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España España · C/ Mía, nº 3, 1º A
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Críticas 67
Críticas ordenadas por utilidad
Críticas ordenadas por utilidad
8
2 de diciembre de 2008
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entró en el teatro observando las paredes agrietadas, las sillas plegables y el olor a viejo que desprendían las cortinas de la entrada; ocupó su asiento a regañadientes -cómo era posible que el periódico lo enviara allí para escribir sobre ese espectáculo- y extrajo del bolsillo de la chaqueta la pluma estilográfica con la que tantas críticas había firmado; abrió el cuaderno y escribió en la parte superior de la hoja: “Teatro Decadencia. Hora: 20:30. Actuación de dos viejos payasos (o dos payasos viejos). Por los rasgos de los clowns seguramente lo de siempre: humor desfasado, caídas previsibles, gags impotentes”.



Se atusó el bigote y resopló por segunda vez en la escena que daba inicio a la representación. A su izquierda un grupo de niños acompañados de sus padres reían, sin parar. Fijó su atención en el chico rubio que señalaba la cara apenada de uno de los actores y por primera vez sonrió. Decidió hacer sus primeras anotaciones en la libreta: “Coreografía correcta, payasos bailarines con adecuada compenetración, emoción mejorable. Una sonrisa, cero carcajadas”.



Al acabar la función se atusó de nuevo el bigote y frunció el ceño, se había equivocado; apuntó: “Sonrisas amargas: incontables. Carcajadas: cero”. Por la forma acelerada de los movimientos y el fascinante poder del número supo, finalmente, que aquella actuación era otra cosa, que la risa iba en otra dirección, que había presenciado algo grande y diferente, indefinible; lo primero que le vino a la mente fue magia y lo escribió: “Sin aviso apareció la magia en el escenario. Desaparecida durante tanto tiempo, hoy, ha renacido”, para posteriormente añadir: “Lágrimas evaporadas, melancolía pura y sin fisuras”; y guardó la pluma tras tachar alguno de los comentarios anteriores correspondientes al comienzo de la obra.



Mientras recogía el abrigo contempló los ojos llorosos de uno de los intérpretes; tras la vista nublada se intuía un adiós, un punto y final a un personaje, a una vida.



Adiós, y él también se despidió.
19 de enero de 2009
41 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Teatro Kodak, Los Ángeles. 2019.


Un cineasta pasea por la alfombra roja sonriendo a los flashes de las cámaras mientras se acerca al lugar donde se hallan los periodistas. Ante una pregunta mal intencionada sobre sus horas bajas, el director, perdiendo los estribos, intenta asfixiar al articulista:


-Es toda una experiencia ser un crítico sin talento ¿verdad? Eso es lo que ocurre cuando no sabes hacia dónde encaminar tu obra...


... Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Traspasar pantallas en llamas más allá del Kinépolix. He visto florecer admiración cerca de la Costa Azul. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como mis desaparecidas aptitudes en la lluvia. Es hora de morir…




[Pensamiento posterior del redactor de la revista "¿Qué me realizas?"] No sé por qué me salvó la vida, quizá en esos últimos momentos amaba “Blade Runner” más de lo que la había amado nunca, no sólo su Alien, la vida de Ripley, Thelma y Louise… mis opiniones. Todo lo que él quería eran las mismas respuestas que todos buscamos: ¿Cómo se hace la película inmortal?, ¿adónde se dirige el esplendor?, ¿cuánto tiempo pasará hasta conseguir mi estatuilla al mejor director? Todo lo que yo podía hacer era sentarme allí y ver “La teniente O´Neil”.
31 de agosto de 2013
35 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título es una frase de mi abuela, admiradora inagotable de los mandobles de Walker en la serie homónima protagonizada por Chus Norris. Con el tiempo ha confundido al actor con el personaje y ya apenas reacciona a los “Pero si es de extrema derecha, homófobo y gilipollas”. A lo primero antes contestaba: “No seas embustero”; a lo segundo me remito a su comentario sobre el matrimonio homosexual: “En el PSOE hemos hecho muchas cosas, como la ley de maricones esa”; y, respecto al último apunte-insulto, te despachaba enseguida: “Ten un poquito de respeto”. Tal es su fanatismo que incluso prefiere cualquier cinta de Chunorri a la programación matinal de Telecinco y lo coloca casi a la misma altura que Felipe González o el parchís. Un escalón por debajo. Junto a Carmen Sevilla, el Equipo A, el cinquillo, los helados y el Atleti.

«Desaparecido en combate» no es su favorita de Chupnori. Contiene demasiados disparos, sangre y violencia. Rebasa lo que ella considera tolerable. Y aun así disfruta con el hombre de la barba impartiendo justicia a base de hostiacas. Lo cual se explica por su curiosa forma de medir la calidad de este cine de acción: a) Si sale Chucs es buena y b) Si la protagoniza otro [Steven Seagal, Van Damme, Stallone, Jackie Chan o Schwarznegger] malísima; dedicándose durante todo el metraje a interrumpir su visión:
1. “No tiene ni pies ni cabeza”
2. “Qué cosa más fea”
3. “Anda, ponme Telecinco a ver qué hay”
4. “Tráeme el abanico”
5. “No sé cómo os gustan estas tonterías”
6. “Niño, mira en Castilla-La Mancha [TV] o La Siete”
7. “¿No hay otra cosa?”
8. “Yo creo que ya es la hora de cenar” [A las 6:30 de la tarde]

Esto es extensible a cualquier filme que no le satisfaga. Aún recuerdo cuando se nos ocurrió poner «Desmontando a Harry» el mismo día que echaban la miniserie de televisión «La casa de la pradera». Hasta que no consiguió que cambiáramos de canal no paró. Insuperable su constancia en la protesta. Si no se oye queja alguna se debe a que la película es “Muy bonita” o que se haya quedado dormida. Esto último suele negarlo (“No, no, sólo cierro los ojitos”) aunque haya ronquidos de por medio. Pero con Chaquinorris no hay descanso que valga, independientemente de la hora. Aguantando. Sin pestañear y algún que otro “Ay, ay” con las escenas más cruentas.

En estos últimos años ha perdido concentración, 20 kilos, movilidad, visión, 3.825 servilletas y parte de la fe en dios (“Estoy muy cabreada con el de arriba”), pero todavía le quedan el azúcar y CHUCK NORRIS.

[Nota: sin su compañía la votación sería un 1]
24 de junio de 2008
29 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la película existen dos personajes que arrastran dos fantasmas y un par de habitaciones solitarias. Primero: el acercamiento tembloroso de las miradas. Luego: los paseos entre ‘rejas’ bajo la sombra de la lluvia. Todo integrado elegantemente mediante elipsis y el humo de los cigarros. Y desde el fondo de la calle llega una música parpadeante a ritmo ‘punto y coma’ acompañada de la imagen ralentizada de anuncio. Menos mal que esta imagen ‘frenada’ se priva de convertir al resto de la película en una aglomeración de momentos exageradamente poéticos. Ahora cuando salgo olvido voluntariamente el paraguas, prefiero caminar empapado.
26 de abril de 2008
120 de 217 usuarios han encontrado esta crítica útil
A) El remake es, salvo casos extraños, como el testículo derecho de los varones: más pequeño, más arrugado, con menos eficacia y menor potencia. En cambio, el izquierdo luce esplendoroso y colgante su diámetro. Si hubiera una figura geométrica que los describiese, ésta sería el elipsoide. En la comparativa, estos dos serían concéntricos, es decir, tendrían el mismo centro, y, evidentemente, el mayor reluciría sus ejes y focos con mayor naturalidad; presumiendo así de tamaño y trazo. El pequeño miraría con asombro las magnitudes.

En "Funny Games" los testículos de Haneke se alejaron: uno se fue a Austria (el izquierdo) y el otro viajaría, años después, sin frenos a Estados Unidos. Si los ven por separados dirán: "Oh, si son iguales"; pero todos sabemos que no es así.

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B) Sobre el remake.

El nuevo diseño sólo debe conservar moldes. Que una estructura coincida no significa que deba ser reconocible a primera vista. Mientras que el petrificado contorno mira el desarrollo de la creación, el conjunto debe progresar y nunca sujetarse a la obra original.

Hace años, Gus Van Sant dirigió "Psicosis", y no hizo un remake, simplemente coloreó la película de Hitchcock. No hizo un nuevo retrato, sólo pasó un rotulador por los bordes. Un caradura.
"Psicosis (1998)" no tenía ni tiene virtudes; las virtudes están en la obra anterior.

Y ahora Haneke se plagia a sí mismo. En fin...

¿Qué valores se pueden aportar al cine si uno dirige una duplicación?
¿De qué sirve la fotocopia perfecta si no se encuentra el mérito por ninguna parte?

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C) La violencia irónica, macabro juego. Relaciono "Funny Games" con el niño grande que quita la piruleta al chico, se ríe, se burla, presume y si fuera necesario utilizaría su fuerza para impedir que lo recupere. En este caso, Haneke es el que sujeta la piñata en lo alto.

La cámara inamovible, espeluznante y espeluznada involucra al espectador; sigue alimentando el juego. El diálogo agresivo como herramienta de intimidación. La utilización de planos innecesarios que incitan a la creencia de una escapatoria. En este sentido, en el de las 'pistas falsas', me recuerda al cuento feroz de Hansel y Gretel.

...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
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Y es que Haneke -con su mando a distancia- sabe que nos ha dejado atrapados en aquel salón.

(Obviamente, estos últimos comentarios están referidos a la película de 1997, de la 'otra' ni hablo)
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