La película es, a mi juicio, desesperante. Los silencios del señor Costner inundan las escenas. Es una historia conmovedora, sí, pero muy difícil que "tragar" en la familia de un ex sheriff con treinta años de experiencia al que se le supone, "batallas mil" sobre temas de parecido contenido.
No cuela el guion a menos que desconozcas el mundo de las armas y del trabajo de los hombres de la ley en un país como los Estados Unidos. la interpretación de la señora Lane, excelente; la de los actores que conformas la familia de malvados, exageradamente loca; la patriarca sobreactúa y, por favor, alguien con un rifle de gran calibre acaba la historia de otra manera. El cine no tiene porqué ser lo que a mí me guste, por supuesto, pero no puedo soportar una historia tan fuera del contexto que tiene otra, donde el padre y abuelo, se ha batido en un sinfín de oscuros problemas y no sepa enfrentarse a este. Mi opinión: la historia sería emocionante, si el guion hubiese sido mas acorde con los personajes.
José Alberto Ruiz Gancedo
Santander

¡Magistral Cate! Su imponente presencia, su personalidad aplastante, su fotogenia, nunca defrauda! Rooney Mara la acompaña, y aunque sin llegar a su altura, su interpretación es impactante por lo sencilla pero conmovedora. Cine elegante, de clase, donde la presencia de Cate llena cada cuadro. No sobra nada. Genial las tomas íntimas... nunca se "expresó" mejor ni tan finamente la "cámara". Todo de gran altura...
Esta mujer no deja indiferente a nadie haga lo que haga. Sublime su interpretación y acertadísima la propuesta que hace al marido sobre la hija de ambos. El final no podía ser de otra manera aunque deja un poco frío. La escena, con la excelente música de fondo a más y la cámara aproximando el primer plano de Cate, paraliza no solo a Rooney... Mi máxima puntuación.

Es la única película que he visto cuyos actores no están en su sitio. Gregory Peck, parece otro: sus gestos, su comportamiento, sus dialogos, parecen de otro actor. No le va el papel ni de coña. Está ridículo. En cuanto a Joseph Cotten, que decir: está tan panaguado en su representación de amante y hermano del malo, que no es creible. La siempre guapísima (y exótica) Jennifer Jones, a pesar de sus carencias, junto con Lioner Barrymore, en su papel de senador McCanles, son los únicos que salvan la película yo diría, que de un suspenso total: La primera por su extraordinaria belleza, el segundo, por su profesionalidad. ¿El color...? muy malo.