No esperaba demasiado de esta película, la típica historia de alguien que de la noche a la mañana debe convertirse en héroe-detective porque la policía no le hace ni caso, con varias escenas sin mucho sentido y detalles que se quedan sin explicación. Luego se hace más interesante, llegando a creer que no sería tan típica, finalmente parece que a alguien le ha entrado la pereza (director, guionistas, cámaras, no sé) o ha encontrado algo mejor que hacer y ha dejado el film a medio terminar.
En spoiler, cosillas fáciles de cambiar-mejorar que sólo sirven para bajar puntos.

Lo bueno de esta película ya se ha dicho en varias críticas de 8, 9 y 10, y en general estoy de acuerdo: la música, los escenarios, las actuaciones en general, ese mundo mágico lleno de aventuras y posibilidades... Pero luego he empezado a bajarle puntos:
- se ha quedado un poco anticuada, no sólo porque no hay móviles ni videojuegos ni nada por el estilo, sino porque tarda bastante tiempo en empezar. Aunque antes eso no era ningun problema.
- no hay ni una sola niña perdida ¿es que a las niñas no les gusta jugar a los piratas, al béisbol o a ensuciarse?
- antes estaba Wendy, que al parecer no quiso quedarse en Nunca Jamás porque tenía famila, ok, pero ¿por que Peter Pan no viaja también con la chica que será su mujer? Wendy dice no, le harás daño porque no podrá retenerte ¿¡!? claro, porque las chicas no quieren divertirse, sólo cazar hombres.
- los piratas se rinden rápido con la hija. Lo dicho, las niñas calladitas en un rincón.
- el primer pensamiento feliz de Peter es su hijo, de ella no se acuerda hasta que la oye gritar.

La serie empieza bien, encontramos una representación de casi todo un pueblo típico (la familia rica propietaria de la empresa que da trabajo a medio pueblo, con sus conflictos internos, empleados de distintas categorías, el sacerdote, los cotillas, el bar...), hay tramas interesantes, intrigas empresariales y algunos asesinatos. El presupuesto limitado y el estilo de obra de teatro no son problema, acepto que una Masía de tres plantas tiene un recibidor-cocina-comedor-salón digno de piso de 60m2.
Hay buenos actores y actrices, alguno/as grandísimos. La banda sonora es igualmente buena. Incluso hubo instantes en que quise darle un aprobado.

Lo malo que comparte con una telenovela clásica es la simpleza y predictibilidad del argumento, con varios personajes y situaciones tópicas que se repiten, a pesar de que en parte se trata de hacer algo un poquito más original. Lo bueno de una telenovela es que sabes que todos los buenos van a tener un final feliz (excepto a lo sumo uno o dos secundarios) y que vas a tener grandes cantidades de romanticismo, aquí lo primero no está garantizado y de lo segundo no hay prácticamente nada.

Ejemplos de dejadez en el guión:
- Parece un pueblo pequeño que a la vez acoge al menos a 4 grandes viñas (las dos Montsolís, las Capdevila y luego resulta que también hay las Vilalta), ¿tan difícil era que los personajes saludasen siempre a los extras como si fuesen compañeros, conocidos o incluso amigos, especialmente en el bar?
- Bodas, viajes al extranjero, juicios, obtener préstamos bancarios, conseguir vivienda, encontrar trabajos buenísimos... todo se hace de un día para otro.
- Las distancias del pueblo a Vilafranca van variando según convenga, a menudo los personajes aparecen en uno u otro sitio como por arte de magia, otras veces parece que estan muy lejos.
- Hay episodios en que las empresas se dejan de lado y no se sabe quien las dirige ni por qué nadie se aprovecha de la situación mientras sus directivos se pasan los días de casa en casa inmersos en sus problemas personales.
- En demasiados momentos he tenido la fuerte sensación que importantes tramas se decidieron sobre la marcha, es el caso del hijo nacido de un incesto. Está en la sinopsis y todo el mundo lo sabe ya a pesar de que no se dice hasta pasados unos capítulos. Si lo sabemos desde un inicio vemos que los hermanos tienen una relación competitiva pero nada hace sospechar que haya o hubiera habido nada más, en cambio luego la mirada y la actitud de ella hacia ambos cambia notablemente.

El machismo... no me refiero al de Maurici, a este ya le llaman machista y lo medio arreglan. Cuántas veces vemos a mujeres humillarse y pedir perdón a hombres, incluso cuando ellos no tenían razón, llorando por ellos, pelearse con otras mujeres por ellos, alabando sus cualidades, escuchando sus consejos. Qué pocas veces un hombre se disculpa con una mujer, o le hace caso cuando ella le dice que la deje en paz o que no se meta en sus asuntos.

Eulàlia empieza siendo una mujer fuerte, ambiciosa e independiente, que quiere su parte en la empresa y tiene su piso en Barcelona. Al poco tiempo, a pesar de conservar aparentemente su orgullo, se vuelve dependiente, se humilla varias veces por hombres, le entra un repentino interés y necesidad de estar cerca de su hijo (al principio su relación es más bien fría y distante), pierde la ambición... y es controlada como una niña pequeña por su hermano Raimon.
Súper-Raimon representa el hermano responsable y con principios, llega un momento en que empieza a tomar decisiones por toda la familia y ya no para: se mete en sus asuntos personales y profesionales, incluso hace el trabajo de la policía, actúa como si fuese el propietario de todo, se pasa más tiempo en la casa familiar que nadie... A lo mejor fusionan ambas cavas en algún momento y no me enteré.
Eduard me cae mal de verdad, y eso es grave puesto que es prácticamente el protagonista. Sólo puede hablar de sí mismo y de sus propios problemas, es pusilánime, influenciable, irritable, está siempre de mal humor o deprimido y no siempre con motivo.
Mateu es un muy buen personaje, mi única queja es que ya no cuela que tenga tantas mujeres enamoradas de él.
Entre los secundarios hay de todo, algunos con una personalidad bien elaborada, como Mercè y Agustina, otros parece que no saben muy bien qué hacer con ellos o bien cambian completamente de un día para otro.

Mucha gente tiene idealizada esta serie, es cierto que tuvo gran éxito y generó mucha expectativa, pero eso no la convierte en buena. Claro, si su objetivo era tener mucha audiencia lo consiguió, si era generar un producto de calidad ni de lejos.
Aclaro que acabo de verla (está en la plataforma de TV3 por ejemplo), quizás en su momento le habría puesto mejor nota, quizás haya resistido mal el paso del tiempo. Yo creo que en su momento tampoco era buena.

Ella está al frente de un programa de radio que da consejos sobre parejas, pero "en casa del herrero, cuchara de palo", es decir no le va muy bien con la suya. El principal problema, ella desea tener hijos cuanto antes mientras que él es el típico niño grande al que le aterra la idea.
Así que cuando ella planea celebrar su segundo aniverario de boda con un pícnic romántico, conversación sobre planes de futuro y un fin de semana dedicado a llamar a la cigüeña, él se escaquea con toda clase de (irritantes) excusas. Y los ocho días siguientes no van mucho mejor...

Con escenas puntuales cómicas, especialmente con los amigos de ambos, creo que tiene más de drama que de comedia.
Pero no esperéis grandes reflexiones sobre la vida en pareja o la toma de decisiones vitales sino todo lo contrario: relación mal desarrollada, situaciones forzadas, personajes estereotipados, escenas de relleno, grandes vacíos de guión.

Con esa facilidad de palabra, riqueza de vocabulario, improvisación, ironía, mala leche, brutalmente sincero, realmente divertido. Le llaman pesimista, pero es perfecto para darse cuenta de que todos tenemos problemas, incluso esos que siempre ponen buena cara especialmente delante de su familia y que a base de minimizar sus propios problemas consiguen volverse invisibles. Un programa perfecto para mirarnos al ombligo, sí, pero también para reírnos de nosotros mismos y de nuestras desgracias y, por qué no, compartirlas un poco con alguien. Y es que sienta muy bien montar una pataleta de vez en cuando, soltar sin pensar cuatro crueles verdades, quejarse de todo y de todos, y entonces, en el silencio después de la tormenta, mirarnos desde fuera y reír a carcajadas de lo ridículo de la situación. ¿Qué mejor momento para nuestra pataleta que de madrugada con la única compañía de la radio y ese locutor impertinente? Y con música interesante además.

No quiero ese pretendido optimismo del discurso final, que parece que tanto ha gustado y que a mí me estropea un poquito la película. Ya sé que tengo mi parte importante de responsabilidad, eso ya estaba implícito en el discurso "pesimista". Ya sé que si por ejemplo mi marido no me lleva al cine puedo ir sola o con otra gente, pero es que no es lo mirmo, y tengo que ser consciente de lo que me molesta tanto o más de lo que me gusta para valorar pros y contras. No quiero ese discurso en el que todo es genial, que minimiza mis problemas y prácticamente me culpa de tenerlos.

Personalmente me motiva mucho más al cambio el primero.