Una historia mínima —casi una peli de cámara— desdramatizada, con una mirada observacional muy delicada, es del primer y sólido largometraje de Pilar Palomero. Su título LAS NIÑAS apunta a su voluntad de trazar una crónica o retrato de adolescentes de una época, unos años 90 en que la sociedad aún arrastra herencias llenas de prejuicios. La directora y guionista se revela como una madura cineasta que dirige muy bien a las niñas actrices y elige el plano que tiene más verdad, de manera que todo en la película desprende una sobrecogedora autenticidad.
JL Sánchez Noriega

Bastante gratificante resulta esta comedia dramática sobre enfermedad, infancia robada y familia, bien bañado todo por la música. Se contraponen dos hermanos: un cosmopolita director de orquesta y un miembro de una banda sinfónica de mineros de una ciudad amenazada por el desempleo. Tras un sorprendente inicio, el desarrollo inmediato parece más previsible pero el guion nos lleva con agilidad al encuentro entre esos hermanos que han conocido vidas muy distintas y distantes. Recomendable.

El actor de “La red social” escribe, dirige y protagoniza una película que parece basada en una historia personal (propia o cercana). Para conocer dónde vivió su abuela, Jesse Eisenberg y su primo también judío viajan a Polonia con un grupo de turistas interesados en la rebelión del gueto de Varsovia, los campos de concentración y el holocausto. El director da un tono de comedia —el personaje del primo un tanto desequilibrado— a UN DOLOR REAL / A REAL PAIN (2024), pero los temas que trata no se prestan demasiado. Me interesó la reflexión sobre si es posible ver como turista los hornos crematorios, si uno puede solidarizarse con el dolor de quienes perecieron allí o, inevitablemente, todo se convierte en espectáculo voyerista, incluso el dolor; pero esta cuestión sólo queda apuntada. Al final, la película no sabe bien dónde va y parece motivada únicamente por una experiencia personal. Me resultó floja.

Con mayor inspiración que Almodóvar, el barroco posmoderno que es Paolo Sorrentino tiene un cine tan rico y complejo como variado y sugerente. PARTHENOPE (2024) no está entre lo mejor, pero este napolitano que ejerce de tal —la película se cierra con un homenaje al equipo de fútbol y el propio título hace referencia a la ciudad que antecedió a Nápoles— siempre nos fascina con su asombro ante la belleza, el enigma de la seducción, el misterio y la pasión católicos, la memoria de la juventud o las mascaradas del famoseo. Dispersa y desigual, se traza a lo largo de los años el perfil de una mujer diosa-sirena que nace de las aguas y se convierte en un ser tan seductor como inalcanzable. El viejo profesor, el obispo de san Genaro, el hermano herido, el protector de la familia, la profesora de actrices… todo un desfile de tipos que nos descolocan por momentos.

Parece evidente la huella de Ethan y Joel Coen en esta comedia negra donde, a partir de un asesinato fortuito y el descubrimiento de un botín de un millón de dólares, se desvelan secretos de una ciudad costera de provincias y se genera toda una serie de maquinaciones. Sin ser excepcional, posee un guion que desarrolla con ingenio el punto de partida y, sobre todo, pone en escena figuras curiosas y un tanto “frikies” como los torpes policías, la esposa embarazada, el empresario de pescados, etc. Muy bueno el argumento del Irlandés para justificar su condición de asesino a sueldo. Entretenida.