Una grata sorpresa me produjo ésta película del desconocido cine de Mongolia. Además, aborda la historia de uno de los guerreros más feroces y míticos que la humanidad ha producido. Las hordas mongolas capitaneadas por Gengis Khan prácticamente conquistaron toda el Asia y la Europa Oriental en el siglo XIII. Fue según los entendidos uno de los imperios más extensos que la Historia ha producido, aunque luego de su muerte, éste fue efímero al disolverse como consecuencia de la disputa entre sus numerosos herederos. Llama la atención del espectador como la figura de Gengis Khan es presentada de una manera humana y noble, libre de la barbarie que supuestamente representó de acuerdo a los moldes occidentales que se le han impuesto para comprender sus hazañas militares. De igual forma sorprende el papel desmesurado y protagónico de la mujer mongola, de ese entonces, de la mano de una esposa abnegada y amantísima, cuando lo que uno supone sin ser ducho en la materia, que éstas estaban en una situación de minoridad respecto al género masculino. Tampoco encaja bien la escena del perdón ante el temible adversario luego que éste es derrotado en la batalla crucial para obtener la unificación de todas las tribus que posteriormente se convertirían en la columna vertebral del poderosísimo ejército mongol. Las escenas de batalla, no tienen el perfeccionismo de las películas estadounidenses, pero no desmerecen en su sentido épico y espectacular. Y la grandiosidad de los paisajes con sus grandes estepas y llanuras, hábitat de los mongoles, son presentados con toda la magnificencia del caso. Aunque lo más impresionante de la película de acuerdo a nuestro criterio, es el porte de grandeza e hidalguía del actor que encarna a Gengis Khan, lo cual parece un auténtico mimetismo de acuerdo a la imagen que tenemos creada sobre ésta figura histórica. Una película “patriótica” que busca exaltar el mito y la leyenda de “grandeza” de un país inmenso con apenas 3 millones de habitantes y que se quedó estancado sin avanzar.

“La Nana” es cine domestico basado en la cotidianidad de personas sencillas, diríamos que anónimas, en la búsqueda de dignidad. Ser doméstica no es la esclavitud, pero en algo se le parece. El hogar debe ser servido por sus habitantes y no por otros. Con todo y el buen trato, con todo y las muestras de cariño externos producto del tiempo y la costumbre, nada sustituye al verdadero afecto basado en la sinceridad y el compromiso. Y por ahí van los tiros de ésta historia con interpretaciones espontaneas y sencillas que realzan la naturaleza sofocante de una personalidad atrapada en su desdicha y destino.

La misión de mensajero de la muerte no es una tarea nada grata. Y a pesar de las formalidades es inevitable no involucrarse en estos dramas de luto. El cine estadounidense no arruga en eso de denunciar las traumáticas consecuencias que les está produciendo sus intervenciones quirúrgicas en Irak y en Afganistán. Y lo llamativo es la ausencia del discurso patriótico militarista el cual cede a consideraciones de tipo humanitario y propio del sentido común. Un autor decía que las guerras eran homicidios en masa, ni más ni menos, y el que busca su glorificación un perfecto imbécil. Y no es nada esto del dolor y la indignación por los muertos estadounidenses si los comparamos con las muy superiores bajas de sus contrincantes, los cuales de paso, poseen idéntica humanidad y sufrimiento.

No es lo mismo “jugar” a la guerra que vivir la guerra. Y de paso, en la guerra no hay héroes sino tragedia, dolor y muerte. “Brothers” es otro duro alegato en contra de una, de las múltiples, intervenciones del ejército de USA en su empeño por imponer su particular “pax americana”. No hay tesis panfletarias ni alegatos pro patriotas. El deber cumplido no es más que un descenso a los infiernos al estilo de otras celebres producciones como “El Cazador” de Cimino y “Apocalipsis Now” de Coppola. Sólo que en ésta película de Sheridan, el mismo de “Mi Pie Izquierdo”, se rescata el universo intimista y solidario de la familia a través de la esposa, hijas y padres, los cuales tampoco salen indemnes de tamaña catástrofe que sufre el protagonista. La sobriedad en el relato y las buenas actuaciones le dan realce a ésta buena película en la mejor tradición del cine anti-belicista.

A quienes les gusten las comedias románticas podrá gustarle Historias de San Valentín con un elenco rebosante de estrellas tales como Ashton Kutcher, Julia Roberts, Jamie Foxx, Anne Hathaway, Shirley MacLaine, Jessica Biel, Jennifer Garner y Jessica Alba. A nosotros no nos causó ni sorpresa ni emoción éstas historias entrelazadas entre sí que muy poco aportan a un género muy popular pero que necesita urgentemente una buena dosis de inventiva y creatividad argumental.