Oscar Wilde fue y sigue siendo uno de los mejores maestros de la comedia de enredo y los líos entre esposas y esposos, y Un marido ideal es un claro ejemplo de ello (en opinión de quien esto firma es muy superior a la celebrada La importancia de llamarse Ernesto).
Oliver Parker lleva perfectamente las riendas de una entretenidísima intriga llena de humor y engaños al servicio de unos actores maravillosos. Cate Blanchett y Julianne Moore son dos de las mejores actrices del mundo, y aquí se ven acompañadas por el siempre excelente Rupert Everett, Jeremy Northam y Minnie Driver, con lo que el espectáculo está asegurado.
Una excelente comedia para pasar un rato muy entretenido y con calidad.

Lo mejor: La diversión que ofrece y los actores
Lo peor: En realidad nada, salvo que tampoco deja sensación de obra maestra

Diarios de motocicleta es una hermosa película maravillosamente realizada por Walter Salles, quien tiene una especial afinidad con los viajes físicos y emocionales, como ya demostró en Estación Central de Brasil y volvió a demostrar en 2012 con On the road. Sus imágenes transmiten no sólo la belleza natural de los paisajes, sino exactamente esa sensación de libertad y de vida que exhalan los personajes, y eso es exactamente de lo que se trataba.
Además la película es entretenida, simpática y didáctica sin resultar pesada. Sí es cierto que se extiende demasiado y a ratos parece más un documental que una auténtica película (al fin y al cabo, no es ficción), pero rezuma tanta humanidad y pasión por la historia que se está contando que es imposible no quedar prendado del viaje de Guevara, interpretado además por un Gael García Bernal en estado de gracia que muestra una vez más su habilidad para imitar acentos.
Excelente.

Lo mejor: Gael García Bernal y la belleza de las imágenes que filma Salles.
Lo peor: En realidad nada, salvo que a ratos no es una película sino un documental, y tampoco es una obra maestra.

Es posible que El Piano no sea tan excelente película como se dijo en su día, pero desde luego es extraordinaria a muchos niveles.
Encontramos en el guión de Jane Campion una historia de amor de las que dejan huella, y además original y transgresora, por la audacia de las escenas de sexo y por tener el piano de por medio. No es un elemento más. El instrumento se convierte en otro personaje, casi tan importante como la propia Ada, pues es su medio de expresión ante el mundo. La música se convierte por tanto en uno de los elementos principales de toda la producción, toda ella encuadrada por una fotografía de pocos colores, acorde con la historia, y la poética realización de Campion, casi un poema, que desprende una sensibilidad y un cuidado del plano exquisitos.
Y qué decir de la belleza de la interpretación de Holly Hunter, elocuente y expresiva sin necesidad de decir (casi) ni una palabra, o de un Harvey Keitel que pocas veces ha estado más adorable y encantador, aunque al principio su personaje parezca una persona muy distinta y mucho más ruin.
En definitiva, una hermosa y a la vez dura película de amor y música en Nueva Zelanda, tierra casi siempre olvidada por el cine e inmortalizada aquí como escenario de un amor arrebatador, bello y mudo como la protagonista.

Lo mejor: La música, la sensibilidad de la propuesta y el dúo que forman Holly Hunter y Harvey Keitel.
Lo peor: Hay películas mejores por ahí, dentro y fuera del género romántico, y el Oscar de Anna Paquin se antoja del todo excesivo (lo cual no quiere decir que Paquin no esté bien).

Es posible que Los pájaros sea la película más facilona, convencional y tópica de Hitchcock, pero no cabe la menor duda de que es un icono de la historia del cine. Y no ha de extrañar a nadie, porque como era habitual en el genio inglés, está rodada con un dominio visual apabullante y mantiene la tensión del relato de forma sobrecogedora. Son muchas las escenas para el recuerdo que pusieron y ponen aún los pelos de punta a millones de personas, y toda la secuencia final en la casa es para enmarcarla, así como la entrega de Tippi Hedren y Jessica Tandy,
Hay que verla, porque ha marcado una época y consiguió, como Tiburón, que tuviéramos miedo de unos animales.

Lo mejor: Obviamente las escenas de los ataques de los pájaros y la sabiduría de Hitchcock (¿cómo una bandada de aves posadas sin hacer aparentemente nada pueden dar tanto miedo?)
Lo peor: No es ni de lejos una de las mejores de su director y quizás está algo sobrevalorada (pero muy poco, tampoco exageremos)

Mucho se ha hablado sobre Robert Pattinson, su interpretación y si era o no el actor adecuado para el personaje del vividor Georges Duroy. y la verdad es que los palos que le cayeron al protagonista de Crepúsculo sólo son comprensibles por... sí, por ser el protagonista de Crepúsculo. Es verdad que esta no es su mejor interpretación y que el inglés tampoco es precisamente Al Pacino, pero cumple perfectamente con lo que requería el personaje y vuelve a demostrar que es un tipo que vale para esto. Y encima se está intentando currar una carrera valiente y alejada de todo lo que suene a comercial después del final de la exitosa saga vampírica. Ahí están sus colaboraciones con David Cronenberg o las futuras con Werner Herzog o James Gray para demostrarlo. No es que se merezca ningún premio por su actuación, pero convence y le pone ganas (atención al momento en que le cuenta la verdad al personaje de Scott-Thomas). Lo acompañan bastante bien la (casi) siempre eficaz Uma Thurman, la siempre interesante y estupenda Kristin Scott-Thomas, una breve pero intensa Natalia Tena y una Christina Ricci muy convincente que pocas veces ha interpretado un personaje tan normal y terrenal.
El problema de la película es otro muy distinto: la indefinición y anemia de la narración.
Bel ami nunca sabe lo que quiere ser realmente. ¿Una simple historia de un Don Juan sin moral? ¿Una historia política? ¿Un cuento de negocios? ¿Todo a la vez? No se sabe, y el guión va dando bandazos continuamente a lo largo de un metraje ajustado que impide el aburrimiento, pero cuya narración carece de fuerza y de interés emocional, precisamente porque todo es tan raro y mezcla tantas cosas y tan mal que es imposible identificarse con ningún personaje.
Para pasar el rato, para fans de los protagonistas y poco más.

Lo mejor: Las actrices y el vestuario.
Lo peor: El guión es un desastre.