No podría estar más de acuerdo con la crítica que firma el amigo Antonio Morales; hasta el punto de que suscribo todas sus palabras letra por letra.

Ha resistido muy mal el paso del tiempo, al plantear unos convencionalismos que hoy día nos dan hasta vergüenza ajena. O sea, que la mujer puede ser infiel, pero a su marido no se lo permite, porque le han visto y porque eso está muy feo.

El único interés de esta cinta, de haberlo, reside en las imágenes que nos ofrece de esa fiesta tan excesiva en muchos aspectos (consumo de sustancias "excitantes" sobre todo, y más actualmente, por desgracia).

Pero es un poco falsilla a veces: en las plegarias al Santo Patrón, se grita "viva San Fermín", y cualquiera que haya vivido esos momentos, siquiera por televisión, sabe que se grita también "Gora San Fermín".

No deja de resultarme sorprendente que se reivindique cierto nivel de moralidad para la clase médica, como ejemplo para el resto de la sociedad, y que sin embargo se vea como lo más normal del mundo que esos médicos empalmen un cigarrillo con otro.

Y otro apunte: la escena del tapón a la entrada de la plaza de toros es también bastante falsa, tal parece que los toros se dedican a saltar unos por encima de otros, y no, un tapón no es eso.

Ya lo han dicho antes otros FA: que no todo en una película es la música, ni siquiera su fotografía, que en este caso son incontestables ambos aspectos.
Demasiado larga para lo que cuenta, y con un desarrollo tan plano, con supuestos chistes que no pasan de gracietas.
Tengo que reconocer que a la hora de su pase en la TPA (tele autonómica asturiana), la he abandonado para hacer cosas más interesantes y prácticas para mi persona (aprovechar el soleado día, antes de las anunciadas tormentas que vendrán).
Con dos horas como máximo hubiera quedao mucho mejor, incluso con 90 minutos tan solo.

Como bien apunta José Antonio ZG en fecha muy reciente, este film ha resistido muy mal el paso del tiempo. Presenta una guerra de sexos casi antediluviana, con unos presupuestos argumentales que hoy día nos sonrojan sin duda alguna.
En cuanto al color que otro comentario refiere, tiene cosas graciosas como ver que el pelo de la chica es màs bien rubio antes que cobrizo, como se ha dicho, se supone que cosas del cromatismo del film.
El título que he puesto a mi crítica alude a la sempiterna interjección pronunciada por una coprotagonista, llamada Espuela. Expresión que suena un poco ridícula en España, y desde luego, casi lo más gracioso de esta película.

Cuando una película sustenta su eje argumental en una soberana tontería (el loco enamoramiento del Gordo, precisamente el Gordo), continúa con más tonterías, y finaliza con una aun más grande.solo se puede calificar de una manera: es una TONTERÍA.

Nada más que añadir.

El que la puntuó con 9 no debe estar en sus cabales.

Lo siento por quienes afirman que la peli se deja ver hasta el final, porque en mi caso ha sido así, pero dando alguna que otra indeseable cabezada en algún momento.

Trata de un tema que ya se repite un poco en la serie de cine del Oeste que nos ofrece la TPA (televisión de Asturias), el de las alambradas en las praderas frene a la libertad por los pastos.

La función la protagonizan dos mujeres y dos hombres, envueltos en un homicidio que para mí fue en legítima defensa sin ninguna duda. A partir de ahí, yo ya me perdí y me hizo muy difusa la película, por eso la califico de floja, ya que no mantuvo mi interés en ningún momento.