Screw-ball clásico, sobre un director de cine que, para poder dirigir una película social, decide pasar, en primera persona unas semanas rodeado de indigentes.
Película que, a lo largo de su metraje se va volviendo más oscura, mas sombría. El principio es brutal, después sabemos él porque.
Posteriormente, se nos presentan los personajes de forma magistral, el decir, tal y como se hacia en la edad dorada del cine.
Fotografiada en un precioso blanco y negro. Tenemos ante nosotros una de las películas sociales más interesantes que se han dirigido jamás ( el rey incuestionable de este “genero” de cine sigue siendo y será Capra).
Sturges, sin embargo mantiene unas diferencias notables con el gran Capra, entre ellas, Capra llevaba a sus personajes por sendas tenebrosas a lo largo de sus películas, Sturges, por su parte les hace mantener oscilaciones anímicas y morales.
No me acaba de convencer demasiado Joel McCrea como protagonista, es demasiado rudo como para sentir lastima con él, no obstante esta bien en la película. Caso a parte el de Verónica Lake, que lo borda, y solamente su presencia en pantalla hace que posicionamiento de cámara con relación a ella, realce el plano.
En resumidas cuentas, gran película, te hará reír y llorar, pero hay que tener en cuenta que es una producción de Sturges y no de Capra.

Jamás la guerra fría fue retratada con tanto sentido del humor, ni las frases fueron dichas tan rápidamente como en UN, DOS, TRES.
Wilder consiguió con esta película hacer llegar a un gran número de personas lo que sucedía en el Berlín de la posguerra. La eterna lucha entre el capitalismo y el comunismo jamás fue tan divertida.
Absolutamente imprescindible.

Otra película que debe ir a la sala del montón. Que si, que es interesante la historia, pero es que la cosa está manida que da escalofríos. De no ser por la cantidad de películas de la misma línea con la que nos inundan, quizá esta podría sobresalir un poco más que las demás, pero tenemos el cerebro lleno de bichos raros y héroes más raros aún.
Entretiene.

Otra gran película del gran Capra, esta contiene muchas similitudes con dos de sus películas mas conocidas e importantes, Caballero sin espada y la tan ofrecida por estas fechas Que bello es vivir. La locura del dólar habla sobre la fe en los pequeños, y como suele suceder en todas las películas de Capra, la constante lucha de lo justo contra lo injusto

Película tramposa. Exceptuando algún plano interesante, resulta una película insípida y el argumento, excesivamente trillado. No vale, ni siquiera, saber que está basada en una historia real, pues se han hace decenas de peliculas de similares características y todas ella de una calidad superior.

El guion carece de interés, y la historia discurre de forma lineal, si tan siquiera los flashback hacen apetecible seguir con su visionado. El mayor problema con el que se encuentra Garassino es el mal casting realizado y, por extensión, la pobreza de los actores e interpretaciones.

Las situaciones están estancadas, principalmente por las localizaciones en que está rodada la película, pues al estar rodada la mayor parte de ella en escenarios interiores, Garassino no tiene la habilidad de inculcar dramatismo ni a los personajes ni a la historia.
En definitiva, una película vulgar que, en mi opinión no vale la pena ver.