Es cierto, Lupin no mata. Es una serie entretenida, agradable de ver sin más. Muy blanca, se puede ver perfectamente en familia. Pero que nadie espere la gran serie del año, porque está lejos de ser eso.
Tiene un buen reparto, aunque precisamente donde me falla es en el villano principal, muy de opereta. Y es que en mi opinión el actor es el peor de la serie y esto lastra mucho el resultado final.
Por lo demás, correcta. Tiene interés ver las estrategias de Assane para lograr sus objetivos, y a veces son demasiado inverosímiles, pero oye, es ficción al fin y al cabo.

Comienza esta nueva entrega de Las Tortugas Ninja y pienso "oye, no está mal". Cine palomitero y sin pretensiones, del que no tengo, en principio, nada en contra. Me gustan los diseños de las tortugas y, aunque el cgi canta en ocasiones, la película me entretiene sin chirriarme demasiado. Quizás el tenerle un cierto cariño a los personajes por los buenos ratos que pasé con ellos en la adolescencia con algunos de los videojuegos inspirados en esta franquicia, me hagan pasar por alto algunas cosas como el nuevo papel que juega April O'Neal en la historia o que en cuanto ves aparecer a William Fichtner ya sabes de que palo va su personaje porque es de esos actores que se empeñan en encasillarse en ciertos roles. Megan Fox.... venga va, como actriz no vale un pimiento pero alegra la vista. Y por qué no decirlo, me encantan los personajes y/o argumentos majarones, aunque en el 90% de las ocasianos los guionistas no sepan qué hacer con una buena idea loca. ¿Tortugas ninjas mutantes entrenadas por una rata?, la idea es espectacular, como lo fue la de juntar cowboys y aliens, pese a que el resultado acabó en desastre.
Así que puedo decir que sí, la película me estaba gustando. Pero en cierto momento algo comenzó a ir mal. La película era como muy... Michael Bay. "¡Oh no!", pensé, "creo que Michael Bay estaba metido en esto". Y efectivamente, aparecieron las cositas del señor Bay, que convierte a Shredder prácticamente en un Transformer (abominación de saga cinematográfica) y empieza a meter escenas demasiado similares a las de otras películas en las que mete la pezuña. Todo esto con las escenas de acción y explosiones en las que no ves nada, con alguna en la que el cgi te acaba sacando de la suspensión de la incredulidad. Con lo bien que íbamos durante el primer tercio del metraje. Qué pena.

Navidad. Aeropuerto. Terroristas. Thriller de acción. Ingredientes todos ellos para intentar que viendo esta película evoquemos aquella La Jungla 2, una muy buena continuación de La Jungla de Cristal.
Pero por desgracia, ni Taron Egerton es Bruce Willis, ni Jaume Collet-Serra está cerca de un Renny Harlin que estaba en su mejor momento.
Llegué completamente virgen a ver Equipaje de Mano. Más allá de ver a Jason Bateman en la carátula que Netflix me mostraba, no sabía quién más aparecería por aquí. Un momento... ¿ese tipo con cara de besugo no es Taron Egerton? ¿el mismo Taron Egerton de la saga Kingsman o que se metió en la piel de Elton John en Rocketman? No puede ser él, este tipo es demasiado malo. Vaya... pues sí que es él. ¿Qué ha pasado aquí? ¿Cómo puede ser tan mal actor? Es que está horrible, en serio, HORRIBLE. Por favor que alguien le dé el Razzie a este hombre, no hacen falta más nominados.

El reparto es de traca. Le acompañan Sofía Carson, cuyo gran mérito es ser una de las protagonistas de esa abominación de Disney llamada Los Descendientes, un producto de bajo presupuesto que nos quieren colar como grandes superproducciones, cuyas entregas están plagadas de actores entre mediocres y malos, escenarios de cartón piedra y guiones ñoños muy del gusto del espectador americano medio de himno y banderita. Ah y también cantan y bailan. ¿Aquí cantan y bailan? No. Pues no entiendo qué pinta aquí esta chica.

También deambula por aquí Theo Rossi, que particularmente ya se me hizo insoportable en la serie Luke Cage, con su habitual repertorio de mohines y gestitos marca de la casa.
Dean Norris, el cuñadísimo de Breaking Bad, haciendo oooooootra vez de agente de la ley, que salva el tipo básicamente porque hace su papel habitual.
Y... poco más que yo pudiera reconocer a simple vista. Salvo el ya nombrado Jason Bateman, que por otra parte es el mejor actor que veremos por aquí. Aunque no entiendo esa decisión de ponerle en portada y luego andar ocultándonos su cara durante el principio de la película, como si no tuviéramos claro desde el principio que él es el malo. Pero bueno, esto no es culpa suya. La culpa es de otro señor, español además.

Porque si bien el guión de Equipaje de Mano no es una maravilla, la dirección de Jaume Collet-Serra es todavía peor. No solo es que ha sido incapaz de sacarle una actuación decente a Taron Egerton, como ya he comentado, es que la película en demasiados momentos tiene una realización de telefilme de los de Antena 3. Hay escenas de plano-contraplano continuos que dan vergüenza ajena, estéticamente horrendas y que denotan vaguedad. Además de que ni siquiera la edición está bien resuelta.
Estaba viendo la película, removiéndome en el sofá por lo mal dirigida que estaba, preguntándome qué novato habría pertrechado este bodrio, y cuando termina descubro horrorizado que era Jaume Collet-Serra. No me lo podía creer.

En fin, no diré que la película es decepcionante porque hasta que apareció en Netflix ni sabía que existía. Es un thriller de acción mediocre, sin ninguna duda. Se ve poniéndole muchas pegas continuamente y se olvida en cuanto termina. Pero decepcionantes, y mucho, son Taron Egerton y Jaume Collet-Serra.
Pido disculpas desde aquí a los fabricantes de productos de marca blanca. Sé que sus productos son mucho mejores que esta película en comparación con los de primeras marcas.