En este film conduce bien el personaje, conduce estupendamente el director y conduce que alucinas el señor Ryan Gosling, cuyo papel serio y mecánico te embrutece en muchos momentos, te lleva a la desesperación pero te aporta finalmente la belleza del buen trabajo del actor que se sale en todo momento aunque lo único que tenga que hacer es estar y ya está.

Aluciné cuando empezaba con una canción de Kavinsky que me encanta: Nightcall. Por lo demás, una película entretenida por las buenas interpretaciones y la historia opaca y sencilla. Eso sí, no es una película fácil, es un poco extraña pero se deja ver.

Ala, todo el mundo a disfrutarla.

Correcta película sobre el triunfo del amor propio sobre la tradición.

América Ferrera está estupenda en este film en el que hace el papel de la gordita que todo el mundo (especialmente su madre) le dice lo gorda que está pero que aún así se gusta y gusta a los chicos (y no me extraña). Que lucha contra la presión de sus padres para encontrar la salida de la que está tan segura y que va consiguiente con su actitud de la gente de su alrededor también cambie.

Tampoco es que vayamos a tirar cohetes por el argumento y la dirección, pero es una película correcta que se puede ver un sábado de "resaqueiro" y no sentirse aún peor.

Contando más o menos la misma historia, pero con la diferencia de que en MOON, era una empresa la que explotaba al buen hombre y en Oblivion nunca se llega a saber la prodecencia ni las intenciones de la raza alienígena; la película, de la que esperaba muchísimo, me ha defraudado considerablemente. Está entretenida y Tom sigue haciendo de lo de siempre, de que es la leche y punto y las tiene loquitas a todas, en este mundo y en el más allá.

Otra diferencia aplastante es que Moon sí es una buena película, pero vamos... para gustos los colores.

No pienso ser objetivo con esta película. No puedo serlo, porque esta película para mí no va sobre el polaco Kovalsky o como sea, esta película va sobre mi padre.

Mi padre también es de la vieja escuela y menuda escuela. Mi padre es serio, directo, como el gran Clint Eastwood en esta interpretación. Mi padre no se anda por las ramas; no ha sido cariñoso ni detallista ni hablador. Siempre ha ido al grano con su nefasta actitud, pero resulta que ahora, a la vejez, se ha ablandado y; por supuesto, no ha perdido perdón. Nunca, jamás, nos ha preguntado... ¿qué tal estás... cómo va todo? Nunca. En cambio, cuando lo hemos necesitado ha estado ahí, el primero; eso sí, a su manera, haciéndote ver que eres un inútil y que menos mal que ha venido él a arreglarte un grifo o la persiana.

Pero es que para más inri, mi padre va por ahí impartiendo su propia justicia. No es que salga con la escopeta a la más mínima, pero casi. Por contar una anécdota; un día venía un tipo completamente borracho por la calle, rompiendo a su paso cada espejo retrovisor que encontraba y tirando al suelo todos los contenedores. Mi padre le llamó la atención con sus minuciosos modales de hombre que parece estar siempre en la guerra. El tío se encaró con él y lo llamó viejo y tal... mi padre no tardó en responder de manera brusca y el colega se vino arriba. Yo alucinaba con mis veintisiete años a su lado y cagado de miedo. El caso es que conforme se le acercó el tío que le iba a dar dos hostias, le metió un solo puñetazo que lo dejó tumbado en el suelo. Luego lo agarró y no sé cómo lo cogió como si no pesara nada y lo metió en el contenedor más cercano. Flipé, como otro día más; uno cualquiera en la vida de mi padre.

Por eso no pienso ser crítico con esta película. No lo soy con ninguna y jamás podré ser objetivo. La película está genial, pero es que hay que ser un manta para no conseguir arte en un medio donde puedes mezclar palabra, imagen y música. Clint Eastwood lo ha hecho, otra vez, y me ha emocionado mucho. Acabo de ir a despertar a mi mujer para decirle que acabo de ver un peliculón sobre mi padre.

Y me he abierto una cerveza y creo que en un rato, llamaré a mi padre para no decirle nada.

Con actuación sobresaliente de ambas actrices y correcta dirección, Diario de un escándalo es una pequeña joya que merece la pena ver.

Me recuerda, por la obsesión enfermiza del amor, a Sólo te tengo a ti de Laetitia Colombani y por la perversión a La pianista de Haneke.

Lo dicho: todo el mundo a verla.