You must be a loged user to know your affinity with Máximo Pablo
Críticas ordenadas por utilidad
Movie added to list
Movie removed from list
An error occurred

8.4
130,869
10
22 de marzo de 2010
22 de marzo de 2010
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recordaré una frase significativa del comienzo (que no desvela nada importante del argumento): “Llegamos a Ciudad de Díos esperando el paraíso”…“El gobierno de los ricos pasaba de nuestros problemas”.
¿Es la pobreza un caldo de cultivo para la delincuencia?... ¿hay más opciones que trabajar explotado o ser un forajido, en un contexto de desigualdades extremas?... ¿es acaso una cuestión de carácter lo que determina la inclinación a la violencia?... ¿o se trata de una cuestión de supervivencia?... La cinta resuelve muchas de estas incógnitas en una descripción valiente, veraz, pormenorizada, de las pocas oportunidades para los chicos de la calle, abocados -quieran o no- a ser atrapados por los engranajes de un sistema corrupto, en un circulo vicioso que se repite incesantemente.
Cidade de Deus, adaptación de una novela del mismo nombre de Paulo Lins, es una película dirigida por Fernando Meirelles y Kátia Lund, donde el cine se convierte en Séptimo Arte. Se podría decir que rinde homenaje al primer crítico de cine que propuso esta definición: Ricciotto Canudo*.
En fin, será recordada tanto por su valor histórico, por el retrato veraz de la cruda vida en las favelas en el Brasil del siglo XX, como por la innovación en el arte cinematográfico.
*Canudo se considera en la historia de la cultura como el primer crítico cinematográfico y autor del primer texto teórico importante sobre el cine. En 1911 publicó su manifiesto futurista "El Nacimiento del Séptimo Arte". Nació en Bari en 1879 (Italia), difundió el término Séptimo Arte al considerar el cine como un compendio y culminación de la pintura, arquitectura, escultura, poesía, danza y música.
¿Es la pobreza un caldo de cultivo para la delincuencia?... ¿hay más opciones que trabajar explotado o ser un forajido, en un contexto de desigualdades extremas?... ¿es acaso una cuestión de carácter lo que determina la inclinación a la violencia?... ¿o se trata de una cuestión de supervivencia?... La cinta resuelve muchas de estas incógnitas en una descripción valiente, veraz, pormenorizada, de las pocas oportunidades para los chicos de la calle, abocados -quieran o no- a ser atrapados por los engranajes de un sistema corrupto, en un circulo vicioso que se repite incesantemente.
Cidade de Deus, adaptación de una novela del mismo nombre de Paulo Lins, es una película dirigida por Fernando Meirelles y Kátia Lund, donde el cine se convierte en Séptimo Arte. Se podría decir que rinde homenaje al primer crítico de cine que propuso esta definición: Ricciotto Canudo*.
En fin, será recordada tanto por su valor histórico, por el retrato veraz de la cruda vida en las favelas en el Brasil del siglo XX, como por la innovación en el arte cinematográfico.
*Canudo se considera en la historia de la cultura como el primer crítico cinematográfico y autor del primer texto teórico importante sobre el cine. En 1911 publicó su manifiesto futurista "El Nacimiento del Séptimo Arte". Nació en Bari en 1879 (Italia), difundió el término Séptimo Arte al considerar el cine como un compendio y culminación de la pintura, arquitectura, escultura, poesía, danza y música.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Me sorprenden gratamente las críticas positivas que recibe esta película, tanto por aquellos que les gusta el cine comercial como a los que les gusta el cine social y comprometido. Entiendo este encuentro de posturas por ser un cine de elevadísima calidad técnica y que al mismo tiempo refleja con credibilidad la realidad social desde un punto de vista crítico. De hecho, los realizadores tuvieron que pedir la colaboración del jefe de una favela para rodar en su zona y disponer así de las condiciones adecuadas de seguridad, quien autorizo la filmación a cambio de que se contratasen a una mayoría de los habitantes de la favela.
La fotografía es de una calidad poco común, por su luminosidad, su contraste y el uso del color con dominantes cálidos adecuados a la intensidad de la historia, que abarca tres décadas de ferocidad.
La forma narrativa -no lineal-, ágil, intensa, logra transmitir con éxito la información sobre los muchos personajes que pululan por la cinta. Se ha comparado, quizá acertadamente, con Tarantino -gran innovador en el uso del tiempo, de los saltos de “raccord” y de la forma narrativa-, sin embargo considero que Ciudad de Dios aporta novedades al lenguaje cinematográfico y le da un transfondo lleno de mensajes que critican el uso de la fuerza. Y sin duda, siendo una película que refleja la crudeza de la vida en las favelas -en todas sus expresiones- no es, ni mucho menos, un culto a la violencia. De hecho, el retrato psicológico de los personajes es excepcional. Igualmente los diálogos son memorables. Los directores saben crear un distanciamiento sobre los personajes para no convertirlos en héroes, como Zé Pequeño que es retratado con un carácter violento extremo (con el que es difícil identificarse). El contrapunto es Buscapé (con el que podemos empatizar), que trata de escapar del engranaje social que le arrastra a la delincuencia como a los demás. El retrato psicológico de los secundarios es igualmente fuera de serie. El desenlace se traduce en una guerra de bandas que acaba arrastrando a los más pacíficos, por unos u otros motivos, a la violencia. Y la historia se repite sucesivamente.
En fin, desde que la he visto no he dejado de pensar en los muchos detalles interesantes que sazonan esta obra maestra, que invitan a revisarla con atención.
Un saludo
La fotografía es de una calidad poco común, por su luminosidad, su contraste y el uso del color con dominantes cálidos adecuados a la intensidad de la historia, que abarca tres décadas de ferocidad.
La forma narrativa -no lineal-, ágil, intensa, logra transmitir con éxito la información sobre los muchos personajes que pululan por la cinta. Se ha comparado, quizá acertadamente, con Tarantino -gran innovador en el uso del tiempo, de los saltos de “raccord” y de la forma narrativa-, sin embargo considero que Ciudad de Dios aporta novedades al lenguaje cinematográfico y le da un transfondo lleno de mensajes que critican el uso de la fuerza. Y sin duda, siendo una película que refleja la crudeza de la vida en las favelas -en todas sus expresiones- no es, ni mucho menos, un culto a la violencia. De hecho, el retrato psicológico de los personajes es excepcional. Igualmente los diálogos son memorables. Los directores saben crear un distanciamiento sobre los personajes para no convertirlos en héroes, como Zé Pequeño que es retratado con un carácter violento extremo (con el que es difícil identificarse). El contrapunto es Buscapé (con el que podemos empatizar), que trata de escapar del engranaje social que le arrastra a la delincuencia como a los demás. El retrato psicológico de los secundarios es igualmente fuera de serie. El desenlace se traduce en una guerra de bandas que acaba arrastrando a los más pacíficos, por unos u otros motivos, a la violencia. Y la historia se repite sucesivamente.
En fin, desde que la he visto no he dejado de pensar en los muchos detalles interesantes que sazonan esta obra maestra, que invitan a revisarla con atención.
Un saludo

6.4
27,283
6
17 de marzo de 2010
17 de marzo de 2010
35 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y MUY LEJOS DE LA VERDAD
Dejando de lado cualquier enfoque político (por el momento), a mi modo de ver, The Green Zone no llega ni de lejos a la calidad formal de cualquier film de la trilogía de Bourne (a pesar de contar con el actor protagonista, Matt Damon, y Paul Greengrass). El abuso de los recursos de cámara en mano, desenfoque y enfoque, giros bruscos de cámara, no logran ocultar una ambientación pobre, una tensión inexistente, un guión simple, obvio, previsible, inverosímil, insostenible e incluso aburrido.
Se dice que se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Pues bien, en esta película el cojo corre más que un helicóptero, y por supuesto, las mentiras salen a relucir. Usar una mentira para encubrir la anterior no es un auténtico ejercicio de autocrítica y menos de sinceridad.
Hay leves críticas reflejo de la etapa Obama: el detalle del pañuelo estilo palestino que lleva el Marine Bourne, alguna frasecita del General Al Rawi que desvela verdades inoportunas; se refleja el hecho de que disolver el ejercito iraquí fue un grave error, entre otras cosas, por dejar la calle fuera de control; o que los prisioneros iraquíes sean cubiertos con sacos negros, alusión a Guantánamo; que se muestre que el político, propuesto para la democracia impuesta, es un títere del invasor.
Estas críticas, sin embargo, no constituyen el grueso del argumento, basado en la busca de las armas de destrucción masiva, no indican las motivaciones reales de la invasión. Todos sabemos que la invasión no la realizaron para derrocar un dictador criminal, que dictadores hay muchos y no se invaden esos países sin recursos, la lista es larga. También sabemos, que con o sin armas de destrucción masiva, lo hubieran invadido para obtener el control geopolítico de la zona y la toma del petróleo. Y todos sabemos que siempre supieron que no había armas de destrucción masiva: primero porque los inspectores de la ONU no las encontraron; segundo porque si las hubiesen tenido las hubiesen usado para defenderse. Entonces, si ya han invadido el país ¿por qué las buscan?... La facilidad de la invasión es la misma prueba de que no existían. Este hecho, esta falsa premisa de partida, es suficiente para no creerse el guión, no creerse la película.
Un detalle interesante es el retrato falaz que se hace del político y del agente de la CIA. Ahora resulta que es el político el que engaña a los mejores servicios secretos del mundo. Es decir, ¿cómo es posible que los que obtienen la información de la fuente desconozcan la fuente y recurran a un simple alférez para aclarar el asunto?...
En fin, ustedes verán si merece la pena ver Green Zone y sacar sus propias conclusiones. En todo caso, antes o después, les recomiendo visionar La Batalla de Hadiza (Battle for Haditha) del director británico Nick Broomfield, Basado en hechos reales. ¡Esto sí qué es autocrítica sin concesiones!
Dejando de lado cualquier enfoque político (por el momento), a mi modo de ver, The Green Zone no llega ni de lejos a la calidad formal de cualquier film de la trilogía de Bourne (a pesar de contar con el actor protagonista, Matt Damon, y Paul Greengrass). El abuso de los recursos de cámara en mano, desenfoque y enfoque, giros bruscos de cámara, no logran ocultar una ambientación pobre, una tensión inexistente, un guión simple, obvio, previsible, inverosímil, insostenible e incluso aburrido.
Se dice que se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Pues bien, en esta película el cojo corre más que un helicóptero, y por supuesto, las mentiras salen a relucir. Usar una mentira para encubrir la anterior no es un auténtico ejercicio de autocrítica y menos de sinceridad.
Hay leves críticas reflejo de la etapa Obama: el detalle del pañuelo estilo palestino que lleva el Marine Bourne, alguna frasecita del General Al Rawi que desvela verdades inoportunas; se refleja el hecho de que disolver el ejercito iraquí fue un grave error, entre otras cosas, por dejar la calle fuera de control; o que los prisioneros iraquíes sean cubiertos con sacos negros, alusión a Guantánamo; que se muestre que el político, propuesto para la democracia impuesta, es un títere del invasor.
Estas críticas, sin embargo, no constituyen el grueso del argumento, basado en la busca de las armas de destrucción masiva, no indican las motivaciones reales de la invasión. Todos sabemos que la invasión no la realizaron para derrocar un dictador criminal, que dictadores hay muchos y no se invaden esos países sin recursos, la lista es larga. También sabemos, que con o sin armas de destrucción masiva, lo hubieran invadido para obtener el control geopolítico de la zona y la toma del petróleo. Y todos sabemos que siempre supieron que no había armas de destrucción masiva: primero porque los inspectores de la ONU no las encontraron; segundo porque si las hubiesen tenido las hubiesen usado para defenderse. Entonces, si ya han invadido el país ¿por qué las buscan?... La facilidad de la invasión es la misma prueba de que no existían. Este hecho, esta falsa premisa de partida, es suficiente para no creerse el guión, no creerse la película.
Un detalle interesante es el retrato falaz que se hace del político y del agente de la CIA. Ahora resulta que es el político el que engaña a los mejores servicios secretos del mundo. Es decir, ¿cómo es posible que los que obtienen la información de la fuente desconozcan la fuente y recurran a un simple alférez para aclarar el asunto?...
En fin, ustedes verán si merece la pena ver Green Zone y sacar sus propias conclusiones. En todo caso, antes o después, les recomiendo visionar La Batalla de Hadiza (Battle for Haditha) del director británico Nick Broomfield, Basado en hechos reales. ¡Esto sí qué es autocrítica sin concesiones!

7.3
13,709
8
18 de abril de 2010
18 de abril de 2010
21 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es casi imposible comentar este magnífico documento de Ken Loach soslayando sus implicaciones políticas. Pero los hechos objetivos son que el 18 de julio 1936 una sublevación militar se alza contra el gobierno de La República, elegido democráticamente. Que este golpe militar es apoyado directamente por Hitler y Mussolini. Y tácitamente por el gobierno británico, que teme un gobierno soberano, progresista, que modernice España y a una clase obrera que cuestione los intereses de la burguesía decimonónica. Tan sólo México y Rusia apoyan a La Republica amenazada por el fascismo. Para colmo, divisiones internas en el lado Republicano dificultan la lucha contra los militares sublevados.
Pero la película, que describe estas contradicciones, nos muestra el lado humano, pone nombres y apellidos a los que vinieron de lejos para dar su vida por unos ideales, por la libertad y la colectivización de la tierra.
Loach no adopta un punto de vista neutral, -te guste o no- nos muestra la postura de los milicianos anarquistas, toma partido por la idea de vencer a los fascistas y al mismo tiempo hacer la revolución, frente a la línea estalinista que pospone la revolución en aras de vencer al fascismo.
La película -con un bajo presupuesto- muestra algunos fallos, como los micrófonos que se ven en algunos planos, pero esto es poco importante cuando la agilidad narrativa adquiere una emoción que se transmite hacia el futuro: "¡El mañana es nuestro!"
Pero la película, que describe estas contradicciones, nos muestra el lado humano, pone nombres y apellidos a los que vinieron de lejos para dar su vida por unos ideales, por la libertad y la colectivización de la tierra.
Loach no adopta un punto de vista neutral, -te guste o no- nos muestra la postura de los milicianos anarquistas, toma partido por la idea de vencer a los fascistas y al mismo tiempo hacer la revolución, frente a la línea estalinista que pospone la revolución en aras de vencer al fascismo.
La película -con un bajo presupuesto- muestra algunos fallos, como los micrófonos que se ven en algunos planos, pero esto es poco importante cuando la agilidad narrativa adquiere una emoción que se transmite hacia el futuro: "¡El mañana es nuestro!"
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La cinta finaliza con un poema de William Morris que es necesario recordar:
"Come, join in the battle wherein no man can fail, Where whoso fadeth and dieth, yet his deed shall still prevail".
"Unete a la batalla, en la que ningún hombre fracasa, porque aunque desaparezca o muera, sus actos prevalecerán"
"Come, join in the battle wherein no man can fail, Where whoso fadeth and dieth, yet his deed shall still prevail".
"Unete a la batalla, en la que ningún hombre fracasa, porque aunque desaparezca o muera, sus actos prevalecerán"

7.5
26,701
10
7 de marzo de 2010
7 de marzo de 2010
20 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
En pocas palabras, una de las mejores películas de los últimos tiempos. Inteligente y distinta (dirigida a un público avezado), sorprende por su elocuencia y su capacidad de crear admiración.
Aunque es larga e intensa no deseas que se acabe, para seguir saboreando minutos de sorpresa y brillantez. Porque nada es previsible y, sin embargo, es tan creíble que parece un documental (sobre todo en el primer tramo). El director, Jacques Audiard, hace un alarde de los mejores recursos del lenguaje cinematográfico, puesto al servicio de una interpretación naturalista y sin afectación. Esto sin hablar del "tempo" y la calidad de la narración, de gran fuerza dramática y visual.
La cinta desvela el universo de la cárcel y nos muestra el reflejo del funcionamiento del mundo real organizado en sistemas sociales más o menos corruptos. Al fin y al cabo, una revelación de la organización del poder, asimétrico y despiadado con unos y otros.
¿Qué más se podría decir de un film que ha levantado la mayor ovación en los últimos tiempos, en el 62 Festival de Cannes, y que se postula como una de las favoritas para la Palma de Oro?. Vayan a verla, ¡a qué esperan!.
Por tanto, recomendarla encarecidamente para los que les gusta el cine perspicaz y desean pasar un rato entretenido.
¡A disfrutar!
Aunque es larga e intensa no deseas que se acabe, para seguir saboreando minutos de sorpresa y brillantez. Porque nada es previsible y, sin embargo, es tan creíble que parece un documental (sobre todo en el primer tramo). El director, Jacques Audiard, hace un alarde de los mejores recursos del lenguaje cinematográfico, puesto al servicio de una interpretación naturalista y sin afectación. Esto sin hablar del "tempo" y la calidad de la narración, de gran fuerza dramática y visual.
La cinta desvela el universo de la cárcel y nos muestra el reflejo del funcionamiento del mundo real organizado en sistemas sociales más o menos corruptos. Al fin y al cabo, una revelación de la organización del poder, asimétrico y despiadado con unos y otros.
¿Qué más se podría decir de un film que ha levantado la mayor ovación en los últimos tiempos, en el 62 Festival de Cannes, y que se postula como una de las favoritas para la Palma de Oro?. Vayan a verla, ¡a qué esperan!.
Por tanto, recomendarla encarecidamente para los que les gusta el cine perspicaz y desean pasar un rato entretenido.
¡A disfrutar!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El cineasta frances Jacques Audiard nos demuestra como la astucia, la inteligencia emocional, la capacidad de negociación (de ofrecer y también ganar, de obtener dando) y pensar las cosas más de dos veces son el mejor camino para progresar.
El personaje principal, interpretado extraordinariamente por Tahar Rahim, un delincuente común con el que no es fácil identificarse, por lo menos el que suscribe, va evolucionando y nos desvela como para sobrevivir era preciso saber esperar y tramar. Como si de una jugada de ajedrez se tratara, a medida que aprende como funcionan las reglas de la cárcel, va trazando sus movimientos tácticos en la urdimbre de las tribus sociales.
El cineasta nunca muestra todas sus cartas. Si, aún teníamos dudas sobre si su natural inteligencia social se reducía simplemente a salir de la cárcel, y darse un paseo, el último plano de la cinta nos deja en jaque mate cuando le vemos escoltado por coches de gama alta.
En fin, se trata quizá de una obra maestra, que como tal requiera otras visiones para descubrir nuevos matices.
El personaje principal, interpretado extraordinariamente por Tahar Rahim, un delincuente común con el que no es fácil identificarse, por lo menos el que suscribe, va evolucionando y nos desvela como para sobrevivir era preciso saber esperar y tramar. Como si de una jugada de ajedrez se tratara, a medida que aprende como funcionan las reglas de la cárcel, va trazando sus movimientos tácticos en la urdimbre de las tribus sociales.
El cineasta nunca muestra todas sus cartas. Si, aún teníamos dudas sobre si su natural inteligencia social se reducía simplemente a salir de la cárcel, y darse un paseo, el último plano de la cinta nos deja en jaque mate cuando le vemos escoltado por coches de gama alta.
En fin, se trata quizá de una obra maestra, que como tal requiera otras visiones para descubrir nuevos matices.

7.1
77,392
10
19 de enero de 2010
19 de enero de 2010
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se podría decir que tenemos, por un lado, unos acontecimientos objetivos, (un accidente de coche en la carretera Mulholland Drive) y luego unos componentes donde sueño, realidad e interpretación forman un conglomerado difícil de separar.
David Lynch ha sido asertivo al decir que cada interpretación es valida y aceptable. cada uno que haga la suya. Como decía Miguel Ángel toda obra de arte tiene algo de inacabado, ya que es el espectador quien la completa.
Mulholland Drive es una obra maestra que me dejo perplejo.
David Lynch ha sido asertivo al decir que cada interpretación es valida y aceptable. cada uno que haga la suya. Como decía Miguel Ángel toda obra de arte tiene algo de inacabado, ya que es el espectador quien la completa.
Mulholland Drive es una obra maestra que me dejo perplejo.
Más sobre Máximo Pablo
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here