No comprendo las críticas buenas que hacen los "profesionales" a esta película. Y es que tras un comienzo prometedor pronto descubrimos que el guión parece hecho por unos aficionados después de fumarse un porro. Porque todo el film es una sucesión de despropósitos y de decisiones absurdas de esas que te dejan boquiabierto por puro desacertadas. De esas que te hacen pensar: 'se merecen lo que les pase, por gilipollas'.

Después de ver esta obra a medio camino entre un corto y un largometraje y, a la vista de que no había ningún comentario sobre ella, me he animado a hacer este porque tiene mucho mérito haber realizado un producto interesante con tan bajo presupuesto. Queda claro que con talento y pocos medios se pueden obtener mejores resultados que con muchos dineros pero escasas ideas.

La historia va de un hombre maduro que pierde su trabajo y se ve envuelto en un mercado laboral despiadado en el que la edad es un claro obstáculo para competir. A partir de esta premisa, y con varios y acertados comentarios a cámara por parte del protagonista, se construye una historia de denuncia social en la que quedan en evidencia las contradicciones de nuestro mundo laboral. El trabajo de Miguel Such es muy convincente y la parte final de la obra le da un giro muy inquietante.

Recomendación: si estás en paro mejor no la veas, pero en cualquier otro caso recomendable para un huequecito libre.

Tremenda película. Recuerdo las noticias relativas a este suceso en el que está basado el film, pero lo contemplas como algo lejano, que nunca te puede pasar a ti. Cuando ves los hechos de cerca te das cuenta de lo que un cacique con poder puede llegar a influir sobre todas las personas que pululan a su alrededor, doblegando voluntades y coartando la libertad de las personas. Y esto ocurre en todos los ámbitos, pero en el político es mucho más sangrante porque presumimos de vivir en una democracia.

La historia te atrapa desde el principio, sobre todo gracias a las soberbias interpretaciones de Mireia Oriol y de Urko Olazábal, que bordan sus respectivos papeles, y te metes dentro de la trama descubriéndote a ti mismo indignado ante los sucesivos hechos que se plasman en la pantalla. Y de repente te das cuenta que es una historia real, que ocurrió realmente, y que seguro que ha ocurrido en muchísimas otras ocasiones que nunca han salido a la luz. Y lo que es más grave, protagonizada por esos personajes que nos dan discursos de cara a la galería y luego actúan de forma diametralmente opuesta cuando abandonan el escaparate público.

Parece ser que el "alcalde" de Ponferrada, tras unos años de inhabilitación, aún tuvo arrestos para volver a presentarse, y llegar a obtener cinco concejales. Eso da que pensar, porque significa que muchos años después el miedo o el fervor por el cacique seguían presentes. Y yo me pregunto... ¿qué habrá pensado él al verse retratado en esta valiente película?

Película original, diferente a todo lo visto sobre este tema tan manido de los entes sobrenaturales habitando en casa tenebrosa. En este caso la casa tenebrosa es muy bonita (por dentro y por fuera), pero el asunto va de que la perspectiva del espectador no es la de ninguno de los miembros de la familia que la habitan. Por el contrario, nos introducimos dentro de la propia presencia extracorpórea para verlo todo con la comodidad de no ser el asustado sino el asustador.

Dicho esto, con unas interpretaciones bastante aceptables y un giro final que resulta interesante, Steven Soderbergh nos entrega un film de terror "light" en el que se agradece no ver las habituales vísceras salpicándolo todo, pero que mantiene la atención de principio a fin, y más sintiéndose uno parte del elenco. Curioso y recomendable.

A pesar de que el inicio puede parecer prometedor, pronto la ilusión se desvanece al ver como un grupo de niñatos malcriados se diluyen en una ceremonia absurda en la que lo único que deseas es que se los vayan cepillando a todos cuanto antes, porque es lo que semejantes personajes se merecen. Un sinsentido con diálogos patéticos y grotescos que conduce a un final tan absurdo como todo el conjunto, en el que se salvan un par de situaciones, gracias a que producen más hilaridad que terror.