Primera película del catalanista Joel Joan y una obra mediocre, que no es sino una comedia histriónica, mal hablada y urbanita, sobre la infidelidad, el sexo y los problemas conyugales y de pareja.
Nunca resulta consistente ni creíble en lo que cuenta, quizás porque no es capaz en casi ningún momento de encontrar el tono adecuado.

Una presuntamente irónica, graciosa, crítica y sólida comedia canadiense centrada en una familia canadiense durante 30 años, que resulta ser un pastiche largo de cine que quiere y no puede, que pretende llegar y no alcanza.
Sin gracia, con un guión mediocre y un argumento que daba para apenas hora y media y que está inflado de aspectos presuntamente mágicos e imaginativos, resulta un film muy decepcionante y nada convincente acerca de la reivindicación de lo diferente, que dado que su director pretendía que fuese una especie de nuevo "Léolo" , no cabe sino decirle que no se le vuelva a ocurrir mencionar tal disparate.

He aquí la primera entrega, el superinicio de la saga más famosa, pretendidamente memorable y millonaria de la larga Historia del Cine. He aquí la que se supone iba a ser una cima del cruce de la alta tecnología, lo clásico y ese toque fantástico que haría de ella una experiencia mágica, arrebatadora y orgásmica. He aquí el comienzo de una trilogía que "el amigo americano" nos ha metido por los ojos a base de furioso marketing, de siniestra publicidad, de arrolladoras campañas tendenciosas. He aquí el anzuelo perfecto... Podría seguir, pero me canso. Y me canso porque lo que ho he visto es un caramelito asquerosamente multimillonario, absolutamente inservible en sus entrañas, que no es sino una poco más que vulgar demostración de efectos digitales, visuales, informáticos, de efectos efectistas, dónde no aparecen ni una pizca memorable de aventura, fantasía, épica, o lo que sea. Con cada segundo del valor de esta película comerían un millón de niños (¿me he quedado corto?) en África, dónde por cierto esos mismos niños quizás hayan visto semejante fanfarria tramposa embebida de marketing, antes que ocuparse quienes les hayan llevado la película de darles algo de comer (¡!).
Es una película diluida, ¿bien hecha?, cansina, que imperdonablemente roza el aburrimiento y casi me provoca un cabreo sin marcha atrás. Es un lío de elfos, hobbits, orcos, del puto anillo y demás familia, los cuales ruegan una oración por eterno descanso de esta película-artefacto, que no hace honor a la poderosa base literaria de la que parte, gracias a la cual, por cierto, no estamos hablando ya directamente, del más absoluto desastre.
P.D: algo debe ir mal en mi cabecita cuando ni una sola de mis almas gemelas califica con menos de un 7 semejante timo.

Una sobre chicos malos, adolescentes, rockeros y rebeldes, fanáticos de un grupo de rock, que pasarán mil y una aburridas ¿aventuras? para poder acudir al concierto de sus "dioses". Una comedieta "teen" americana insufrible, que engrasa la máquina de hacer insultos al cine y de la lastimosa falta de cerebro y neuronas de la industria yanqui actual.

Fue una ópera-rock muy famosa y la película dirigida con frialdad por Jewison también. Se trata de plasmar la vida de Cristo desde el musical, sin guión, todo a través de extrañas y poco memorables canciones, con unas coreografías marchosas y chillonas, esto es, bajo la ética y estética hippies.
La película resulta de dudosa verosimilitud y autocreencia en sus posibilidades, pareciendo ser un mero producto funcional que no guarda tampoco una suficiente coherencia interna que se desprenda hacia el espectador. Vamos, que me quedo con el Cristo más académico de "La historia más grande jamás contada", fíjate como será la cosa.