You must be a loged user to know your affinity with Cazale
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred
8
1 de mayo de 2025
1 de mayo de 2025
Sé el primero en valorar esta crítica
Laureada obra comúnmente considerada cumbre del cine filipino. Es Filipinas un país de gran carisma y potencial, capado por oligarquías bárbaras que ven a la gente como ganado de dos patas. En 'Himala' está esa gente, apacible y férrea, sentada con su gallo peleador en el regazo, mirando el cielo y el camino de tierra. Palabras castellanas salpican cada frase de su hablar tagalo, entre ellas 'Dios'.
El director Ishmael Bernal y el escritor Ricardo Lee demuestran oficio y genio. La actriz Nora Aunor va evolucionando a través de sus ojos el personaje que encarna, Elsa, la muchacha que vio a la Virgen durante un eclipse.
Al principio Elsa mira con resignación terca. Ella es la rara del pueblo, la introvertida que de niña inventaba historias. Qué quieren que haga si ahora se le ha aparecido la Virgen: no lo van a creer, pero tampoco lo va a ocultar. Después los ojos se le vuelven soberbios y alegres: de pronto la veneran, acuden a ella periodistas, gringos turistas y chinos adinerados, y le piden misericordia a gritos los pobres, los leprosos y los niños con deformidades. Incluso sonríe a la cámara del director de cine ateo, que no puede captar sutileza, únicamente brutalidad terrenal. En una tercera etapa, la mirada de Elsa se torna insegura y triste.
Qué bien comprimen los asiáticos la emoción en planos generales, sin necesidad de descerrajar primeros planos. Y así, cuando hacen esto último, impacta más, como el dolor destrozando un rostro atigrado por la luz de la rejilla del confesionario.
Tampoco es manca la luz del atardecer en el que la puta hace un truco de magia frente a los chavales salidos: nada por aquí, nada por allá, y me saco un cigarro de la vagina. Los instantes soeces se entrelazan con los anhelos religiosos, pues ambos son parte del humano. En este aspecto tal vez se exceda el chuloputas que se parece un poco a Lee Van Cleef: tiene una Virgen justo debajo de sus botellas de ron y sus calendarios de tipas desnudas.
El sonido está trabajado de manera que un llanto de viejas enlutadas logra estremecer. Y en el oído se clava el clamor quejoso de los enfermos esperando a que les atienda la milagrera, zumbido transportado por el viento a otros lugares, que cuando aparece Elsa se convierte en un padrenuestro unísono.
El montaje fluye con soltura, añadiendo perspectivas secundarias en pinceladas cortas y situaciones que se resuelven a no mucho tardar, bien ensamblado todo en el guión, porque aquí no sobra nada: justo cuando uno empieza a barruntar que le han colado un epílogo amorfo las inquisiciones censoras, siente en su propia carne de espectador el paso de incredulidad a fe.
El director Ishmael Bernal y el escritor Ricardo Lee demuestran oficio y genio. La actriz Nora Aunor va evolucionando a través de sus ojos el personaje que encarna, Elsa, la muchacha que vio a la Virgen durante un eclipse.
Al principio Elsa mira con resignación terca. Ella es la rara del pueblo, la introvertida que de niña inventaba historias. Qué quieren que haga si ahora se le ha aparecido la Virgen: no lo van a creer, pero tampoco lo va a ocultar. Después los ojos se le vuelven soberbios y alegres: de pronto la veneran, acuden a ella periodistas, gringos turistas y chinos adinerados, y le piden misericordia a gritos los pobres, los leprosos y los niños con deformidades. Incluso sonríe a la cámara del director de cine ateo, que no puede captar sutileza, únicamente brutalidad terrenal. En una tercera etapa, la mirada de Elsa se torna insegura y triste.
Qué bien comprimen los asiáticos la emoción en planos generales, sin necesidad de descerrajar primeros planos. Y así, cuando hacen esto último, impacta más, como el dolor destrozando un rostro atigrado por la luz de la rejilla del confesionario.
Tampoco es manca la luz del atardecer en el que la puta hace un truco de magia frente a los chavales salidos: nada por aquí, nada por allá, y me saco un cigarro de la vagina. Los instantes soeces se entrelazan con los anhelos religiosos, pues ambos son parte del humano. En este aspecto tal vez se exceda el chuloputas que se parece un poco a Lee Van Cleef: tiene una Virgen justo debajo de sus botellas de ron y sus calendarios de tipas desnudas.
El sonido está trabajado de manera que un llanto de viejas enlutadas logra estremecer. Y en el oído se clava el clamor quejoso de los enfermos esperando a que les atienda la milagrera, zumbido transportado por el viento a otros lugares, que cuando aparece Elsa se convierte en un padrenuestro unísono.
El montaje fluye con soltura, añadiendo perspectivas secundarias en pinceladas cortas y situaciones que se resuelven a no mucho tardar, bien ensamblado todo en el guión, porque aquí no sobra nada: justo cuando uno empieza a barruntar que le han colado un epílogo amorfo las inquisiciones censoras, siente en su propia carne de espectador el paso de incredulidad a fe.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El final es el cierre de la esfericidad de la obra: la filmación del nacimiento de un mito.

5.3
25
5
4 de diciembre de 2021
4 de diciembre de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
No soy aficionado taurino. Pero tampoco me interesa el billar, y 'El buscavidas' está entre mis filmes predilectos. Teniendo 'Toros bravos' el mismo director, albergaba la loca esperanza de ver un Gordo de Minnesota torero.
Lo más parecido que hallé fue el especialista de Mel Ferrer. El propio Ferrer ofrece una actuación de cartón piedra. Arruina el magnetismo que podría haber generado el perdedor construido por John Bright (coautor de 'El enemigo público') adaptando la novela de Tom Lea.
Elevan la película las imágenes documentales, el carisma de México, la clase de Miroslava y sobre todo Manuel Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca "Anthony Quinn".
Lo más parecido que hallé fue el especialista de Mel Ferrer. El propio Ferrer ofrece una actuación de cartón piedra. Arruina el magnetismo que podría haber generado el perdedor construido por John Bright (coautor de 'El enemigo público') adaptando la novela de Tom Lea.
Elevan la película las imágenes documentales, el carisma de México, la clase de Miroslava y sobre todo Manuel Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca "Anthony Quinn".
7
20 de agosto de 2021
20 de agosto de 2021
Sé el primero en valorar esta crítica
Me imagino a unos arqueólogos del futuro desenterrando este documento audiovisual y topándose con unos pandilleros negros e hispanos del Nueva York de los años 1970 D.C. que portan emblemas nacionalsocialistas.
Son arqueólogos de un futuro lejanísimo, que entienden del siglo XX lo mismo que nosotros de los antiguos mesopotámicos. ¿Qué pensarán al observar al negro del brazalete con la esvástica? Algún espabilado argumentará que el símbolo alude al viejo paganismo europeo, o al hinduismo, o al budismo. Y una polla, le contestará algún compañero de mayor erudición: ese otro hispano calza un casco de las SS más grande que su afro. Y el espabilado a callar.
Visualizo a los arqueólogos e historiadores del lejanísimo futuro tirándose décadas intentando descifrar este documento audiovisual, como hacen nuestros contemporáneos con una tablilla de barro. Conferencias, artículos, tesis doctorales y libros teorizando sobre por qué esos pandilleros negros e hispanos del Nueva York de los años 1970 D.C. llevaban simbología nazi.
Esos estudiosos del futuro rompiéndose la cabeza ahí. Sin llegar a dilucidar aquella vorágine capitalista que todo lo mezclaba y nihilizaba. Incapaces de comprender a aquellas gentes arrasadas por la heroína, el sida y las armas. Escapándoseles que el objetivo de los pandilleros al enarbolar prendas alemanas de la Segunda guerra mundial era simplemente provocar. Molestar. Situarse fuera del "sistema".
Igual los arqueólogos e historiadores futuros se harán una idea de lo que en este documento audiovisual cuentan el policía, la puta, el chuloputas, la tendera, la vecina y el cura. O sabrán que lo que están haciendo los miembros de esa remota comunidad humana cuando salen a la calle todos juntos a menear el cuerpo, es un ritual de socialización. Pero la X esvástica de los negros e hispanos... no la despejarán.
Son arqueólogos de un futuro lejanísimo, que entienden del siglo XX lo mismo que nosotros de los antiguos mesopotámicos. ¿Qué pensarán al observar al negro del brazalete con la esvástica? Algún espabilado argumentará que el símbolo alude al viejo paganismo europeo, o al hinduismo, o al budismo. Y una polla, le contestará algún compañero de mayor erudición: ese otro hispano calza un casco de las SS más grande que su afro. Y el espabilado a callar.
Visualizo a los arqueólogos e historiadores del lejanísimo futuro tirándose décadas intentando descifrar este documento audiovisual, como hacen nuestros contemporáneos con una tablilla de barro. Conferencias, artículos, tesis doctorales y libros teorizando sobre por qué esos pandilleros negros e hispanos del Nueva York de los años 1970 D.C. llevaban simbología nazi.
Esos estudiosos del futuro rompiéndose la cabeza ahí. Sin llegar a dilucidar aquella vorágine capitalista que todo lo mezclaba y nihilizaba. Incapaces de comprender a aquellas gentes arrasadas por la heroína, el sida y las armas. Escapándoseles que el objetivo de los pandilleros al enarbolar prendas alemanas de la Segunda guerra mundial era simplemente provocar. Molestar. Situarse fuera del "sistema".
Igual los arqueólogos e historiadores futuros se harán una idea de lo que en este documento audiovisual cuentan el policía, la puta, el chuloputas, la tendera, la vecina y el cura. O sabrán que lo que están haciendo los miembros de esa remota comunidad humana cuando salen a la calle todos juntos a menear el cuerpo, es un ritual de socialización. Pero la X esvástica de los negros e hispanos... no la despejarán.
7
16 de noviembre de 2019
16 de noviembre de 2019
Sé el primero en valorar esta crítica
En un lugar de Iowa, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho que vivía un cuellirrojo de los de campo de mazorcas, granero antiguo, camioneta oxidada y bandera roída. Es, pues, de saber que este sobredicho cuellirrojo, los ratos que estaba ocioso (que eran los más del año), se daba a escuchar cintas de rap gangster, con tanta afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la vida rural y aun el respeto a sus esforzados padres y novia; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, que vendió mucha harina haciéndola pasar por cocaína para comprar cintas de rap gangster en que escuchar, y así, gastó gran parte de su tiempo frente al espejo, imitando el habla y la mímica de los lejanos guetos negros.
Con estas razones perdía el pobre joven el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no lo sacara ni las entendiera el mesmo Malcolm X, si resucitara para solo ello. Se enfrascó tanto en su escucha, que se le pasaban las noches escuchando de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho escuchar, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que escuchaba en las cintas, así de champán como de orgías, tiroteos, proxenetismo, narcotráfico, banquetes, conciertos, billetes y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas intenciones que escuchaba, que para él no había otra historia más cierta en el mundo. Decía él que Fat Joe había sido muy buen rapero, pero que no tenía que ver con Slick Rick, que solo de un cuello había colgado seis doradas y descomunales cadenas. Mejor estaba con Snoop Dogg, porque en Doggystyle había amasado dólares y perras, valiéndose de la industria musical.
En efeto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más estraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse MC narcotraficante y irse a Chicago con su camioneta a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los G rappers se ejercitaban, realizando todo género de agravio y poniéndose en ocasiones y peligros donde, acabándolos, cobrase eternas zorras, dinero y fama. Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su rima, por lo menos del imperio de Def Jam; y así, con estos tan agradables pensamientos, llevado del estraño gusto que en ellos sentía, se dio priesa a poner en efeto lo que deseaba. Y lo primero que hizo fue limpiar una pistola que había sido de su primo tercero, que, tomada de orín y llena de moho, luengos años había que estaba puesta y olvidada en un rincón.
Fue luego a ver a sus amigos, y aunque sus pieles eran más blancas que la leche, le pareció que ni el carbón con ellas se igualaba. Quiso ponerse nombre a sí mismo, y en este pensamiento duró ocho días, y al cabo se vino a llamar "Flip Dogg". Pero acordándose que el valeroso 2Pac en sus inicios se bautizó como "MC New York" y en sus años postreros alzaba la mano en forma de uve doble para representar a la costa Oeste, así quiso, como buen rapero, añadir al suyo el nombre de su tierra y llamarse "Flip Dogg de Iowa".
Hechas, pues, estas prevenciones, no quiso aguardar más tiempo a poner en efeto su pensamiento, apretándole a ello la falta que él pensaba que hacía en el mundo su tardanza, según eran las canciones que pensaba grabar, Cadillac Impalas que rebotar, Hennessy que beber, droga que vender y felaciones que recibir. Y así, una mañana, se armó de la pistola, subió con sus blancatas sobre la camioneta, tomó su gorra y camisa XXL y por la puerta falsa de un corral salió a la carretera, con grandísimo contento y alborozo de ver con cuanta facilidad había dado principio a su buen deseo.
Con estas razones perdía el pobre joven el juicio, y desvelábase por entenderlas y desentrañarles el sentido, que no lo sacara ni las entendiera el mesmo Malcolm X, si resucitara para solo ello. Se enfrascó tanto en su escucha, que se le pasaban las noches escuchando de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho escuchar, se le secó el celebro de manera que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que escuchaba en las cintas, así de champán como de orgías, tiroteos, proxenetismo, narcotráfico, banquetes, conciertos, billetes y disparates imposibles; y asentósele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas intenciones que escuchaba, que para él no había otra historia más cierta en el mundo. Decía él que Fat Joe había sido muy buen rapero, pero que no tenía que ver con Slick Rick, que solo de un cuello había colgado seis doradas y descomunales cadenas. Mejor estaba con Snoop Dogg, porque en Doggystyle había amasado dólares y perras, valiéndose de la industria musical.
En efeto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más estraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra como para el servicio de su república, hacerse MC narcotraficante y irse a Chicago con su camioneta a buscar las aventuras y a ejercitarse en todo aquello que él había leído que los G rappers se ejercitaban, realizando todo género de agravio y poniéndose en ocasiones y peligros donde, acabándolos, cobrase eternas zorras, dinero y fama. Imaginábase el pobre ya coronado por el valor de su rima, por lo menos del imperio de Def Jam; y así, con estos tan agradables pensamientos, llevado del estraño gusto que en ellos sentía, se dio priesa a poner en efeto lo que deseaba. Y lo primero que hizo fue limpiar una pistola que había sido de su primo tercero, que, tomada de orín y llena de moho, luengos años había que estaba puesta y olvidada en un rincón.
Fue luego a ver a sus amigos, y aunque sus pieles eran más blancas que la leche, le pareció que ni el carbón con ellas se igualaba. Quiso ponerse nombre a sí mismo, y en este pensamiento duró ocho días, y al cabo se vino a llamar "Flip Dogg". Pero acordándose que el valeroso 2Pac en sus inicios se bautizó como "MC New York" y en sus años postreros alzaba la mano en forma de uve doble para representar a la costa Oeste, así quiso, como buen rapero, añadir al suyo el nombre de su tierra y llamarse "Flip Dogg de Iowa".
Hechas, pues, estas prevenciones, no quiso aguardar más tiempo a poner en efeto su pensamiento, apretándole a ello la falta que él pensaba que hacía en el mundo su tardanza, según eran las canciones que pensaba grabar, Cadillac Impalas que rebotar, Hennessy que beber, droga que vender y felaciones que recibir. Y así, una mañana, se armó de la pistola, subió con sus blancatas sobre la camioneta, tomó su gorra y camisa XXL y por la puerta falsa de un corral salió a la carretera, con grandísimo contento y alborozo de ver con cuanta facilidad había dado principio a su buen deseo.
5
6 de marzo de 2022
6 de marzo de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Serie de culto en mi clase de cuarto de primaria. Muy exigentes no éramos: canción pegadiza, protagonista juguetón, situaciones simpáticas y ensalzamiento de la amistad. Pa' lante. En aquellos tiempos empezaban los estragos de la fascinación por lo japonés. Yo conseguí encauzarla a Miyazaki, pero alguno se quedó como Aitor, el de When I met.
'Muka Muka' me ha dado nostalgia y he terminado haciendo una lista de obras poco recordadas de la época. Ahí va.
Películas de imagen real: 'El campeón del videojuego (The Wizard)', 'Un mundo a su medida (The Mighty)'.
Películas de animación: 'El jardín mágico de Stanley', 'Rex, un dinosaurio en Nueva York'.
Series de animación: 'Sylvan, el poder de la magia', 'Flint y los viajeros del tiempo', 'Cocodrilos al rescate', 'Montana (Montana Jones)', T-Rex (The Adventures of T-Rex)'.
Chapuzas entrañables: 'Simba en los mundiales de fútbol' (África, África, Áaaafrica, África vencerá), 'Esquimales en el Caribe' (Emilio genio).
'Muka Muka' me ha dado nostalgia y he terminado haciendo una lista de obras poco recordadas de la época. Ahí va.
Películas de imagen real: 'El campeón del videojuego (The Wizard)', 'Un mundo a su medida (The Mighty)'.
Películas de animación: 'El jardín mágico de Stanley', 'Rex, un dinosaurio en Nueva York'.
Series de animación: 'Sylvan, el poder de la magia', 'Flint y los viajeros del tiempo', 'Cocodrilos al rescate', 'Montana (Montana Jones)', T-Rex (The Adventures of T-Rex)'.
Chapuzas entrañables: 'Simba en los mundiales de fútbol' (África, África, Áaaafrica, África vencerá), 'Esquimales en el Caribe' (Emilio genio).
Más sobre Cazale
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here