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6.6
36,630
7
8 de febrero de 2013
8 de febrero de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Denzel Washington es un actor comprometido con los papeles que le toca interpretar, cualesquiera sean, creo que a esta altura no quedan dudas. Al igual que en “Glory” o “Training day”, aquí también tuvo la oportunidad de lucir sus grandes dotes actorales y termina componiendo un personaje que se traga la película.
Por su parte, Robert Zemeckis se plantó detrás de cámara como no lo hacía desde 1994, con “Forrest Gump”. Aunque en este caso abordó un tema, también en envase de moralina, de menor envergadura y despliegue.
La trama es sencilla y nuestro antihéroe, capaz de dominar el comando de su máquina en situación de emergencia desesperada, aún con sus sentidos adormilados por sus adicciones, deberá demostrar si también puede comandar el curso de su propia vida con la misma pericia.
Algo similar a lo que le ocurre a este piloto en la ficción, casualmente, le ocurre a Zemeckis al mando de la cámara, ya que la mano firme que ejerce sobre el personaje central de su historia (al igual que el comandante con su avión), lamentablemente, no se aplica en algunos otros personajes importantes (los que padecen las consecuencias de las adicciones del comandante, tanto los más cercanos como los casuales tripulantes o pasajeros), algunos de los cuales son maltratados o, cuanto menos, se diluyen con el transcurrir de la cinta.
En definitiva, una entretenida película con cierto tufillo a éxito de cable, aunque mucho mejor que el promedio de su especie, cuyos puntos fuertes recaen en las electrizantes escenas aéreas y, sobre todo, en la interpretación de Washington.
Por su parte, Robert Zemeckis se plantó detrás de cámara como no lo hacía desde 1994, con “Forrest Gump”. Aunque en este caso abordó un tema, también en envase de moralina, de menor envergadura y despliegue.
La trama es sencilla y nuestro antihéroe, capaz de dominar el comando de su máquina en situación de emergencia desesperada, aún con sus sentidos adormilados por sus adicciones, deberá demostrar si también puede comandar el curso de su propia vida con la misma pericia.
Algo similar a lo que le ocurre a este piloto en la ficción, casualmente, le ocurre a Zemeckis al mando de la cámara, ya que la mano firme que ejerce sobre el personaje central de su historia (al igual que el comandante con su avión), lamentablemente, no se aplica en algunos otros personajes importantes (los que padecen las consecuencias de las adicciones del comandante, tanto los más cercanos como los casuales tripulantes o pasajeros), algunos de los cuales son maltratados o, cuanto menos, se diluyen con el transcurrir de la cinta.
En definitiva, una entretenida película con cierto tufillo a éxito de cable, aunque mucho mejor que el promedio de su especie, cuyos puntos fuertes recaen en las electrizantes escenas aéreas y, sobre todo, en la interpretación de Washington.

6.2
86,049
3
12 de agosto de 2012
12 de agosto de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como ya ocurriera con la excelente Rollerball de Norman Jewison, nuevamente, la expiación a los pecados de la humanidad se busca en el desarrollo de un juego cuyas alternativas resultan fatales para la gran mayoría de sus participantes. Pero si en aquella cinta de 1975 uno se compadecía de los duros reveses que debían enfrentar los competidores, habida cuenta de las claras, estrictas y violentas reglas de la competición en la que participaban, en esta sucede todo lo contrario, no hay reglas claras (ya que los organizadores las cambian caprichosamente), no son nada estrictas (ya que los competidores participan con la misma muda que utilizarían para ir de camping), y es más la violencia que se insinúa que la que, efectivamente, tiene lugar.
Si a esto le sumamos un desarrollo de su trama aburrido, una mezquina composición de personajes y unos efectos visuales muy por debajo de la norma actual en cine (apenas tolerables para una miniserie), creo que queda muy poco que ofrecer y, por más que intente encontrarlo ahora (un elenco con algunas figuras de renombre, con la novedosa y prescindible aparición de Lenny Kravitz, encabezado por una adolescente con una cara emparentada a la entrañable familia Ingalls, no es suficiente), no se me ocurre mérito alguno que llevara a esta película al nivel de recaudaciones mundial que tuvo, por más éxito que alcanzara el libro de Suzanne Collins que le dio origen.
A mi humilde modo de ver, esta “Juegos del hambre” no es recomendable ni para seguidores del cine de ciencia-ficción, ni de fantasía, ni de aventuras, ni de acción, porque se queda a mitad de camino en todos esos géneros en los que podría, de algún modo, calificar. Aún así, evidentemente, encontró su público, entre los que me incluyo, pero, es bueno aclararlo, del bando de los que se vieron defraudados y no les queda mejor remedio que prevenir a los incautos.
Si a esto le sumamos un desarrollo de su trama aburrido, una mezquina composición de personajes y unos efectos visuales muy por debajo de la norma actual en cine (apenas tolerables para una miniserie), creo que queda muy poco que ofrecer y, por más que intente encontrarlo ahora (un elenco con algunas figuras de renombre, con la novedosa y prescindible aparición de Lenny Kravitz, encabezado por una adolescente con una cara emparentada a la entrañable familia Ingalls, no es suficiente), no se me ocurre mérito alguno que llevara a esta película al nivel de recaudaciones mundial que tuvo, por más éxito que alcanzara el libro de Suzanne Collins que le dio origen.
A mi humilde modo de ver, esta “Juegos del hambre” no es recomendable ni para seguidores del cine de ciencia-ficción, ni de fantasía, ni de aventuras, ni de acción, porque se queda a mitad de camino en todos esos géneros en los que podría, de algún modo, calificar. Aún así, evidentemente, encontró su público, entre los que me incluyo, pero, es bueno aclararlo, del bando de los que se vieron defraudados y no les queda mejor remedio que prevenir a los incautos.

6.7
30,937
6
4 de marzo de 2012
4 de marzo de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más inclinado hacia el desempeño de sus intérpretes que a la historia en sí, este filme se nos presenta correcto aunque poco arriesgado, medido y escasamente revelador. Una lástima, ya que el potencial que despliega la cinta en los minutos iniciales, sostenido por el excelente trabajo de su impecable elenco, se empieza a diluir con el correr de los minutos, para terminar descorriendo el velo de un episodio lamentablemente común en estos cuestionados momentos de la moral y dignidad pública que deben recuperar la mayoría de nuestros gobernantes o aspirantes a serlo.
No obstante, y con rudimentarios argumentos, consigue reflejar con sobriedad y sin estridencias que, sobre todo en la política, no es oro todo lo que reluce. Y, al final, tiene el mérito de autoconvencernos a nosotros, los espectadores, que la película no se poroponia otra cosa, y que las expectativas que genera desde el comienzo corrían solo por nuestra cuenta. Algo parecido a lo que le pasó al joven protagonista de la historia, encarnado en la piel del ascendente Ryan Gosling.
No obstante, y con rudimentarios argumentos, consigue reflejar con sobriedad y sin estridencias que, sobre todo en la política, no es oro todo lo que reluce. Y, al final, tiene el mérito de autoconvencernos a nosotros, los espectadores, que la película no se poroponia otra cosa, y que las expectativas que genera desde el comienzo corrían solo por nuestra cuenta. Algo parecido a lo que le pasó al joven protagonista de la historia, encarnado en la piel del ascendente Ryan Gosling.

7.3
61,136
8
19 de diciembre de 2011
19 de diciembre de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para los que ya descreíamos del género o pensábamos que no había nada nuevo que ofrecer y que resultara interesante, llegó este sombrío y perturbador trabajo de tierras nórdicas, para demostrar que quedaba algo de tela para cortar y, sobre todo, que es posible contar una historia de amor entre vampiros sin necesidad de hacer una larga y tediosa telenovela de adolescentes y para adolescentes, como la saga de “Crepúsculo”.

5.9
4,916
5
30 de diciembre de 2011
30 de diciembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una Santa Sede sin rumbo, en manos de un suficiente psicoanalista ateo y engañada por un portavoz vaticano abrumado, sin dudas que es un tema original. Más aún cuando se desarrolla de manera interesante desde un comienzo. Aunque bien sabido es que lo que empieza bien, no siempre termina bien.
El potencial que promete la cinta en su primera media hora de transcurrida, con escenas muy cuidadas y una sutil dosis de ironía, lamentablemente, termina diluyéndose y perdiéndose a falta de un guión que no supo explotar esa primera impresión, derivando en un producto errático e inverosímil, a pesar del género que transita.
Quizá hayamos asistido a la primera parte de una historia que Moretti (en su rol detrás de cámara y en el papel del histriónico psicoanalista) todavía no concluyó, no obstante lo cual, la primera media hora y, es justo decirlo, las interpretaciones de los veteranos Piccoli, Stuhr y Scarpa, siguen siendo lo más rescatable del filme.
El potencial que promete la cinta en su primera media hora de transcurrida, con escenas muy cuidadas y una sutil dosis de ironía, lamentablemente, termina diluyéndose y perdiéndose a falta de un guión que no supo explotar esa primera impresión, derivando en un producto errático e inverosímil, a pesar del género que transita.
Quizá hayamos asistido a la primera parte de una historia que Moretti (en su rol detrás de cámara y en el papel del histriónico psicoanalista) todavía no concluyó, no obstante lo cual, la primera media hora y, es justo decirlo, las interpretaciones de los veteranos Piccoli, Stuhr y Scarpa, siguen siendo lo más rescatable del filme.
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