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Críticas 47
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
7
10 de febrero de 2016 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Colocar al personaje narrador de su propia historia en lo alto de la Estatua de la Libertad con Las Torres Gemelas al fondo es un punto a su favor. Aportarle, además, una personalidad arrolladora, algo caricaturizada, eso sí, tomando de nuestro imaginario el ideal de gabacho apasionado que quizás ya hemos visto en... ¡Ratatuille! (¡sí! "The Walk" tiene un poco de sabor a Pixar) conjuga toda una gama de prestaciones que traen a la memoria las mejores lecturas de la infancia. Es un tono específico que muy pocas veces logramos ver. Se han puesto sugerencias, a las que puedo añadir (con cierto riesgo) "Qué bello es vivir", "Hechizo de Luna", "Up" y "Tintín. El secreto del unicornio". No es fácil transmitir esa magia, "La invención de Hugo", por ejemplo, no lo consigue. "El desafío" le añade tensión, cercanía y cariño hacia los personajes e interés por una historia que seduce.

Gordon-Levitt hace un papel entrañable e inesperado en su abanico personal de personajes fílmicos; pero Ben Kingsley no le queda a la zaga, aunque en estado relajado, el personaje recuerda demasiado a él. Charlotte Le Bon nos presta momentos de encanto femenino, de fervor adolescente e ingenuo. No hay que pasar por alto el trabajo previo de entrenimiento que uno se puede imaginar con el protagonista. Es de lo más asombroso que mis ojos han visto... Porque no creo que nuestro Joseph fuera ya equilibrista. Su lenguaje corporal sobre la cuerda de acero es majestuoso, totalmente convincente.

Otra mención sería el vértigo. Todos hemos estado al borde de un balcón, de un precipicio. Esa sención que te recorre las piernas y se queda en las entrañas cuando sabes que, si das un paso más no haces pie... Ese es el lugar donde "El desafío" te pone durante la media hora final, pero en especial lo logra en momentos concretos por los que hay que darle la enhorabuena. Un encuadre específico, un balanceo en la cámara, o que el personaje mire expectante al frente antes de iniciar su viaje (sale en la foto, no es spoiler)... y tú sabes que ya no haces pie. ;)
24 de septiembre de 2015 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eso exactamente, una decepción que no procede. Un creativo como Brad Bird (Ratatouille, Los increíbles), coautor del guión, que haya pasado por esto creyendo que ofrecía una buena historia cuyo mensaje sería de calado...

No entiendo tantos herrores: la chica protagonista, Britt Robertson, parece en ocasiones una desaforada criatura que no sabe gestionar las relaciones sociales y que en momentos de crisis pierde fácilmente el control, por no llamarla directamente "loca". Echando un vistazo a la historia en su generalidad es pegarse un batacazo contra la evidencia de que, quizás por querer salir de los cánones, la historia no encanja desde el principio. Nadie la contaría de ese modo a un amigo, si de verdad nos hubiera pasado algo así. El punto de vista no es correcto. Por no hablar de la confusión que produce el hecho de que el personaje de George Clooney, cuando es pequeño, es idéntico al hermano de la protagonista. ¿En qué quedamos? ¿En este lío de tiempos y espacios hay que sumar que son la misma persona? ¡Porque parece que es eso lo que nos quiere decir!

Debió aclarársenos desde un principio en qué realidad nos movemos. Repito, cualquiera sabría que (de contarlo en primera persona), entre tantas historias futuristas, de viajes en el tiempo, de translados en el espacio a velocidades imposibles, es necesario aclarar desde el principio lo que esta película quiere ofrecer: una idea del futuro que depende del hoy. Quizá, con la magia que Brad Bird es capaz de dar a sus productos, de este modo pudiera imprimir la tensión y aventura al mensaje que nos quiere ofrecer: conservación del único planeta que tenemos a mano (supongo que de eso se trata ¿no?).
10 de septiembre de 2015 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Suele ser frecuente que en el cine patrio se planteen los personajes para un thriller del mismo modo: personajes planos, sin emociones, sin puntos débiles, ni dobles caras. Hagamos el siguiente ejercicio: Si lo que dice uno de los personajes se lo ponemos en boca de otro ¿cambiaría algo? Frecuentemente me he dado dado cuenta que la interpretación sería la misma, porque el fondo del diálogo, da igual quien lo diga, parece el mismo para todos. Todos son de la misma manera. No hablo de sus problemas, ni de las preocupaciones en que cada uno de ellos pueda verse envuelto, hablo del carácter, casi siempre sombrío y nada más. Es cierto que el antagonista está correctamente marcado.

Con esto quiero decir que para mí el error de interpretación no lo comete el niño Jesús Castro, con sus ojos ligeramente sombríos, a veces, o ligeramente emocionados en otras. Lo comete el guión desde el mismo momento en que los diálogos y situaciones no remarcan las inclinaciones del yo profundo (el antagonista sería la excepción). Y la prueba está en Luis Tosar, que pudiendo ofrecer una amalgama de complejidades emocionales, aquí apenas las transmite (sin que tenga que caer en la hipérbole). Del mismo modo, Bárbara Lennie, encontrándose en una situación tan compleja, parece controlarse, a mi modo de ver, en exceso. Por tanto, es el director quien corre con la cuenta. Hay un temor a espolear sentimientos cuando hay policías de por medio, como si ellos, en su vida profesional, controlasen tanto las emociones que parecen medicados todo el día. Y no creo que sea así. En la realidad puedo verlos actuar fríamente, pero hay algo en su manera de hablar, en el ligero temblor de la voz, no sé, algo que transmite el dolor del momento, el desconcierto, con microgestos... Aunque, eso sí, por encima de todo la profesionalidad, la necesidad de controlar las emociones para no perder el control del momento.

Este error de bisagra interpretativa, a mi modo de ver, también se comete en La isla mínima.

Si hago algún spoiler, decírmelo por favor.
24 de diciembre de 2012 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, acabo de llegar, cené... y puedo decir que me gustó, bastante.

Para mí fue una experiencia bastante personal, no puedo asegurar que tú puedas compartirla, porque hay aspectos técnicos además de artísticos, que me impresionaron tanto como para aquellos la llegada del cine sonoro después de años viendo cine mudo.

Mira, hay veces en las que viendo una película te sientes como si estuvieses dentro. Te impresiona algo y dices... ¡qué cercano!, hasta me incomodo.
Durante la primera hora de película esto pasa continuamente. El director se da cuenta y se explaya en los escenarios, conduciéndote como uno más por los montes que recorriste alguna vez de niño... La entrada a la vivienda de Bilbo Bolson recuerda a parajes típicamente gallegos, por lo menos para mí, que he visto algunas escenas reales que incluían escalerillas empedradas para entrar en una casa, un cerco artesano para el jardín... Solo faltaría su cepa de uvas para dar sombra.

Los parloteos son largos (alguno un poco monótono), trascendentales o técnicos, refiriéndose a las tácticas de la contienda... Hay ironía, sentido del humor, acertijos..., creo que algo también muy gallego, ahora que lo pienso... ¡socarronería! Los personajes tienen ¡nuestro sentido del humor! (Permíteme una sola mención: "Esto es un depósito a largo plazo!", dice un enano al esconder el botín).

Si decides verla, fíjate en los decorados. La azotea de Rivendel es impresionante. Los recorridos entre las vigas y puentes de los orcos. La aldea de la primera secuencia... ¡Es que te sientes en ella! ¿Cómo lo logra? Así:

Ésta es la primera película filmada al doble de fotogramas por segundo: Antes 24, ahora 48. Esto significa que cuando la imagen se mueve los detalles no se ven borrosos, ni parpadean. El contorno de los personajes están definidos, ¡incluso cuando se mueven! Lo que sí podrás ver, es que todo es mucho más nítido, más cercano a la realidad (el cabello, la hierba,...) por eso te introduce sin esfuerzo. Llevo AÑOS esperando percibir la imagen cinematográfica como algo real. Creo que ésta es la ocasión.

¿Recuerdas cuando entras por primera vez en un sitio y te encanta? Miras cada objeto, te asomas por la ventana, y todo te impresiona. El hobbit tiene esa propiedad para atraparte, hasta la médula. El director lo sabe, y te lleva por lugares impresionantes, muy gallegos, lucenses... Musgo, troncos secos, montes... parecían senderos de O Courel. A veces nos paramos... no pasa nada... sólo quédate, disfruta de lo que ves.

Sin revelar nada te diré que trata de una aventura cercana a los viajes por carretera actuales, en el sentido estrictamente narrativo, pero aquí con mucha más traca. Pienso que el propósito de Gandal no se aclara más allá del título: Un viaje inesperado, pero yo pagaría los 12 € (gafas 3D incluidas) sólo por los 5 primeros minutos...

IMPORTANTE: Sí quieres disfrutar de estos aspectos que poco tienen que ver con la historia, pero que la embellecen tanto como pienso que fue el paso del cine en blanco y negro al color, escoge una sala no sólo con 3D, también que cuente con la tecnología que permite verla a esa velocidad de frames, lo llaman salas 3D HFR 48 fps. Los cines Cinesa tienen una sala así, escalonada y con una pantalla enorme, si es como la recientemente inaugurada en Santiago de Compostela, en el centro comercial As Cancelas, para quien quiera ir a verla ahí. No todas lo tienen. Además, el sonido envolvente parece que te golpea la cara, y te sacude levantándote del asiento, no sé cómo... Los que dicen que no notaron nada de eso, es debido a que no fueron a una sala que tenga los sistemas adecuados para obtener los resultados que estos avances ofrecen. Es como ver un dvd en una tele vieja. Una pena. Seguramente yo también me defraudaría.

Las sensaciones que experimenté relacionadas con el sonido... ¿Sabes cuando un golpe seco golpea el aire y parece que te sopla en la cara. Aquí lo notas. Y como la imagen en la pantalla se mueve a la vez, parece de nuevo que estás dentro. Creo que utiliza un tipo de nota grave que logra ese efecto, para lo cual es necesario un sistema de audio determinado. Más allá del sonido, cuando la imagen gira, se nota una sensación semejante a la inercia que te empuja en una curva. No sé hasta qué punto esto lo experimentaron los demás.

Por añadir aspectos visuales de los múltiples que podrían mencionarse: La altura de Gandalf en la casa de Bilbo Bolson le juega algunas malas pasadas, a nosotros nos hace sentir pequeños. Nunca antes en la trilogía habíamos visto tanto los pies de los hobbits, sobre todo... del que todos esperábamos ver: Frodo.

Me encantó el papel de Martin Freeman como ayudante en la serie de Sherlock Holmes, aquí se luce. Ían Mckellen lleva noblemente un papel para el que está predestinado: Gandalf. Los enanos enternecen un montón.

Perdóname la extensión, pero no me invento nada. Es lo que sentí mientras veía El Hobbit.

(PD. Las gafas se manchan fácilmente con los dedos, no toques el cristal, porque las huellas estropean la visión. Yo las lavé después con jabón y una esponja para reutilizarlas).
7 de febrero de 2009 1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que dan un vuelco al corazón, la primera hora es un ir y venir de emociones. Cada cuarto de hora prepárate para el no va más: Parece que estás ante la obra maestra de lo que llevamos de siglo. Es la extraña forma que tienen los americanos de conseguir hacer de una historia que en manos de cualquier otro director sería una minucia, en un ejemplo de superación del límite de lo simplemente visual: no estás ante una película… solamente, es un bombardeo sobre el terreno del alma. El señor mayor que tenía a mi lado no pudo evitar emocionarse con lo que allí se vivía, en varias ocasiones. En lo personal me ha impactado su mensaje cuatro o cinco veces, va directa al alma, como la otra que vi (7 almas). ¡Vaya súper-mes de cine!

La interpretación de Brad Pitt es minuciosa, estudiada. Consigue extraer una personalidad nueva… el sosiego, la paz, la falta de vanidad, la nobleza y humildad, se refleja todo en cada mínimo detalle de su interpretación. Cate Blanchett redondea su papel de bailarina, su desarrollo dentro de la historia, de cómo hablar sin decir nada, sólo un gesto. Oh, el baile, no se lo pierdan (a trasluz de la luna).
No recomendada para los de corazón severo aunque, quien sabe… igual resucita.
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