucón y cómico que le viene como un guante, y con otra colección de personajes de la que queremos saber más. Lástima que el videojuego no haya estado a la altura, pero eh, se pueden conformar con que su obra se haya despedido con un episodio memorable.
Episodio 14: Honor of Kings
Otro episodio que va más allá, repleto de mensajes, y con un final que te vuela la cabeza, reflexionando sobre el dominio de las inteligencias artificiales y si realmente los humanos podemos marcar nuestro propio destino. Excelente.
Episodio 15: Playtime
Último episodio, y curiosamente, uno de los menos inspirados, ya que no deja de ser un masaje de espalda a PlayStation, con cameos de algunos de sus personajes más emblemáticos, como es el caso de Kratos, que se vendió como uno de los protagonistas, y luego sale menos de un minuto.
El corto está bien, pero no tiene identidad propia, confirmándose que su único objetivo es servir de escaparte a la popular marca de videojuegos.
Por todo ello, Secret Level es una emotiva y preciosa carta de amor al mundo de los videojuegos, una despedida de final de año a modo de regalo, que ha superado todas las expectativas, y que pide a gritos una segunda temporada, porque queremos más. Este el necesario homenaje que necesitaban los videojuegos, con una serie que no va a dejar indiferente, y que, si ha triunfado, no es por su impresionante animación o por abordar el mundo de los videojuegos, es por haberla hecho con el ingrediente más importante de todos: el corazón.
Historia de la animación, de las series, y de los videojuegos, y, por lo tanto, una obra maestra que no te puedes perder.

5.4
3,213
6
14 de noviembre de 2021
14 de noviembre de 2021
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más dura será la caída (The Harder They Fall) es el nuevo western de Netflix, con un reparto de lujo y enteramente negro (reconozcámoslo, no es algo habitual en este género), por lo que nadie podrá quejarse de diversidad*. Eso sí (y si no lo digo reviento), los blancos son pintados como paletos e idiotas, algo demasiado habitual en las últimas producciones de esta índole. Llamadme loco, pero yo veo aquí un problema grave (si fuese al revés, se lía). Afortunadamente, y sin que sirva de precedente (las películas de denuncia racial están dejando bastante que desear últimamente), al menos la cinta entretiene, aunque acabe lastrada por un ritmo muy irregular y unos excesos que la impiden ser algo más. Pero mejor ir por partes.
A pesar de que la crítica ha quedado bastante satisfecha (me temo que por motivos ajenos a la calidad del film, como suele suceder), poco se está hablando de esta producción, la cual juega a ser un western con ecos de Tarantino. Es tan sencillo como que, sin la existencia de la maravillosa Django Desencadenado (Django Unchained), no habría Más dura será la caída. Ni más ni menos. Se notan las intenciones y referencias de sus responsables (el uso de la sangre o las muertes, una de ellas calcada al film mencionado), pero el problema es que Tarantino sólo hay uno (ojalá hubiesen más), y al final la película acaba resultando una simpática copia, que lo intenta, pero que no llega a la maestría del cineasta responsable de Pulp Fiction. Seamos sinceros, si esto lo hubiese dirigido el bueno de Quentin, estaríamos hablando de un Tarantino menor, y esa es la prueba irrefutable de que la película no es tan buena como nos quieren hacer creer.
El director y guionista se esfuerza, con una labor tras las cámaras bastante convincente y colorida (dándole un tono más desenfadado a la propuesta), pero todo se derrumba con un ritmo irregular, con una primera media hora estupenda (ojalá se hubiese mantenido ese espectacular arranque), pero cuyo interés decae y no remonta hasta el clímax, demasiado alargado para mi gusto. Y es que nos quieren contar demasiadas cosas, provocando que la cinta dure dos horas y veinte minutos, injustificable se mire por donde se mire. Qué bien le hubiese venido durar media hora menos, pero los responsables optan por hacer un western tan grandilocuente como ambicioso, cuando realmente es uno más del montón. Por cierto, quien espere rigor histórico, se ha equivocado de película.
Es obvio que el problema está en el guion, con un exceso de personajes (¿de verdad hacían falta dos secuaces para el villano?), y navegando por lugares comunes (que no falte la damisela en apuros, siendo una decisión argumental ridícula por como se inicia), confirmándonos que el film es mucho más convencional de lo que se pretende. No pasa nada por hacer un espectáculo ameno para pasar el rato, pero algo me dice que han buscado rascar el premio. No sé si esta vez los académicos picarán (como sí han hecho otros años con otras producciones que no lo merecían), pero no creo que esta cinta acabe estando en el top 10 del año de nadie, porque sirve para pasar el rato, pero poco más.
Creo que, con más tijera y menos ínfulas, podría haber quedado un film mucho más redondo y disfrutable, pero se han pasado de frenada, y de ahí que el público no haya respondido de la misma forma que los críticos (entre otras cosas porque no buscan el aplauso y no temen decir lo que piensan). Quizás haya tenido que ver la forma en que plantean el conflicto racial, siendo una mofa constante y bastante agresiva, que consigue exactamente lo opuesto a lo que se pretende. Racismo inverso, lo llaman en mi pueblo. Y es que creo que lo del ‘hombre blanco’ perdió su gracia hace lustros, siendo bochornoso que sigan usando ese recurso una y otra vez, porque al final generan rechazo en la audiencia. Ellos verán.
Y llegamos al reparto, obviamente lo mejor de la propuesta, estando repleto de rostros conocidos, aunque la mayoría totalmente desaprovechados en papeles demasiado pequeños para su talento. A destacar el ascendente Jonathan Majors, el carismático Idris Elba (con un villano bastante interesante) o el siempre estupendo Delroy Lindo (este hombre no envejece), elevando todo el elenco actoral el nivel del film, y haciendo que parezca mucho mejor de lo que realmente es. Como ya he dicho en otras ocasiones, la importancia de un buen reparto, y esta no es la excepción. Por último, atención al soundtrack, repleto de canciones pegadizas y que le vienen como un guante al film, aunque no se puede obviar el hecho de que, el uso de canciones tan modernas, también es una copia del western de Tarantino. Spike Lee debe estar removiéndose en su tumba… cuando llegue.
En conclusión, un western perfecto para pasar el rato y con un reparto espléndido, pero que no está entre lo mejor del género, debido a sus excesos y ritmo irregular, siendo finalmente uno más. Por cierto, al final se insinúa una secuela. ¿Es necesaria? Mucho me temo que no, pero los números hablarán, y si la plataforma lo considera oportuno, darán luz verde a una producción que dudo que muchos demanden. Sólo pido que esta vez tengan las cosas más claras y sean menos evidentes, porque se están luciendo últimamente en Hollywood (y en las plataformas) con este tipo de producciones. Pero oiga, mientras entretengan…
*A pesar de que todos los protagonistas de la función son negros, han habido críticas porque algunos actores no son lo suficientemente negros, en base a los personajes históricos que interpretan. Estos son los tiempos que corren y que nos merecemos. Ya nadie se salva, y esto es lo que se ha logrado con tanta queja y exigencia. Enhorabuena.
Más críticas: ocioworld.net
A pesar de que la crítica ha quedado bastante satisfecha (me temo que por motivos ajenos a la calidad del film, como suele suceder), poco se está hablando de esta producción, la cual juega a ser un western con ecos de Tarantino. Es tan sencillo como que, sin la existencia de la maravillosa Django Desencadenado (Django Unchained), no habría Más dura será la caída. Ni más ni menos. Se notan las intenciones y referencias de sus responsables (el uso de la sangre o las muertes, una de ellas calcada al film mencionado), pero el problema es que Tarantino sólo hay uno (ojalá hubiesen más), y al final la película acaba resultando una simpática copia, que lo intenta, pero que no llega a la maestría del cineasta responsable de Pulp Fiction. Seamos sinceros, si esto lo hubiese dirigido el bueno de Quentin, estaríamos hablando de un Tarantino menor, y esa es la prueba irrefutable de que la película no es tan buena como nos quieren hacer creer.
El director y guionista se esfuerza, con una labor tras las cámaras bastante convincente y colorida (dándole un tono más desenfadado a la propuesta), pero todo se derrumba con un ritmo irregular, con una primera media hora estupenda (ojalá se hubiese mantenido ese espectacular arranque), pero cuyo interés decae y no remonta hasta el clímax, demasiado alargado para mi gusto. Y es que nos quieren contar demasiadas cosas, provocando que la cinta dure dos horas y veinte minutos, injustificable se mire por donde se mire. Qué bien le hubiese venido durar media hora menos, pero los responsables optan por hacer un western tan grandilocuente como ambicioso, cuando realmente es uno más del montón. Por cierto, quien espere rigor histórico, se ha equivocado de película.
Es obvio que el problema está en el guion, con un exceso de personajes (¿de verdad hacían falta dos secuaces para el villano?), y navegando por lugares comunes (que no falte la damisela en apuros, siendo una decisión argumental ridícula por como se inicia), confirmándonos que el film es mucho más convencional de lo que se pretende. No pasa nada por hacer un espectáculo ameno para pasar el rato, pero algo me dice que han buscado rascar el premio. No sé si esta vez los académicos picarán (como sí han hecho otros años con otras producciones que no lo merecían), pero no creo que esta cinta acabe estando en el top 10 del año de nadie, porque sirve para pasar el rato, pero poco más.
Creo que, con más tijera y menos ínfulas, podría haber quedado un film mucho más redondo y disfrutable, pero se han pasado de frenada, y de ahí que el público no haya respondido de la misma forma que los críticos (entre otras cosas porque no buscan el aplauso y no temen decir lo que piensan). Quizás haya tenido que ver la forma en que plantean el conflicto racial, siendo una mofa constante y bastante agresiva, que consigue exactamente lo opuesto a lo que se pretende. Racismo inverso, lo llaman en mi pueblo. Y es que creo que lo del ‘hombre blanco’ perdió su gracia hace lustros, siendo bochornoso que sigan usando ese recurso una y otra vez, porque al final generan rechazo en la audiencia. Ellos verán.
Y llegamos al reparto, obviamente lo mejor de la propuesta, estando repleto de rostros conocidos, aunque la mayoría totalmente desaprovechados en papeles demasiado pequeños para su talento. A destacar el ascendente Jonathan Majors, el carismático Idris Elba (con un villano bastante interesante) o el siempre estupendo Delroy Lindo (este hombre no envejece), elevando todo el elenco actoral el nivel del film, y haciendo que parezca mucho mejor de lo que realmente es. Como ya he dicho en otras ocasiones, la importancia de un buen reparto, y esta no es la excepción. Por último, atención al soundtrack, repleto de canciones pegadizas y que le vienen como un guante al film, aunque no se puede obviar el hecho de que, el uso de canciones tan modernas, también es una copia del western de Tarantino. Spike Lee debe estar removiéndose en su tumba… cuando llegue.
En conclusión, un western perfecto para pasar el rato y con un reparto espléndido, pero que no está entre lo mejor del género, debido a sus excesos y ritmo irregular, siendo finalmente uno más. Por cierto, al final se insinúa una secuela. ¿Es necesaria? Mucho me temo que no, pero los números hablarán, y si la plataforma lo considera oportuno, darán luz verde a una producción que dudo que muchos demanden. Sólo pido que esta vez tengan las cosas más claras y sean menos evidentes, porque se están luciendo últimamente en Hollywood (y en las plataformas) con este tipo de producciones. Pero oiga, mientras entretengan…
*A pesar de que todos los protagonistas de la función son negros, han habido críticas porque algunos actores no son lo suficientemente negros, en base a los personajes históricos que interpretan. Estos son los tiempos que corren y que nos merecemos. Ya nadie se salva, y esto es lo que se ha logrado con tanta queja y exigencia. Enhorabuena.
Más críticas: ocioworld.net
Mediometraje

6.0
86
10
10 de junio de 2021
10 de junio de 2021
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
No solemos reparar en los cortometrajes, y mucho menos en los mediometrajes, siendo producciones que suelen pasar desapercibas (salvo honrosas excepciones), reduciéndose su recorrido a festivales de cine, donde este tipo de propuestas tienen buena acogida pero sin hacer el suficiente ruido como para llegar al gran público. Y la verdad es que es una lástima, porque de vez en cuando aparecen experiencias realizadas con buen hacer y amor por el cine, y Allan Ellen es un ejemplo de ello, habiendo obtenido prestigiosos premios en su paso por festivales, como el de Mejor película en el Chicago Indie Film Awards, en el Prague International Indie Film Festival o en el Hollywood Golden Film Awards, este último incluyendo un premio a la mejor actriz, y no me extraña.
No voy a negar que suelo tener ciertos reparos (por no llamarlos directamente prejuicios) cuando se combinan los conceptos de festival y cortometraje (o mediometraje), por lo que no las tenía todas conmigo a la hora de aventurarme en esta peculiar historia de amor. Afortunadamente, el director y guionista Juan Ros logra lo impensable, y es que disfrutemos de una historia amena y cercana, sin renunciar a los simbolismos o metáforas tan propias de este tipo de propuestas que buscan hacer reflexionar al espectador. Se puede, y Ros ha dado con la tecla adecuada, en una aventura romántica con ecos de Terry Gilliam (atención al inicio).
Para mí es una delicia encontrarme ante un producto tan experimental y diferente, y que no peque de petulante, no tratando al espectador de menos, siendo algo bastante insólito cuando hablamos de producciones de esta índole y que recorren los festivales de todo el mundo. Se trata de una cinta accesible y apta para todo tipo de público, realizada desde la humildad y que tiene un poderoso y necesario mensaje. Obviamente, no voy a dar muchos más detalles, por lo que es mejor que descubráis vosotros mismos los entresijos de la trama (que los tiene, y muchos).
En cuanto a la labor tras las cámaras de Ros, poco tiene que envidiar a productos más grandilocuentes, en especial teniendo en cuenta el reducido presupuesto con el que ha contado para cumplir su sueño. Los efectos especiales no chirrían, y hay momentos de un gran poderío visual que sorprenden y cautivan, recordándome a clásicos de la década de los 80 y 90 a los que entiendo que pretende homenajear. No es fácil trasladar una historia como la que nos ocupa al celuloide, y el director y guionista sale totalmente airoso de esta ardua papeleta, en lo que es un espectáculo cargado de inventiva y magia.
Por otro lado, tenemos un reparto a la altura de las circunstancias, con dos protagonistas totalmente entregados a sus personajes. Maarten Dannenberg está genial con un personaje cargado de matices y plasmando una evolución que podría haber fallado en otras manos, saliendo victorioso en un papel nada sencillo. No obstante, quien se lleva la palma es una sensacional Karina Kolokolchykova, siendo el corazón de la historia gracias a una actuación entrañable y enérgica. No me extraña que la hayan premiado, augurándole un gran futuro en la industria.
Y es que la película (me cansa lo de llamarla mediometraje por su duración, así que llamemos a las cosas por su nombre) es puro optimismo y esperanza, no cayendo en el pesimismo y crudeza de otras propuestas que buscan dejar un sabor agridulce, con tal de que las aplaudan por plasmar lo dura que es la vida. Eso ya lo sabemos todos, no hace falta que nos mortifiquen a cada momento, ya que el cine también está hecho para entretener y emocionar, y eso es algo que Ros ha entendido a la perfección. Ya era hora de que alguien le buscase la gracia, el sabor y el sentido a la vida, y más en los tiempos que corren. Necesitamos más films positivos y que dibujen una sonrisa en el rostro del espectador, y Allan Ellen cumple este cometido.
En conclusión, estamos ante una propuesta que es una carta de amor al cine (y a las relaciones de pareja), además de coquetear con la ciencia ficción, en lo que sólo se puede definir como una película arriesgada e innovadora, que deja buen cuerpo y que cumple su cometido a la perfección. Y es que hacen falta más producciones así, porque los finales felices existen, y no todo es negro, por mucho que los pedantes de siempre nos quieran convencer de lo contrario. Si te gusta el cine diferente, el género romántico o las propuestas que tienen algo más que ofrecer, seguramente quedes más que satisfecho con Allen Ellen, una cinta realizada con cariño y mucha ilusión, notándose en el resultado final. Una pequeña sorpresa.
Por cierto, si tenéis curiosidad en el debut de Juan Ros, que sepáis que la tenéis en la plataforma de Filmin. Yo os aseguro que merece la pena, y al fin y al cabo dura unos cuarenta minutos que se pasan como un suspiro, por lo que poco más se puede decir al respecto, más allá de que auguro un gran futuro en el cine para Ros (tiene un interesante largometraje en marcha). Buena suerte, te la mereces.
Más críticas: ocioworld.net
No voy a negar que suelo tener ciertos reparos (por no llamarlos directamente prejuicios) cuando se combinan los conceptos de festival y cortometraje (o mediometraje), por lo que no las tenía todas conmigo a la hora de aventurarme en esta peculiar historia de amor. Afortunadamente, el director y guionista Juan Ros logra lo impensable, y es que disfrutemos de una historia amena y cercana, sin renunciar a los simbolismos o metáforas tan propias de este tipo de propuestas que buscan hacer reflexionar al espectador. Se puede, y Ros ha dado con la tecla adecuada, en una aventura romántica con ecos de Terry Gilliam (atención al inicio).
Para mí es una delicia encontrarme ante un producto tan experimental y diferente, y que no peque de petulante, no tratando al espectador de menos, siendo algo bastante insólito cuando hablamos de producciones de esta índole y que recorren los festivales de todo el mundo. Se trata de una cinta accesible y apta para todo tipo de público, realizada desde la humildad y que tiene un poderoso y necesario mensaje. Obviamente, no voy a dar muchos más detalles, por lo que es mejor que descubráis vosotros mismos los entresijos de la trama (que los tiene, y muchos).
En cuanto a la labor tras las cámaras de Ros, poco tiene que envidiar a productos más grandilocuentes, en especial teniendo en cuenta el reducido presupuesto con el que ha contado para cumplir su sueño. Los efectos especiales no chirrían, y hay momentos de un gran poderío visual que sorprenden y cautivan, recordándome a clásicos de la década de los 80 y 90 a los que entiendo que pretende homenajear. No es fácil trasladar una historia como la que nos ocupa al celuloide, y el director y guionista sale totalmente airoso de esta ardua papeleta, en lo que es un espectáculo cargado de inventiva y magia.
Por otro lado, tenemos un reparto a la altura de las circunstancias, con dos protagonistas totalmente entregados a sus personajes. Maarten Dannenberg está genial con un personaje cargado de matices y plasmando una evolución que podría haber fallado en otras manos, saliendo victorioso en un papel nada sencillo. No obstante, quien se lleva la palma es una sensacional Karina Kolokolchykova, siendo el corazón de la historia gracias a una actuación entrañable y enérgica. No me extraña que la hayan premiado, augurándole un gran futuro en la industria.
Y es que la película (me cansa lo de llamarla mediometraje por su duración, así que llamemos a las cosas por su nombre) es puro optimismo y esperanza, no cayendo en el pesimismo y crudeza de otras propuestas que buscan dejar un sabor agridulce, con tal de que las aplaudan por plasmar lo dura que es la vida. Eso ya lo sabemos todos, no hace falta que nos mortifiquen a cada momento, ya que el cine también está hecho para entretener y emocionar, y eso es algo que Ros ha entendido a la perfección. Ya era hora de que alguien le buscase la gracia, el sabor y el sentido a la vida, y más en los tiempos que corren. Necesitamos más films positivos y que dibujen una sonrisa en el rostro del espectador, y Allan Ellen cumple este cometido.
En conclusión, estamos ante una propuesta que es una carta de amor al cine (y a las relaciones de pareja), además de coquetear con la ciencia ficción, en lo que sólo se puede definir como una película arriesgada e innovadora, que deja buen cuerpo y que cumple su cometido a la perfección. Y es que hacen falta más producciones así, porque los finales felices existen, y no todo es negro, por mucho que los pedantes de siempre nos quieran convencer de lo contrario. Si te gusta el cine diferente, el género romántico o las propuestas que tienen algo más que ofrecer, seguramente quedes más que satisfecho con Allen Ellen, una cinta realizada con cariño y mucha ilusión, notándose en el resultado final. Una pequeña sorpresa.
Por cierto, si tenéis curiosidad en el debut de Juan Ros, que sepáis que la tenéis en la plataforma de Filmin. Yo os aseguro que merece la pena, y al fin y al cabo dura unos cuarenta minutos que se pasan como un suspiro, por lo que poco más se puede decir al respecto, más allá de que auguro un gran futuro en el cine para Ros (tiene un interesante largometraje en marcha). Buena suerte, te la mereces.
Más críticas: ocioworld.net

4.8
4,353
5
26 de octubre de 2020
26 de octubre de 2020
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo confesar que jamás me ha fascinado La maldición de las brujas (The Witches), clásico de culto de 1990, en un film en el que, después de un inicio tan tétrico como logrado, todo se venía abajo demasiado pronto, destacando solamente su inolvidable maquillaje y la sensacional actuación de Anjelica Houston. Sin embargo, es uno de esos casos en los que entiendo que sea tan querida por tantos, en especial por el tono oscuro de la historia, con no pocos instantes tan acertados como inquietantes. Y es que para un servidor, la película tenía poco de infantil. Pero eran otros tiempos.
Justo treinta años después, nos llega una nueva adaptación (que no remake, aunque lo parezca), del popular libro de Roald Dahl, dirigido por el antaño sobresaliente Robert Zemeckis, responsable de clásicos inmortales como la trilogía Regreso al Futuro o ¿Quién engañó a Roger Rabitt?, y el cual ha tenido unos últimos trabajos bastante decepcionantes, además de protagonizado por un trío de ases como son Anne Hathaway (cuyos últimos trabajos dejan bastante que desear, en una carrera que se asoma peligrosamente al precipicio), Octavia Spencer o Stanley Tucci, además de estar producida por Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón. Casi nada.
Debido a los involucrados, tenía algo de curiosidad en un proyecto por el cual, de otra forma, jamás habría tenido ni el más mínimo interés para un servidor, en una arriesgada apuesta por parte de Warner Bros. Finalmente, la película se ha estrenado directamente en la nueva plataforma HBO MAX en Estados Unidos, y en cines en el resto de mercados. Las críticas han sido bastante tibias, destacando lo rudimentario de la producción y que realmente no aporta nada nuevo al film de los 90. Una vez vista, debo afirmar que no puedo estar más de acuerdo.
Zemeckis ofrece un trabajo correcto y elegante, notándose que hay una mano experta detrás, pero también muy lejos de sus mejores tiempos, siendo una realización por encima de la media pero que desmerece a un artista de su categoría. Tampoco ayuda en absoluto en abuso de los (convincentes) efectos especiales, renunciando por completo a la artesanía (en lo que respecta al maquillaje) de la anterior adaptación.
Respecto al tono de la cinta, sus responsables no tienen muy claro si quieren ofrecer un producto infantil, perfecto para estas fechas (Halloween), o un cuento macabro, algo que considero que también le sucedió a la cinta con Houston, apostando aquélla por la mala baba, al contrario de la que nos ocupa, con unas intenciones más enfocadas a los pequeños de la casa, coqueteando con el terror en algunos momentos puntuales (ojo a la escena de los brazos).
Curiosamente, es en esos momentos en los que la película funciona mejor, gracias a la acertada caracterización de Hathaway, la cual estoy seguro que provocará pesadillas a más de uno, ya sea por su enorme boca o por sus alargados brazos, siendo una criatura que habría hecho las delicias de cualquier film de horror que se precie. Es una pena que luego todo sea tan bobalicón (ojo al edulcorado desenlace, aunque haya un atrevido cambio respecto a la otra adaptación), en una serie de elementos que nunca llegan a funcionar.
Y es que al final nos queda la sensación de que esta nueva adaptación es más bien un remake innecesario, el cual se parece mucho más a la original de lo que quiere aparentar, y donde sólo funciona su acertado reparto, ya sea una estupenda Hathaway, un entregado (aunque desaprovechado) Stanley Tucci o la siempre genial Octavia Spencer, siendo ésta la gran protagonista de la función.
El niño protagonista no está a la altura de las circunstancias, con una actuación plana y sin carisma, mejorando considerablemente su interpretación cuando solamente le corresponde poner su voz. Curioso, cuanto menos. Y hablando de doblar, chirría demasiado la voz de un exagerado Chris Rock como improbable narrador, en una elección que entiendo que pretende intentar hacer al producto más desenfadado, pero que a mí no me ha terminado de cuajar.
Por último, destacar la correcta banda sonora de Alan Silvestri, habitual del director y con una composición claramente reconocible, dotando al conjunto de un poco de magia y elevando un poco el nivel de la propuesta.
En conclusión, estamos ante una nueva adaptación que se deja ver si no se ha visto la de los 90, pero que supone una experiencia innecesaria si ya se ha visionado el film con Houston, pareciéndose más a ella de lo que se pretende. No será recordada de la misma forma que la original, siendo un intento tan fallido como conformista. Me quedo con Hathaway y su espeluznante caracterización. Algo es algo.
Más críticas: ocioworld.net
Justo treinta años después, nos llega una nueva adaptación (que no remake, aunque lo parezca), del popular libro de Roald Dahl, dirigido por el antaño sobresaliente Robert Zemeckis, responsable de clásicos inmortales como la trilogía Regreso al Futuro o ¿Quién engañó a Roger Rabitt?, y el cual ha tenido unos últimos trabajos bastante decepcionantes, además de protagonizado por un trío de ases como son Anne Hathaway (cuyos últimos trabajos dejan bastante que desear, en una carrera que se asoma peligrosamente al precipicio), Octavia Spencer o Stanley Tucci, además de estar producida por Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón. Casi nada.
Debido a los involucrados, tenía algo de curiosidad en un proyecto por el cual, de otra forma, jamás habría tenido ni el más mínimo interés para un servidor, en una arriesgada apuesta por parte de Warner Bros. Finalmente, la película se ha estrenado directamente en la nueva plataforma HBO MAX en Estados Unidos, y en cines en el resto de mercados. Las críticas han sido bastante tibias, destacando lo rudimentario de la producción y que realmente no aporta nada nuevo al film de los 90. Una vez vista, debo afirmar que no puedo estar más de acuerdo.
Zemeckis ofrece un trabajo correcto y elegante, notándose que hay una mano experta detrás, pero también muy lejos de sus mejores tiempos, siendo una realización por encima de la media pero que desmerece a un artista de su categoría. Tampoco ayuda en absoluto en abuso de los (convincentes) efectos especiales, renunciando por completo a la artesanía (en lo que respecta al maquillaje) de la anterior adaptación.
Respecto al tono de la cinta, sus responsables no tienen muy claro si quieren ofrecer un producto infantil, perfecto para estas fechas (Halloween), o un cuento macabro, algo que considero que también le sucedió a la cinta con Houston, apostando aquélla por la mala baba, al contrario de la que nos ocupa, con unas intenciones más enfocadas a los pequeños de la casa, coqueteando con el terror en algunos momentos puntuales (ojo a la escena de los brazos).
Curiosamente, es en esos momentos en los que la película funciona mejor, gracias a la acertada caracterización de Hathaway, la cual estoy seguro que provocará pesadillas a más de uno, ya sea por su enorme boca o por sus alargados brazos, siendo una criatura que habría hecho las delicias de cualquier film de horror que se precie. Es una pena que luego todo sea tan bobalicón (ojo al edulcorado desenlace, aunque haya un atrevido cambio respecto a la otra adaptación), en una serie de elementos que nunca llegan a funcionar.
Y es que al final nos queda la sensación de que esta nueva adaptación es más bien un remake innecesario, el cual se parece mucho más a la original de lo que quiere aparentar, y donde sólo funciona su acertado reparto, ya sea una estupenda Hathaway, un entregado (aunque desaprovechado) Stanley Tucci o la siempre genial Octavia Spencer, siendo ésta la gran protagonista de la función.
El niño protagonista no está a la altura de las circunstancias, con una actuación plana y sin carisma, mejorando considerablemente su interpretación cuando solamente le corresponde poner su voz. Curioso, cuanto menos. Y hablando de doblar, chirría demasiado la voz de un exagerado Chris Rock como improbable narrador, en una elección que entiendo que pretende intentar hacer al producto más desenfadado, pero que a mí no me ha terminado de cuajar.
Por último, destacar la correcta banda sonora de Alan Silvestri, habitual del director y con una composición claramente reconocible, dotando al conjunto de un poco de magia y elevando un poco el nivel de la propuesta.
En conclusión, estamos ante una nueva adaptación que se deja ver si no se ha visto la de los 90, pero que supone una experiencia innecesaria si ya se ha visionado el film con Houston, pareciéndose más a ella de lo que se pretende. No será recordada de la misma forma que la original, siendo un intento tan fallido como conformista. Me quedo con Hathaway y su espeluznante caracterización. Algo es algo.
Más críticas: ocioworld.net
Más sobre Javi McClane
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here