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7
27 de enero de 2014
27 de enero de 2014
12 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) Aunque se trate de un remake bastante fiel de la serie original británica del mismo nombre, la verdad es que está muy bien adaptado y puede servir para que mucha gente que no conocía la original se deje llevar por el encanto de esta nueva adaptación.
2) La localización de una serie en un geriátrico resulta original y da mucho juego. Es un lugar que puede resultar triste y muy deprimente: pacientes esperando en la puerta para escapar, miradas pesarosas y curtidas que lo han visto todo a casi todo en la vida, pacientes cuyas inhibiciones se han perdido totalmente y que pueden ponerse a practicar sexo o desnudarse en cualquier momento... Por algunos de estos motivos supone todo un reto plantearlo en clave de comedia, pero la serie lo consigue.
3) El punto de partida del piloto acaba alcanzando cotas surrealistas: una de las enfermeras encuentra una muestra de heces (vamos un zurullo) que no se sabe de donde ha salido, si ha sido uno de los pacientes del geriátrico que se ha cagado sobre una silla o alguien que lo ha robado del ejemplario de muestras que está analizando la Dra. Jenna James. Todo termina convirtiéndose en un hilarante episodio, en un verdadero whodunnit, como si en cualquier momento tuviera que aparecer Jessica Fletcher a descubrir quién ha sido el culpable.
4) El reparto es excepcional, desde el estupendo regreso a la televisión de Laurie Metcalf ("la tieta Jackie" de "Roseanne") interpretando a la Dra. Jenna James, que derrocha en todo momento un profundo hastío por tener que estar trabajando en un geriátrico, muy por debajo de sus capacidades profesionales. Alex Borstein (conocida por ponerle voz a Lois Griffin en "Padre de familia") interpretando a la enfermera Dawn, una mujer rechoncha desesperada por encontrar novio y que acaba saliendo con Patsy De La Serda (el nuevo jefe de enfermeras, que a ojos de cualquier espectador es claramente gay). Y, finalmente, la desconocida Niecy Nash, que interpreta a la recién llegada enfermera DiDi. Maravilloso elenco femenino que en todo momento muestra una enorme química.
5) Los personajes principales son de todo menos perfectos. La mayoría de las veces toman decisiones incorrectas. Se nos muestran en todo momento sus inseguridades, sus frustraciones, las miserias de sus vidas personales. Aunque las veamos únicamente en su entorno profesional, podemos saber mucho de cómo son fuera del geriátrico.
6) Su genuina mezcla de ternura, humor negro, melancolía, tristeza, situaciones hilarantes y surrealistas y diálogos punzantes con un toque de mala leche funciona a la perfección y están medidos en las cantidades adecuadas para que tengamos un plato que a prácticamente todo el mundo nos apatecería comer.
7) Su apagada fotografía con colores azulados y grisaceos, enfatizados por los uniformes de trabajo, los pálidos rostros de los pacientes, etc. dan a la serie un aspecto triste y apagado, pero completamente apropiado para su temática y el tono que se le quiere dar en todo momento a la serie.
8) Algunas situaciones cómicas llegaron a sacarme las lágrimas de tanto reír. La serie convierte los errores de la gente en comedia. Estoy pensando ahora mismo en una escena del piloto en la que tras la llegada de una paciente que no habla inglés, la enfermera Didi y la enfermera Dawn intentan describirle a un traductor que está al teléfono los sonidos pronunciados por dicha paciente, sin ningún éxito. Terminé con dolor de barriga de tanto reír.
9) Metacritic ha recogido un 72% de críticas favorables destacando el brillante elenco, los punzantes diálogos y ese aire de humor negro que la convierten en una especie de sátira.
10) El futuro de esta serie todavía es incierto, no ha sido confirmada ni su renovación ni su posible cancelación por la cadena HBO. Sus audiencias han sido modestas (aunque más altas que las de "Enlightened" o las de la nueva apuesta de la misma cadena "Looking", pero no tan altas como las de "Girls"). Tampoco tiene el respaldo de ninguna nominación a ninguno de los premios importantes que puedan como mínimo garantizarle una continuidad, así que ya veremos...
2) La localización de una serie en un geriátrico resulta original y da mucho juego. Es un lugar que puede resultar triste y muy deprimente: pacientes esperando en la puerta para escapar, miradas pesarosas y curtidas que lo han visto todo a casi todo en la vida, pacientes cuyas inhibiciones se han perdido totalmente y que pueden ponerse a practicar sexo o desnudarse en cualquier momento... Por algunos de estos motivos supone todo un reto plantearlo en clave de comedia, pero la serie lo consigue.
3) El punto de partida del piloto acaba alcanzando cotas surrealistas: una de las enfermeras encuentra una muestra de heces (vamos un zurullo) que no se sabe de donde ha salido, si ha sido uno de los pacientes del geriátrico que se ha cagado sobre una silla o alguien que lo ha robado del ejemplario de muestras que está analizando la Dra. Jenna James. Todo termina convirtiéndose en un hilarante episodio, en un verdadero whodunnit, como si en cualquier momento tuviera que aparecer Jessica Fletcher a descubrir quién ha sido el culpable.
4) El reparto es excepcional, desde el estupendo regreso a la televisión de Laurie Metcalf ("la tieta Jackie" de "Roseanne") interpretando a la Dra. Jenna James, que derrocha en todo momento un profundo hastío por tener que estar trabajando en un geriátrico, muy por debajo de sus capacidades profesionales. Alex Borstein (conocida por ponerle voz a Lois Griffin en "Padre de familia") interpretando a la enfermera Dawn, una mujer rechoncha desesperada por encontrar novio y que acaba saliendo con Patsy De La Serda (el nuevo jefe de enfermeras, que a ojos de cualquier espectador es claramente gay). Y, finalmente, la desconocida Niecy Nash, que interpreta a la recién llegada enfermera DiDi. Maravilloso elenco femenino que en todo momento muestra una enorme química.
5) Los personajes principales son de todo menos perfectos. La mayoría de las veces toman decisiones incorrectas. Se nos muestran en todo momento sus inseguridades, sus frustraciones, las miserias de sus vidas personales. Aunque las veamos únicamente en su entorno profesional, podemos saber mucho de cómo son fuera del geriátrico.
6) Su genuina mezcla de ternura, humor negro, melancolía, tristeza, situaciones hilarantes y surrealistas y diálogos punzantes con un toque de mala leche funciona a la perfección y están medidos en las cantidades adecuadas para que tengamos un plato que a prácticamente todo el mundo nos apatecería comer.
7) Su apagada fotografía con colores azulados y grisaceos, enfatizados por los uniformes de trabajo, los pálidos rostros de los pacientes, etc. dan a la serie un aspecto triste y apagado, pero completamente apropiado para su temática y el tono que se le quiere dar en todo momento a la serie.
8) Algunas situaciones cómicas llegaron a sacarme las lágrimas de tanto reír. La serie convierte los errores de la gente en comedia. Estoy pensando ahora mismo en una escena del piloto en la que tras la llegada de una paciente que no habla inglés, la enfermera Didi y la enfermera Dawn intentan describirle a un traductor que está al teléfono los sonidos pronunciados por dicha paciente, sin ningún éxito. Terminé con dolor de barriga de tanto reír.
9) Metacritic ha recogido un 72% de críticas favorables destacando el brillante elenco, los punzantes diálogos y ese aire de humor negro que la convierten en una especie de sátira.
10) El futuro de esta serie todavía es incierto, no ha sido confirmada ni su renovación ni su posible cancelación por la cadena HBO. Sus audiencias han sido modestas (aunque más altas que las de "Enlightened" o las de la nueva apuesta de la misma cadena "Looking", pero no tan altas como las de "Girls"). Tampoco tiene el respaldo de ninguna nominación a ninguno de los premios importantes que puedan como mínimo garantizarle una continuidad, así que ya veremos...
7
6 de marzo de 2014
6 de marzo de 2014
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
1) Stephen Merchant, el cómico británico co-responsable del guión y la dirección, junto con Rick Gervais, de la original británica de "The Office", se atreve en solitario con esta producción para la HBO, que le tiene a él como protagonista absoluto. Un inglés torpón que viaja a Los Angeles para encontrar a la mujer de su vida. Además tengo que renocer que físicamente este actor me recuerda peligrosamente a uno de mis mejores amigos y eso le hace ganar puntos...
2) El personaje principal (Stuart Pritchard), o le odias o te encanta, no hay término medio, lo cual es muy peligroso para una serie, porque si no empatizas con él, difícilmente te puedas llegar a enganchar (quizás eso es lo que ha pasado finalmente). Stuart es tremendamente torpe, socialmente hablando, no tiene ni idea de cómo entrarle a las chicas (de ahí el título de la serie: "Hello Ladies" es su frase para ligar, óigase pronunciada con un marcado acento británico). Acabas sintiendo por él una mezcla entre tristeza y vergüenza ajena.
3) Su incómodo sentido del humor. Las situaciones en las que se encuentra Stuart son sumamente vergonzosas y humillantes. En este aspecto es donde vemos la mala leche de los guionistas en esta nueva moda de mortificar a sus personajes protagonistas hasta extremos prácticamente inhumanos. Es como si viéramos escenas extremadamente incómodas y encima a cámara lenta. Ya había algo de todo esto en series comos "Friends", donde concretamente Ross y Rachel eran víctimas de situaciones bochornosas, especialmente cuando intentaban ligar o tener una cita.
4) Todos los clichés de la vida en Los Angeles son el contrapunto perfecto para el carácter british del protagonista. Gente que va a Los Angeles con el sueño de convertirse en actor, y luego se queda en eso (en un sueño), las clases de interpretación, los castings, las web-series, los locales pijos con fiestas privadas, etc. Stuart se siente como un alienígena en mitad de toda esta fauna y eso da pie a situaciones hilarantemente divertidas.
5) Todos los personajes secundarios. El inadaptado grupo de amigos de Stuart (bueno, sus dos únicos amigos). Por un lado tenemos a Kives (retorno a la televisión del actor Kevin Weisman, que ya nos robó el corazón intepretando a Marshall en la serie "Alias"), aquí interpretando a un paralítico, que sabe usar perfectamente su discapacidad para atraer a las mujeres. Y por otro lado, está Wade (interpretado por Nate Torrance), un hombre sumamente triste que no es capaz de superar la ruptura con su esposa; sus amigos intentan ayudarle a ligar, pero termina todas las noches borracho enviando mensajes patéticos a su ex...
6) La extraña pareja formada por Stuart y Jessica (interpretada por Christine Woods), su compañera de piso, una aspirante a actriz sin demasiado éxito, que deja que su agente se aproveche de ella sexualmente para ver si le consigue un papel y que, como de momento no ha tenido demasiada suerte en Hollywood, ha decidido crear su propia web-serie. Claramente hay un pseudo-URST entre estos dos personajes, ambos se importan más de lo que pueda parecer a primera vista e intentan protegerse de los tiburones y las tiburonas que nadan por las calles de Los Angeles. Este par tienen un "desenlace" de los más tiernos que he visto recientemente en televisión.
7) La serie refleja perfectamente el triste sentimiento de la soledad. Stuart que no acaba de encontrar su lugar desde que se marchó de Inglaterra para establecerse en Los Angeles, con la esperanza de que su encanto british le ayude a conseguir más mujeres. Stuart es un hombre que guarda una lista de lo que quiere hacer en la vida, porque tiene un miedo enorme a morir solo, por eso quiere encontrar su media naranja. Este sentimiento es extensible al resto de personajes y situaciones. Es una serie con mucho más corazón de lo que pueda parecer en un primer momento.
8) A pesar de lo exagerado de muchas situaciones, uno se puede sentir identificado con muchas de las inseguridades de Stuart. Por ese motivo, a veces algunas escenas pueden llegar a resultar especialmente dolorosas de ver. Como cuando Stuart tiene una segunda cita con una chica muy por encima de sus posibilidades y ésta no para de mirar al móvil. Cuando ella se va al baño, Stuart le lee el móvil y se da cuenta que un tal Alex le está mandando mensajes diciéndole que necesita verla, cuando la chica regresa, le dice que tiene que irse. Él la sigue sin que ella se dé cuenta y ve que se dirige a casa de un hombre (presuntamente el tal Alex), por lo que Stuart deduce que es su amante. Stuart, ni corto ni perezoso, decide confrontarla y llama a la puerta de la casa, con un desmesurado ataque de celos, para descubrir que Alex es su hermano y padece leucemia, por eso necesitaba verla...
9) Se trata de una extraña mezcla de frases punzantes y tramas con mucho corazón envueltas con un lazo de melancolía.
10) Sólo podréis disfrutar de una temporada de 8 episodios, dado que la cadena privada HBO decidió cancelarla por la tibia acogida de crítica y audiencia. El único aspecto positivo es que la cadena se ha comprometido a grabar un episodio especial para acabar de cerrar todas las tramas que hayan quedado abiertas.
2) El personaje principal (Stuart Pritchard), o le odias o te encanta, no hay término medio, lo cual es muy peligroso para una serie, porque si no empatizas con él, difícilmente te puedas llegar a enganchar (quizás eso es lo que ha pasado finalmente). Stuart es tremendamente torpe, socialmente hablando, no tiene ni idea de cómo entrarle a las chicas (de ahí el título de la serie: "Hello Ladies" es su frase para ligar, óigase pronunciada con un marcado acento británico). Acabas sintiendo por él una mezcla entre tristeza y vergüenza ajena.
3) Su incómodo sentido del humor. Las situaciones en las que se encuentra Stuart son sumamente vergonzosas y humillantes. En este aspecto es donde vemos la mala leche de los guionistas en esta nueva moda de mortificar a sus personajes protagonistas hasta extremos prácticamente inhumanos. Es como si viéramos escenas extremadamente incómodas y encima a cámara lenta. Ya había algo de todo esto en series comos "Friends", donde concretamente Ross y Rachel eran víctimas de situaciones bochornosas, especialmente cuando intentaban ligar o tener una cita.
4) Todos los clichés de la vida en Los Angeles son el contrapunto perfecto para el carácter british del protagonista. Gente que va a Los Angeles con el sueño de convertirse en actor, y luego se queda en eso (en un sueño), las clases de interpretación, los castings, las web-series, los locales pijos con fiestas privadas, etc. Stuart se siente como un alienígena en mitad de toda esta fauna y eso da pie a situaciones hilarantemente divertidas.
5) Todos los personajes secundarios. El inadaptado grupo de amigos de Stuart (bueno, sus dos únicos amigos). Por un lado tenemos a Kives (retorno a la televisión del actor Kevin Weisman, que ya nos robó el corazón intepretando a Marshall en la serie "Alias"), aquí interpretando a un paralítico, que sabe usar perfectamente su discapacidad para atraer a las mujeres. Y por otro lado, está Wade (interpretado por Nate Torrance), un hombre sumamente triste que no es capaz de superar la ruptura con su esposa; sus amigos intentan ayudarle a ligar, pero termina todas las noches borracho enviando mensajes patéticos a su ex...
6) La extraña pareja formada por Stuart y Jessica (interpretada por Christine Woods), su compañera de piso, una aspirante a actriz sin demasiado éxito, que deja que su agente se aproveche de ella sexualmente para ver si le consigue un papel y que, como de momento no ha tenido demasiada suerte en Hollywood, ha decidido crear su propia web-serie. Claramente hay un pseudo-URST entre estos dos personajes, ambos se importan más de lo que pueda parecer a primera vista e intentan protegerse de los tiburones y las tiburonas que nadan por las calles de Los Angeles. Este par tienen un "desenlace" de los más tiernos que he visto recientemente en televisión.
7) La serie refleja perfectamente el triste sentimiento de la soledad. Stuart que no acaba de encontrar su lugar desde que se marchó de Inglaterra para establecerse en Los Angeles, con la esperanza de que su encanto british le ayude a conseguir más mujeres. Stuart es un hombre que guarda una lista de lo que quiere hacer en la vida, porque tiene un miedo enorme a morir solo, por eso quiere encontrar su media naranja. Este sentimiento es extensible al resto de personajes y situaciones. Es una serie con mucho más corazón de lo que pueda parecer en un primer momento.
8) A pesar de lo exagerado de muchas situaciones, uno se puede sentir identificado con muchas de las inseguridades de Stuart. Por ese motivo, a veces algunas escenas pueden llegar a resultar especialmente dolorosas de ver. Como cuando Stuart tiene una segunda cita con una chica muy por encima de sus posibilidades y ésta no para de mirar al móvil. Cuando ella se va al baño, Stuart le lee el móvil y se da cuenta que un tal Alex le está mandando mensajes diciéndole que necesita verla, cuando la chica regresa, le dice que tiene que irse. Él la sigue sin que ella se dé cuenta y ve que se dirige a casa de un hombre (presuntamente el tal Alex), por lo que Stuart deduce que es su amante. Stuart, ni corto ni perezoso, decide confrontarla y llama a la puerta de la casa, con un desmesurado ataque de celos, para descubrir que Alex es su hermano y padece leucemia, por eso necesitaba verla...
9) Se trata de una extraña mezcla de frases punzantes y tramas con mucho corazón envueltas con un lazo de melancolía.
10) Sólo podréis disfrutar de una temporada de 8 episodios, dado que la cadena privada HBO decidió cancelarla por la tibia acogida de crítica y audiencia. El único aspecto positivo es que la cadena se ha comprometido a grabar un episodio especial para acabar de cerrar todas las tramas que hayan quedado abiertas.
7
20 de febrero de 2014
20 de febrero de 2014
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando uno recuerda su adolescencia con una cierta distancia es que ya se está haciendo mayor... Yo pasé ese complicado pero estupendo momento de la vida durante los años 90', esos años en los que todos queríamos vestir y peinarnos como Brenda y Brandon, bebíamos latas de Seven Up con Fido Dido dibujado en su superfície, conocíamos a un Barney Stinson que aún no era un mujeriego empedernido, sino sólo "un médico precoz", considerábamos a Telecinco nuestra "pantalla amiga" y todos escuchábamos Blur, Suede, Oasis o Nirvana. Por todo ello, resulta interesante regresar a ese pasado no tan lejano, que son los años 90'.
El año pasado se estrenó esta una serie ambientada a mediados de los años 90', que sigue a Rae Earl, una chica de 16 años con problemas de sobrepeso y autoestima. En esa época, cuando tenías problemas escribías un diario, ahora para todo eso ya tenemos Twitter y Facebook y nuestro grado de satisfacción sobre lo que hemos escrito o sobre la foto que hemos colgado se mide por el número de "me gustas" que recibes.
La serie toma como punto de partida el momento en que Rae Earl sale de una institución mental en la que ha estado encerrada durante unos meses, tras haber intentado autolesionarse debido a sus problemas de baja autoestima y depresión. De esta manera, Rae tiene que enfrentarse al mundo real reencontrándose con sus amigos, a los que les ha dicho que viene de pasar una temporada en el extranjero. Aún así, no rompe del todo el vínculo con la institución mental, puesto que sigue viéndose con un psiquiatra (el Dr. Kester) y mantiene el contacto con su amiga Tix, que sigue ingresada en la institución mental y que a veces parece poder ayudarla mucho mejor que sus amigos del "mundo exterior".
Rae Earl entra a formar parte de una pandilla formada por Finn (el guapete), Archie (el gay en el armario), Chop (el animal alocado), Chloe (la chica popular y guapa que a veces hace sentir francamenta mal a Rae) y Izzy (una chica guapilla, pero un poco pava, eso sí, sin la maldad de Chloe). Rae consigue un privilegiado lugar en el grupo, gracias a su atractiva personalidad, no es tonta, ni superficial, tiene opiniones, conoce de música y encaja a la perfección, especialmente entre los chicos, que de manera cariñosa la llaman "Raemundo" y eso despierta inmeditamente los celos de Chloe. Ellos la aceptan por lo que es, no por su aspecto.
La serie se centra principalmente en las relaciones entre Rae Earl y los otros personajes. Por un lado, tenemos la relación de Rae con su peculiar madre (Linda), la cual sabe perfectamente por todo lo que ha pasado su hija, pero aún así cuando Rae sale de la institución mental, está más concentrada en otro tema, ya que durante el ingreso de su hija se ha echado un novio, pero no un novio cualquiera, un hombre sin papeles (Karim), que se esconde en su casa para que los de inmigración no lo retornen a su país. Rae tiene un montón de problemas con su a veces poco comprensiva madre, y el hecho de que se haya echado un novio con el que apenas puede comunicarse, tampoco ayuda a que se lleven mucho mejor. Linda siempre está haciendo dietas absurdas, una que me pareció genial fue la dieta alfabética (en la que cada día sólo podia comer alimentos que comenzaran por una letra en cuestión), yo no soy dietista, pero vamos...
Tenemos también su relación con el Dr. Kester, relación que no comienza con muy buen pie, porque Rae prefería a su antiguo psiquiatra, básicamente porque lo encontraba muy atractivo y del que estaba un poco pillada, pero Kester luego se convierte en una pieza de apoyo clave para Rae, mostrando siempre una absoluta fe ciega en su capacidad de recuperación. De alguna manera, el Dr. Kester acaba ejerciendo de padre y madre de Rae, dos figuras imprescindibles en la vida de cualquier adolescente y que para ella no están del todo disponibles.Y luego llega mi favorita, la relación entre Rae y Finn, un URST en toda regla. Chico guapo que sabe que Rae es mucho más guapa de lo que los estereotipos de la sociedad quieren hacernos creer. Son dos fanáticos de Oasis, hay química entre ellos, están ahí el uno para el otro cuando más lo necesitan.
A priori, puede parecer una comedia más sobre adolescentes, pero en mi opinión MMFD es mucho más que eso, trata temas muy dolorosos como son la autolesión, el suicidio, la falta de autoestima, la soledad que se puede sentir estando rodeado de gente, el bullying, la falta de autoestima, etc. de manera muy honesta, sin artificios, y sin ningún tipo de edulcorante que endulce la crudeza de ello; eso la convierte en una serie única en su género. El acertado reparto ayuda a dar verosimilitud a todos estos temas a veces delicados y a veces algo peliagudos.
En todo momento, la serie viene acompañada de unas graciosas animaciones que aparecen en pantalla y que dibujan de manera muy gráfica y divertida lo que nuestra protagonista siente en todo momento, sea vergüenza, sea excitación, sea dolor, sea emoción, sea lo que cree que los demás están pensando de ella en ese momento... Recordemos que toda la serie está narrada como si fuera el diario íntimo de Rae, un diario que comienza a escribir tras su salida de la institución mental por recomendación del Dr. Kester, como recurso terapéutico. La narración de Rae ofrece siempre su interesante punto de vista sobre todo lo que está viviendo o sobre todo lo que le está sucediendo.
Todo esto con un buen guión, poco típico en las comedias sobre adoelscentes y el atractivo lazo final que se consigue a través de la estética y la música de los noventa, dan a la serie un aire fresco, nuevo, entrañable, en el que encuentras, risas, lágrimas, URST, relaciones reales, honestidad y personajes bien dibujados. Por todos estos motivos estamos contentos de volver a tener entre nosotros a Rae and the Gang durante las próximas siete semanas.
El año pasado se estrenó esta una serie ambientada a mediados de los años 90', que sigue a Rae Earl, una chica de 16 años con problemas de sobrepeso y autoestima. En esa época, cuando tenías problemas escribías un diario, ahora para todo eso ya tenemos Twitter y Facebook y nuestro grado de satisfacción sobre lo que hemos escrito o sobre la foto que hemos colgado se mide por el número de "me gustas" que recibes.
La serie toma como punto de partida el momento en que Rae Earl sale de una institución mental en la que ha estado encerrada durante unos meses, tras haber intentado autolesionarse debido a sus problemas de baja autoestima y depresión. De esta manera, Rae tiene que enfrentarse al mundo real reencontrándose con sus amigos, a los que les ha dicho que viene de pasar una temporada en el extranjero. Aún así, no rompe del todo el vínculo con la institución mental, puesto que sigue viéndose con un psiquiatra (el Dr. Kester) y mantiene el contacto con su amiga Tix, que sigue ingresada en la institución mental y que a veces parece poder ayudarla mucho mejor que sus amigos del "mundo exterior".
Rae Earl entra a formar parte de una pandilla formada por Finn (el guapete), Archie (el gay en el armario), Chop (el animal alocado), Chloe (la chica popular y guapa que a veces hace sentir francamenta mal a Rae) y Izzy (una chica guapilla, pero un poco pava, eso sí, sin la maldad de Chloe). Rae consigue un privilegiado lugar en el grupo, gracias a su atractiva personalidad, no es tonta, ni superficial, tiene opiniones, conoce de música y encaja a la perfección, especialmente entre los chicos, que de manera cariñosa la llaman "Raemundo" y eso despierta inmeditamente los celos de Chloe. Ellos la aceptan por lo que es, no por su aspecto.
La serie se centra principalmente en las relaciones entre Rae Earl y los otros personajes. Por un lado, tenemos la relación de Rae con su peculiar madre (Linda), la cual sabe perfectamente por todo lo que ha pasado su hija, pero aún así cuando Rae sale de la institución mental, está más concentrada en otro tema, ya que durante el ingreso de su hija se ha echado un novio, pero no un novio cualquiera, un hombre sin papeles (Karim), que se esconde en su casa para que los de inmigración no lo retornen a su país. Rae tiene un montón de problemas con su a veces poco comprensiva madre, y el hecho de que se haya echado un novio con el que apenas puede comunicarse, tampoco ayuda a que se lleven mucho mejor. Linda siempre está haciendo dietas absurdas, una que me pareció genial fue la dieta alfabética (en la que cada día sólo podia comer alimentos que comenzaran por una letra en cuestión), yo no soy dietista, pero vamos...
Tenemos también su relación con el Dr. Kester, relación que no comienza con muy buen pie, porque Rae prefería a su antiguo psiquiatra, básicamente porque lo encontraba muy atractivo y del que estaba un poco pillada, pero Kester luego se convierte en una pieza de apoyo clave para Rae, mostrando siempre una absoluta fe ciega en su capacidad de recuperación. De alguna manera, el Dr. Kester acaba ejerciendo de padre y madre de Rae, dos figuras imprescindibles en la vida de cualquier adolescente y que para ella no están del todo disponibles.Y luego llega mi favorita, la relación entre Rae y Finn, un URST en toda regla. Chico guapo que sabe que Rae es mucho más guapa de lo que los estereotipos de la sociedad quieren hacernos creer. Son dos fanáticos de Oasis, hay química entre ellos, están ahí el uno para el otro cuando más lo necesitan.
A priori, puede parecer una comedia más sobre adolescentes, pero en mi opinión MMFD es mucho más que eso, trata temas muy dolorosos como son la autolesión, el suicidio, la falta de autoestima, la soledad que se puede sentir estando rodeado de gente, el bullying, la falta de autoestima, etc. de manera muy honesta, sin artificios, y sin ningún tipo de edulcorante que endulce la crudeza de ello; eso la convierte en una serie única en su género. El acertado reparto ayuda a dar verosimilitud a todos estos temas a veces delicados y a veces algo peliagudos.
En todo momento, la serie viene acompañada de unas graciosas animaciones que aparecen en pantalla y que dibujan de manera muy gráfica y divertida lo que nuestra protagonista siente en todo momento, sea vergüenza, sea excitación, sea dolor, sea emoción, sea lo que cree que los demás están pensando de ella en ese momento... Recordemos que toda la serie está narrada como si fuera el diario íntimo de Rae, un diario que comienza a escribir tras su salida de la institución mental por recomendación del Dr. Kester, como recurso terapéutico. La narración de Rae ofrece siempre su interesante punto de vista sobre todo lo que está viviendo o sobre todo lo que le está sucediendo.
Todo esto con un buen guión, poco típico en las comedias sobre adoelscentes y el atractivo lazo final que se consigue a través de la estética y la música de los noventa, dan a la serie un aire fresco, nuevo, entrañable, en el que encuentras, risas, lágrimas, URST, relaciones reales, honestidad y personajes bien dibujados. Por todos estos motivos estamos contentos de volver a tener entre nosotros a Rae and the Gang durante las próximas siete semanas.
7
17 de marzo de 2013
17 de marzo de 2013
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Dynasty” (1981-1989), aquí en España llegó dentro del programa de televisión de Jesús Hermida “Por la mañana”, sí, aquel que fue pionero de la televisión matinal, ¡¡¡que hasta entonces no existía!!! Y que sirvió de cuna de periodistas como Irma Soriano, Nieves Herrero, Consuelo Berlanga y María Teresa Campos (telita marinera…)
La serie duró 9 temporadas y la friolera de 220 episodios. Este culebrón americano en toda regla al más puro estilo de otros de la época tales como “Dallas” (1978-1991) o “Falcon Crest (1981-1990) narra las vicisitudes de una acaudalada familia (los Carrington), que también se dedica a la explotación petrolífera. El poder, los celos y toda clase de intrigas reinarán durante la serie de principio a fin.
Blake Carrington (divorciado de Alexis Colby) se acaba de volver a casar con Krystle (emblemática Linda Evans, que no cambió de peinado, ni de tinte en casi 10 años y ¡larga vida a sus hombreras!). Blake tiene 4 hijos de su anterior matrimonio: Steven, que fue uno de los primeros personajes gays en una serie americana, interpretado por Al Corley y más tarde debido a un accidente en una plataforma petrolífera que le desfiguró la cara y le obligó a hacerse la cirugía estética, fue substituido por Jack Coleman, quien más tarde interpretó al padre de la animadora inmortal de “Heroes” (“Save the cheerleader, save the world”). Fallon, hija mimada y un poco putón verbenero, que también fue interpretada por dos actrices (primero Pamela Sue Martin y luego Emma Samms), en este caso sin ni molestarse a inventar una historia para justificar su cambio de aspecto (estas actrices se parecían como un huevo a una castaña). Y luego teníamos a los más sosos Adam y Amanda. También destacaríamos a Sammy Jo (sobrina de Krystle) que fue interpretada por Heather Locklear (eterna special guest star en la posterior “Melrose Place”).
Pero el plato fuerte vino con la aparición de Alexis Carrington (la exmujer de Blake; Susan Douglas la denominó “delicious bitch”). Apareció en el final de la primera temporada con una enorme pamela que tapaba su rostro (de hecho, los productores para aquel entonces aún no tenían actriz contratada para interpretar este suculento papel). Fue entonces cuando se decidió recuperar del olvido a Joan Collins y contratarla para interpretar al personaje. Y aquí encontraron el mayor filón de la serie. Alexis quería destruir el imperio de los Carrington, y sobretodo acabar con su nueva “primera dama” (la angelical Krystel). La relación entre estos dos personajes hizo famosas sus “Catfights” entre la rubia y la morena; estas peleas eran verbales pero también muy físicas. Una de las más emblemáticas fue en la tercera temporada cuando ambas caen en el estanque de lirios sacudiéndose y golpeándose. Ver a estas dos señoras casi cincuentonas, con sus pelos enlacados y sus vestidos de Chanel peleándose como dos barriobajeras no tenía desperdicio.
Éstas también hicieron las delicias de los guionistas que afilaron la punta de sus lápices para escribirles líneas a la altura de estas dos grandes reinas:
Alexis (a Krystle): “No puedo esperar el día en que te vea saliendo de esta casa con las mismas dos maletas de plástico baratas con las que entraste aquí”
(…)
Krystle (a la agotada Alexis después de su primera pelea de gatas): “Si quieres una revancha, ¡sólo silba! ¡Si puedes!”
(…)
Sable Colby: “Hola, Alexis. Me alegra ver que ya estás sobria…”
Alexis: “Y ahora mi resaca acaba de llegar”
(…)
(En el lavabo de señoras) Krystle: “Alexis. Pero si este es el lavabo de mujeres. ¿Te has perdido?”
(…)
Alexis (intentando congratular a Krystel por su embarazo): “Incluso los gusanos pueden procrear…”
(…)
Blake (a Alexis): “Puedes dormir en el dormitorio principal esta noche. Lo desinfectaré mañana”
(…)
Krystle: “Blake es mi marido ahora y lo ha sido durante mucho tiempo. Aléjate de él! ¿Ha quedado claro?”
Alexis: “Krystelino!”
(…)
Krystle: “Ya he oído todo lo que mi estómago puede soportar de ti…”
Entre otras pequeñas joyas que hicieron que las audiencias se dispararan en el prime-time americano de los ochenta.
Claramente la serie influyó en la moda, en la manera de hablar y reafirmó el hecho de que nos encanta ver sufrir a la gente rica, por eso se repitió esta fórmula en culebrones como "Santa Barbara" o "The Bold and the Beautiful". Pero la serie sigue influyendo en la actualidad: está claro que "Revenge", ambientada en los no menos pijos "The Hamptons", bebe de series como "Dynasty". Este año lo han vuelto a intentar con "Deception", que aunque no es oficial aún, fijo que será cancelada.
La serie duró 9 temporadas y la friolera de 220 episodios. Este culebrón americano en toda regla al más puro estilo de otros de la época tales como “Dallas” (1978-1991) o “Falcon Crest (1981-1990) narra las vicisitudes de una acaudalada familia (los Carrington), que también se dedica a la explotación petrolífera. El poder, los celos y toda clase de intrigas reinarán durante la serie de principio a fin.
Blake Carrington (divorciado de Alexis Colby) se acaba de volver a casar con Krystle (emblemática Linda Evans, que no cambió de peinado, ni de tinte en casi 10 años y ¡larga vida a sus hombreras!). Blake tiene 4 hijos de su anterior matrimonio: Steven, que fue uno de los primeros personajes gays en una serie americana, interpretado por Al Corley y más tarde debido a un accidente en una plataforma petrolífera que le desfiguró la cara y le obligó a hacerse la cirugía estética, fue substituido por Jack Coleman, quien más tarde interpretó al padre de la animadora inmortal de “Heroes” (“Save the cheerleader, save the world”). Fallon, hija mimada y un poco putón verbenero, que también fue interpretada por dos actrices (primero Pamela Sue Martin y luego Emma Samms), en este caso sin ni molestarse a inventar una historia para justificar su cambio de aspecto (estas actrices se parecían como un huevo a una castaña). Y luego teníamos a los más sosos Adam y Amanda. También destacaríamos a Sammy Jo (sobrina de Krystle) que fue interpretada por Heather Locklear (eterna special guest star en la posterior “Melrose Place”).
Pero el plato fuerte vino con la aparición de Alexis Carrington (la exmujer de Blake; Susan Douglas la denominó “delicious bitch”). Apareció en el final de la primera temporada con una enorme pamela que tapaba su rostro (de hecho, los productores para aquel entonces aún no tenían actriz contratada para interpretar este suculento papel). Fue entonces cuando se decidió recuperar del olvido a Joan Collins y contratarla para interpretar al personaje. Y aquí encontraron el mayor filón de la serie. Alexis quería destruir el imperio de los Carrington, y sobretodo acabar con su nueva “primera dama” (la angelical Krystel). La relación entre estos dos personajes hizo famosas sus “Catfights” entre la rubia y la morena; estas peleas eran verbales pero también muy físicas. Una de las más emblemáticas fue en la tercera temporada cuando ambas caen en el estanque de lirios sacudiéndose y golpeándose. Ver a estas dos señoras casi cincuentonas, con sus pelos enlacados y sus vestidos de Chanel peleándose como dos barriobajeras no tenía desperdicio.
Éstas también hicieron las delicias de los guionistas que afilaron la punta de sus lápices para escribirles líneas a la altura de estas dos grandes reinas:
Alexis (a Krystle): “No puedo esperar el día en que te vea saliendo de esta casa con las mismas dos maletas de plástico baratas con las que entraste aquí”
(…)
Krystle (a la agotada Alexis después de su primera pelea de gatas): “Si quieres una revancha, ¡sólo silba! ¡Si puedes!”
(…)
Sable Colby: “Hola, Alexis. Me alegra ver que ya estás sobria…”
Alexis: “Y ahora mi resaca acaba de llegar”
(…)
(En el lavabo de señoras) Krystle: “Alexis. Pero si este es el lavabo de mujeres. ¿Te has perdido?”
(…)
Alexis (intentando congratular a Krystel por su embarazo): “Incluso los gusanos pueden procrear…”
(…)
Blake (a Alexis): “Puedes dormir en el dormitorio principal esta noche. Lo desinfectaré mañana”
(…)
Krystle: “Blake es mi marido ahora y lo ha sido durante mucho tiempo. Aléjate de él! ¿Ha quedado claro?”
Alexis: “Krystelino!”
(…)
Krystle: “Ya he oído todo lo que mi estómago puede soportar de ti…”
Entre otras pequeñas joyas que hicieron que las audiencias se dispararan en el prime-time americano de los ochenta.
Claramente la serie influyó en la moda, en la manera de hablar y reafirmó el hecho de que nos encanta ver sufrir a la gente rica, por eso se repitió esta fórmula en culebrones como "Santa Barbara" o "The Bold and the Beautiful". Pero la serie sigue influyendo en la actualidad: está claro que "Revenge", ambientada en los no menos pijos "The Hamptons", bebe de series como "Dynasty". Este año lo han vuelto a intentar con "Deception", que aunque no es oficial aún, fijo que será cancelada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La serie nos brindó algunos momentos emblemáticos por su cutrerío y descaro. Como por ejemplo, cuando como final de la temporada 5 en el que se celebra la boda entre Amanda Carrington y el príncipe Michael en Moldavia, donde justo tras ser declarados marido y mujer, un grupo de terroristas abre fuego contra los invitados; todo el mundo parece haber muerto, pero en la siguiente temporada sólo algunos personajes secundarios o secundones perecieron en la tragedia de Moldavia.
Esta serie tuvo un "spin-off" llamado "The Colby's", donde también aparecía Fallon, que no tuvo tanto éxito (duró dos temporadas, con un total de 49 episodios). Serie que finalizó con unos últimos episodios en los que Fallon parecía oir voces, unas voces que acaban llevándola en medio del desierto, donde es abducida por una nave extraterrestre (sí, ¡¡¡este fue su gran final!!!)
Esta serie tuvo un "spin-off" llamado "The Colby's", donde también aparecía Fallon, que no tuvo tanto éxito (duró dos temporadas, con un total de 49 episodios). Serie que finalizó con unos últimos episodios en los que Fallon parecía oir voces, unas voces que acaban llevándola en medio del desierto, donde es abducida por una nave extraterrestre (sí, ¡¡¡este fue su gran final!!!)
7
23 de febrero de 2015
23 de febrero de 2015
9 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Agencia de detectives Luz de luna. Le ayudaremos a resolver su caso, a su novio encontraremos y si necesita algún consejo, con gusto se lo daremos. Le han robado el monedero, con el ladrón daremos. Estamos en la brecha si el asesino acecha. Somos una agencia con clase y en los precios no hay desfase" Es uno de los ocurrentes versos que la Srta. DiPesto, aquí en España era la Srta. Topisto (secretaria y recepcionista de la agencia de detectives Luz de luna) soltaba cada vez que recibía una llamada. Ha llegado el momento de rendirle homenaje a esta serie de difícil clasificación: en parte comedia romántica, en parte serie detectivesca, y por otro lado metaserie, con sus constantes referencias a otras series, a películas o incluso a ella misma, cuando los protagonistas se dirigían a los espectadores, rompiendo la cuarta pared.
Cybill Shepherd, ese peinado, que muchas mujeres de la época intentaron copiar llevando recortes del Teleindiscreta a su peluquera de toda la vida y diciéndole algo así como "Bonita, esto es lo que quiero...". Esas camisas de seda, que lucieron toda la gama cromática del rosa y los colores pastel. Esas hombreras que acentuaban todavía más las ya de por sí anchas espaldas de la actriz (eran los ochenta, si eras una working girl y no llevabas hombreras no eras nadie...). Siempre estupenda con su bolso a juego con los zapatos. Vamos, todo un fenómeno para la moda femenina de la época...
Pero si alguien sacó verdaderamente provecho de su intervención en "Luz de luna" fue el hasta entonces desconocido Bruce Willis, que con el insolente, deslenguado y encantador sinvergüenza David Addison consiguió ganársenos a todos. Con su media sonrisa picarona, esas entradas interesantes, su incontinencia verbal y esa miradita hizo que no sólo la buena de Maddie cayera rendida a sus pies, sino el propio Hollywood.
Está claro que una de las claves del éxito de la serie fue la química existente entre estos dos actores, una química que traspasaba la pantalla, un URST en toda regla. Estaba claro que estos dos eran algo más que socios. La entrañable Srta. DiPesto y todos los telespectadores estábamos convencidos de que estaban hechos el uno para el otro, sólo faltaba que ellos dieran un respiro a sus continuas trifulcas y se dieran cuenta de que todo eso no era más que un refrenado deseo de estar juntos. Sus peleas eran antológicas, imposible contar las sartas de improperios que se lanzaban, los puñetazos, bofetadas y pisotones que Maddie le arreó a David a lo largo de toda la serie. Constantes gritos saliendo de sus oficinas. La de veces que se tiraron jarrones de flores o pisapapeles en los depachos, cuyas puertas debían ser de madera de roble, para poder resistir el sinnúmero de portazos que les pegaron...
Otro elemento entrañable, sobre todo si se revisiona la serie hoy en día, es ver cómo han cambiado las cosas. Esos detectives que sin usar los móviles eran capaces de comunicarse e incluso resolver casos, increíble pero cierto. Me encanta que en la agencia reciban cartas y no mails. Maddie en la era pre-Excel haciendo números de las ganancias de la agencia con una calculadora gigantesca a lo azafata del Un, dos, tres. Esos horterísimos (vistos desde la perspectiva actual) ascensores de paredes doradas que servían para llegar a la planta en la que se encontraba la agencia. Recursos televisivos que ahora resultan tremendamente retros, como la pantalla partida cuando David y Maddie hablan, perdón, discuten por teléfono. Revisisionando los episodios, me teletransporté completamente a aquella época en la que yo estaba en 5º de E.G.B y cada viernes comentaba con los compañeros de clase el episodio que TVE1 (no había mucha opción de canales para aquel entonces) había emitido la noche anterior.
Como he dicho antes, otro punto fuerte de la serie eran sus metarreferencias constantes, en las que los personajes mismos dejaban claro que se encontraban dentro de un programa de televisión, interpelando al espectador, o cuando se planteaba un dilema o una cuestión soltando frases como "A ver lo que dice el guión", o David cuando se encontraba en una situación que no tenía ni pies ni cabeza soltaba comentarios como "Están de huelga los guionistas ¿o qué?" . O incluso a veces ellos mismos eran los que presentaban el episodio, como si se tratara de "La hora de Alfred Hitchcock".
Cybill Shepherd, ese peinado, que muchas mujeres de la época intentaron copiar llevando recortes del Teleindiscreta a su peluquera de toda la vida y diciéndole algo así como "Bonita, esto es lo que quiero...". Esas camisas de seda, que lucieron toda la gama cromática del rosa y los colores pastel. Esas hombreras que acentuaban todavía más las ya de por sí anchas espaldas de la actriz (eran los ochenta, si eras una working girl y no llevabas hombreras no eras nadie...). Siempre estupenda con su bolso a juego con los zapatos. Vamos, todo un fenómeno para la moda femenina de la época...
Pero si alguien sacó verdaderamente provecho de su intervención en "Luz de luna" fue el hasta entonces desconocido Bruce Willis, que con el insolente, deslenguado y encantador sinvergüenza David Addison consiguió ganársenos a todos. Con su media sonrisa picarona, esas entradas interesantes, su incontinencia verbal y esa miradita hizo que no sólo la buena de Maddie cayera rendida a sus pies, sino el propio Hollywood.
Está claro que una de las claves del éxito de la serie fue la química existente entre estos dos actores, una química que traspasaba la pantalla, un URST en toda regla. Estaba claro que estos dos eran algo más que socios. La entrañable Srta. DiPesto y todos los telespectadores estábamos convencidos de que estaban hechos el uno para el otro, sólo faltaba que ellos dieran un respiro a sus continuas trifulcas y se dieran cuenta de que todo eso no era más que un refrenado deseo de estar juntos. Sus peleas eran antológicas, imposible contar las sartas de improperios que se lanzaban, los puñetazos, bofetadas y pisotones que Maddie le arreó a David a lo largo de toda la serie. Constantes gritos saliendo de sus oficinas. La de veces que se tiraron jarrones de flores o pisapapeles en los depachos, cuyas puertas debían ser de madera de roble, para poder resistir el sinnúmero de portazos que les pegaron...
Otro elemento entrañable, sobre todo si se revisiona la serie hoy en día, es ver cómo han cambiado las cosas. Esos detectives que sin usar los móviles eran capaces de comunicarse e incluso resolver casos, increíble pero cierto. Me encanta que en la agencia reciban cartas y no mails. Maddie en la era pre-Excel haciendo números de las ganancias de la agencia con una calculadora gigantesca a lo azafata del Un, dos, tres. Esos horterísimos (vistos desde la perspectiva actual) ascensores de paredes doradas que servían para llegar a la planta en la que se encontraba la agencia. Recursos televisivos que ahora resultan tremendamente retros, como la pantalla partida cuando David y Maddie hablan, perdón, discuten por teléfono. Revisisionando los episodios, me teletransporté completamente a aquella época en la que yo estaba en 5º de E.G.B y cada viernes comentaba con los compañeros de clase el episodio que TVE1 (no había mucha opción de canales para aquel entonces) había emitido la noche anterior.
Como he dicho antes, otro punto fuerte de la serie eran sus metarreferencias constantes, en las que los personajes mismos dejaban claro que se encontraban dentro de un programa de televisión, interpelando al espectador, o cuando se planteaba un dilema o una cuestión soltando frases como "A ver lo que dice el guión", o David cuando se encontraba en una situación que no tenía ni pies ni cabeza soltaba comentarios como "Están de huelga los guionistas ¿o qué?" . O incluso a veces ellos mismos eran los que presentaban el episodio, como si se tratara de "La hora de Alfred Hitchcock".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En la tercera temporada, desarrollaron al máximo el potencial de la relación entre ellos, cuando hicieron aparecer un antiguo amor de juventud de Maddie (Sam, nada más y nada menos que un astronauta interpretado por Mark Harmon) y eso despierta los celos más irracionales en David, que incluso boicotea una velada de Maddie y Sam en un restaurante de etiqueta, con la excusa de que necesita hablar con ella sobre un caso de la agencia. Revisionándolos, me enganché un montón en esta parte. Todo ello fue el detonante de que David y Maddie terminaran juntos Aaunque sólo fuera durante algún tiempo) y de que tuvieran una primera cita oficial en una lavandería abierta las 24 horas, la escena de amor más romántica en una lavandería que he visto, con permiso de Isabel Coixet. Hacia el final de la tercera temporada, la actriz Cybill Shepherd se quedó embarazada, como la noticia no fue capaz de eludir a la prensa, tuvieron que adaptar el guión de la serie a la nueva situación.
Algunos de los casos que tenían que resolver como detectives no estaban nada mal y eran bastante originales. Un caso en el que el "presunto" cadáver acaba convirtiéndose luego en el principal sospechoso de otro asesinato perpetuado tras su "presunta" muerte. Otro en la que el cadáver es un pintor cuya última obra antes de morir es un retrato de Maddie, al que ella no conocía, ni siquiera había posado para él. Una mujer, cuyo esposo acaba de fallecer y se planta en la agencia de Maddie y David para pedirles que velen al muerto la noche antes de ser incinerado, porque éste cuando estaba en vida juró matarla desde el más allá. Otro cliente pide los servicios de los detectives tras haber asesinado a su esposa, porque un día después de matarla, recibe una llamada de la víctima. Todo ello se prestó a que hubiera constantes escenas de acción, persecuciones de coches o luchas cuerpo a cuerpo en las azoteas de los edificios de Los Angeles. Se usaban muchos recursos de manual de guión cinematográfico, pero que funcionan a la perfección, como la ley que dice que si no ves a alguien morir en pantalla, aunque todo indique que ha muerto, puede seguir vivo.
Algunos de los casos que tenían que resolver como detectives no estaban nada mal y eran bastante originales. Un caso en el que el "presunto" cadáver acaba convirtiéndose luego en el principal sospechoso de otro asesinato perpetuado tras su "presunta" muerte. Otro en la que el cadáver es un pintor cuya última obra antes de morir es un retrato de Maddie, al que ella no conocía, ni siquiera había posado para él. Una mujer, cuyo esposo acaba de fallecer y se planta en la agencia de Maddie y David para pedirles que velen al muerto la noche antes de ser incinerado, porque éste cuando estaba en vida juró matarla desde el más allá. Otro cliente pide los servicios de los detectives tras haber asesinado a su esposa, porque un día después de matarla, recibe una llamada de la víctima. Todo ello se prestó a que hubiera constantes escenas de acción, persecuciones de coches o luchas cuerpo a cuerpo en las azoteas de los edificios de Los Angeles. Se usaban muchos recursos de manual de guión cinematográfico, pero que funcionan a la perfección, como la ley que dice que si no ves a alguien morir en pantalla, aunque todo indique que ha muerto, puede seguir vivo.
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